Para interpretar un texto literario
debes ser consciente de los recursos que utilizas para comprender su
connotación o sentido. En este tema conocerás algunas estrategias
que van a mejorar tu lectura: la capacidad de inferir, de buscar el
significado de las palabras, así como de predecir el desarrollo de
la historia o de las acciones del protagonista de un relato o un
texto dramático.
Interpretación
De acuerdo con Jaime (2018), los textos literarios se clasifican en tres grandes géneros desde los tiempos de Aristóteles: lírico o poético, narrativo y dramático. En la actualidad, los estudios más recientes sobre el tema también incluyen al ensayo. Para interpretar uno de estos textos de manera adecuada, debes conocer algunas estrategias que te faciliten dicho objetivo. Para Lomelí, López, Salazar, Correa y Torres (2018), señalan dos acciones muy recomendables: inferir y buscar el significado de las palabras.
Inferir
En el mundo de la poesía existe una gran variedad de figuras retóricas; sin embargo, para comprender un poema debemos poner atención en aquellas que modifican o inciden de alguna manera en el significado, como la metáfora, la metonimia, la hipérbole, la elipsis, la personificación, entre otras.
A continuación, se explicarán dos de las más importantes y recurrentes: la metáfora y la elipsis. La primera es una figura retórica que consiste en “representar una realidad o concepto a partir de otro” (Del Río, 2018), es decir, se trasladan características de una realidad y objeto a otro que intenta representarlo. Por ejemplo, en la frase “tus cabellos de oro”, se transfieren características propias del metal al cabello de una persona, como color, brillo o valor. Inferir es obtener conclusiones que no están presentes de forma explícita en el texto. En la expresión “tu boca de fresa” aparece una amplia gama de connotaciones, es decir, de posibles significados asociados con “fresa”: dulce, pequeña, roja, entre otros.
Por su parte, la elipsis es una figura relacionada por completo con la capacidad de inferir, ya que en ella “existe la supresión de uno de los elementos necesarios para una construcción sintáctica completa” (Del Rio, 2018). El siguiente ejemplo te ayudará a comprender mejor esta figura: “el árbol perdió sus hojas; el viejo, su sonrisa”. En este enunciado se omite la segunda aparición del verbo “perder”; sin embargo, tu capacidad para inferir te permite entender la oración sin necesidad de que esa palabra esté presente. Así, en la expresión “Las montañas muy altas; las nubes, más” se sobreentiende que las nubes superan a las montañas, aunque se suprima el adjetivo “altas”.
Buscar el significado de las palabras
Al leer un cuento o una novela es probable que encuentres palabras cuyo significado desconoces, por eso es importante identificarlas y buscarlas de inmediato en el diccionario. Esto te servirá para comprender mejor la lectura, pues como señala Lomelí (2018), varias investigaciones demuestran que existe una correlación entre el léxico de una persona y su capacidad para entender lo que lee.
Predecir
Predecir lo que sucederá con el personaje principal de un relato motiva a cualquier lector de un cuento o novela; por tanto, se recomienda que desde el inicio y durante la lectura de un texto narrativo o dramático intentes prever lo que sucederá con el protagonista. Mantenerte atento a la narración del relato es indispensable para comprender bien la historia. Pronosticar cómo se desarrollarán y terminarán los acontecimientos alimenta tu imaginación y aumente los beneficios que puedes obtener de una obra literaria.
Leer textos literarios conlleva múltiples beneficios, ya que desarrolla tu capacidad para inferir, aumenta tu vocabulario, incrementa tu creatividad y enriquece tu imaginación; por estos motivos, te aconsejamos leer con frecuencia novelas, cuentos, obras dramáticas, poemas o ensayos. Adquirir el hábito de la lectura te facilitará alcanzar tu objetivo: comprender todo tipo de textos.
Asegúrate de: