A lo largo de este tema encontrarás
dos estrategias que te ayudarán a comprender los textos que
pertenecen al ámbito literario: determinar el género discursivo y
reconocer la finalidad de la lectura. Para la primera, necesitas
aprender cuáles son los géneros literarios y sus características;
para la segunda, es importante que identifiques la intención del
texto.
Identificación
Los textos que pertenecen al ámbito literario forman parte de tres grandes géneros (Jaime, 2018): lírico, narrativo y dramático. Sin embargo, los estudios más recientes sobre el tema han incluido al ensayo como parte de ellos. Para identificar estos textos se proponen las siguientes estrategias: determinar el género discursivo y reconocer la finalidad de la lectura.
Determinar el género discursivo
Al momento de leer es importante saber qué tipo de documento nos ocupa, ya que esto puede facilitar su análisis y comprensión. Para determinar si un texto pertenece a un género literario debes conocer las características de cada uno. En la figura 1 se muestra su clasificación.
Figura 1. Cuadro sinóptico de los géneros literarios.
Fuente: Jaime, M. (2018). Crea Literatura 1. México: Progreso.
El género lírico o poético tiene sus orígenes en la antigua Grecia y se relaciona con la expresión de las emociones más profundas (Río, 2018). A través del tiempo, la poesía ha tenido diferentes y vastas manifestaciones, desde las primeras canciones que servían para adorar al dios griego Dionisio hasta la escritura incoherente de los poemas dadaístas del siglo XX; sin embargo, el rasgo determinante en todos estos casos es el ritmo de los versos, como puedes contemplarlo en el siguiente poema de Ramón López Velarde:
Niña que me dijiste
en aquel lugarejo
una noche de baile
confidencias de tedio:
dondequiera que exhales
tu suspiro discreto,
nuestras vidas son péndulos…
Dos péndulos distantes
que oscilan paralelos
en una misma bruma
de invierno. (López Velarde, s.f.)
El género narrativo tiene como principal función contar los sucesos ficticios que le ocurren al protagonista de una historia. Tiene sus orígenes en la antigua Grecia, con las narraciones de hazañas y aventuras llevadas a cabo por dioses o héroes; en la actualidad, las novelas de ciencia ficción son el reflejo de las transformaciones tecnológicas, ya que este género se adapta a los cambios y nuevos intereses de la humanidad. El narrador, los personajes y las acciones son elementos indispensables de esta clase de textos, pues hacen posible que suceda el relato. A continuación, te presentamos un fragmento de un cuento del escritor mexicano Juan Rulfo:
Dicen los de Luvina que de aquellas barrancas suben los sueños; pero yo lo único que vi subir fue el viento, en tremolina, como si allá abajo lo hubieran encañonado en tubos de carrizo. Un viento que no deja crecer ni a las dulcamaras: esas plantitas tristes que apenas si pueden vivir un poco untadas en la tierra, agarradas con todas sus manos al despeñadero de los montes. (Rulfo, s.f.)
El género dramático, por su parte, no necesita de un narrador, ya que la historia se cuenta a partir de los propios personajes, “quienes mediante una serie de diálogos o parlamentos dan continuidad a los acontecimientos” (Río, 2018). La influencia de las grandes obras dramáticas ha persistido a través de los siglos; esto ocurre con Edipo Rey, del griego Sófocles, escrita en el siglo V a. de C., pues sirvió de inspiración para las teorías sobre la conducta sexual humana de Sigmund Freud a principios del siglo XX. A continuación, un fragmento de la obra:
EDIPO. - Sí, por cierto. Loxias afirmó, hace tiempo, que yo había de
unirme con mi propia madre y coger en mis manos la sangre de mi
padre. Por este motivo habito desde hace años muy lejos de Corinto,
feliz, pero, sin embargo, es muy grato ver el semblante de los
padres.
MENSAJERO. - ¿Acaso por temor a estas cosas estabas desterrado de
allí?
EDIPO. - Por el deseo de no ser asesino de mi padre, anciano.
(Sófocles, s.f.)
Finalmente, el ensayo es uno de los géneros con mayor libertad de estilos, temas y propósitos. Está escrito en prosa, tiene una extensión variable y sirve para que el autor exprese sus ideas con respecto a un determinado asunto (Río, 2018). Los orígenes del ensayo se remontan al siglo XVI, con las publicaciones de Michel de Montaigne, considerado el iniciador de este género. Hay diferentes tipos de ensayos (filosófico, argumentativo, científico, político, etc.), pero el que nos interesa en este momento es el de carácter literario, el cual se distingue por reflexionar sobre una obra, autor, tema, género o cualquier otro aspecto relacionado con la literatura. Recuerda que el ensayo tiene esa libertad. A continuación, se te ofrece un breve ensayo del cuentista y poeta argentino Jorge Luis Borges:
Cómo nace un texto
Empieza por una suerte de revelación. Pero uso esa palabra de un
modo modesto, no ambicioso. Es decir, de pronto sé que va a ocurrir
algo y eso que va a ocurrir puede ser, en el caso de un cuento, el
principio y el fin. En el caso de un poema, no: es una idea más
general, y a veces ha sido la primera línea. Es decir, algo me es
dado, y luego ya intervengo yo, y quizá se echa todo a perder.
(Borges, s.f.)
Reconocer la finalidad de la lectura
Reconocer la finalidad de los textos literarios te ayudará a contestar la siguiente pregunta: ¿para qué leo? La poesía se propone emocionarte con su ritmo; la narrativa intenta contarte lo que le sucede a un personaje ficticio (Río, 2018); el género dramático necesita que contemples la representación de lo que les pasa a los actores, es decir, la puesta en escena; finalmente, el ensayo trata de hacerte reflexionar sobre el tema planteado.
Es importante que reconozcas las características de los géneros literarios para que identifiques los textos que pertenecen a cada uno. Hecho esto puedes descubrir su finalidad, así como la intención del autor, lo que te ayudará a comprender mejor este tipo de lecturas.
Asegúrate de: