A lo largo de la historia de la economía, muchos personajes han aportado ideas, conceptos, teorías y demás conocimientos para convertirla en una ciencia social.
Los fenómenos económicos acontecidos en un momento determinado sirvieron como fuente de observación para estos pensadores, con posturas distintas o similares, que buscaban explicar la razón de los hechos. Esto los llevó a plantearse interrogantes y respuestas cada vez más complejos; con el tiempo, esas reflexiones se constituyeron en ideologías y, por tanto, en el fundamento de muchas escuelas.
El pensamiento económico surge con los filósofos de la antigua Grecia y, desde entonces, han prevalecido varias corrientes; la mayoría de ellas se originó durante el siglo XVII y, de una u otra manera, todas han aportado conceptos y teorías que aún son objeto de estudio y análisis.
Esto te demuestra que la historia económica no es un campo árido, como muchos podrían creer; al contrario, en ella puedes encontrar conceptos útiles y vigentes.
Postulados de las escuelas de pensamiento económico y sus representantes
Mercantilista
Se relaciona con los comerciantes y gobernantes de los siglos XVII y XVIII, sobre todo con las monarquías absolutas europeas, como España, Portugal, Inglaterra y Francia.
Motivados por intereses monetarios y de riqueza, los seguidores de esta escuela pueden considerarse precursores del descubrimiento del Nuevo Mundo, donde obtuvieron una gran cantidad de metales preciosos. A partir de este momento se implementó el término “balanza comercial”, documento usado actualmente en el que se registran compras y ventas con el exterior.
Para esta corriente económica, el intercambio de mercancías representa uno de sus objetivos centrales, ya que trata de beneficiarse de la operación comercial registrada por los “metalistas”, principales defensores del sistema. De dicha tendencia surge una valoración despectiva hacia los mercantilistas, pues se cree que solo intentan obtener algún provecho para ellos mismos de los intercambios que realizan.
Aunque los sistemas políticos han sido los impulsores más destacados de esta escuela, varios pensadores de distintas nacionalidades han abogado por ella: Colbert, en Francia; Thomas Mun, en Inglaterra; y Nicolás Maquiavelo, en Italia.
Fisiócratas
Las teorías fisiócratas se desarrollan principalmente en Francia, cuya oposición al mercantilismo alcanzó esfuerzos notables. En este país existía una opresiva red tributaria en el sector agrícola, única actividad productiva de los países europeos a mediados del siglo XVIII.
En esta escuela se acuña una expresión muy relevante en economía, generada por la idea de que el Estado no debe ejercer control sobre la producción: “laissez faire, laissez passer” (“dejar hacer, dejar pasar”).
El principal pensador de esa época es el francés François Quesnay, cuyas aportaciones más relevantes se compendian en su obra Tableau économique (Tabla económica), diagrama en que se basa su modelo económico.
Clásica
A finales del siglo XVIII, como consecuencia de la Revolución industrial, la disrupción del sistema agrícola trajo consigo un cambio de paradigma de proporciones nunca vistas; esto provocó modificaciones en la ideología económica con el surgimiento de grandes representantes que sentaron las bases de la ciencia económica debido a sus obras y teorías.
Aunada a la Revolución francesa, cuando los derechos del hombre desembocan en el liberalismo y el individualismo, la Revolución industrial se convierte en la bandera de las libertades de producción, empresa, asociación y consumo. Estos principios se convirtieron en los fundamentos del liberalismo económico.
Adam Smith, el llamado padre de la economía, es la figura más relevante de esta escuela. Otros personajes que aportaron sus ideas al liberalismo económico fueron David Ricardo, John Stuart Mill, Jean-Baptiste Say, entre otros.
Neoclásica
La escuela neoclásica tiene un enfoque más bien matemático, aunque algunas de sus vertientes explican sus teorías con principios cuantitativos. Esta corriente económica trata de explicar los precios y el valor de los bienes, incorporando términos como utilidad marginal, racionalismo del consumidor y del producto, maximización de utilidades, equilibrio y niveles de satisfacción.
La escuela surge en la década de 1870 con el objetivo de formalizar la economía a partir de principios puramente matemáticos; además, busca que el comercio fluya con libertad entre las naciones, pues esto representa un paso fundamental para alcanzar la libertad. Según Palazuelos (2022), uno de los primeros intelectuales en trabajar con la economía pura fue Irving Fisher, matemático de profesión muy influenciado por la física de su tiempo; esta formación lo llevó a sugerir una formalización del equilibrio general, postulado básico de la teoría.
Aparte de Fisher, otros ilustres neoclásicos fueron Alfred Marshall, Carl Menger, Léon Walras y William S. Jevons.
Marxista
En oposición a las escuelas anteriores surge la escuela marxista, mejor conocida como socialismo científico. Carlos Marx y Federico Engels son sus principales ideólogos; entre ambos postulan la teoría del valor de trabajo, que explica cómo la clase social poseedora de recursos de producción somete y se beneficia de la clase desposeída. De igual manera, incorporan términos indispensables en economía, como plusvalía, valor de uso y valor de cambio. Todos ellos se definen y comentan en la obra representativa de esta escuela: El capital.
Cabe mencionar que, a lo largo del siglo XX, varios países impulsaron revoluciones de corte marxista y llegaron a establecer este modo de producción; tal vez uno de los casos más conocidos es el de Cuba, aunque en fechas recientes ha introducido ciertas modificaciones a su ideología económica. Asimismo, otras naciones han moderado paulatinamente su postura hasta acercarse cada vez más a una economía de mercado, como China, la extinta URSS y Corea del Norte.
Keynesiana
A principios del siglo XX, el sistema capitalista muestra serias dificultades en cuanto a su estructura. La producción agrícola y manufacturera de Europa se ve muy afectada en los países que dominaban el sistema, principalmente Inglaterra, debido a que la Primera Guerra Mundial demandaba el reclutamiento de campesinos y obreros. Por su parte, Estados Unidos (que no vio amenazado su territorio durante el conflicto) se convierte en el gran abastecedor de material bélico y, finalizada la guerra, en el principal acreedor financiero y comercial.
Sin embargo, el auge económico generado por el crédito deriva en una crisis financiera en Nueva York, lo que provoca una profunda recesión mundial. En el momento más álgido de esta etapa, el economista inglés John Maynard Keynes publica su Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, donde propone que el gobierno debe estar en el centro de la economía; esta idea se oponía al principio dominante de la época, es decir, el laissez faire.
Los principales tópicos de la teoría keynesiana corresponden a cuestiones macroeconómicas, como desempleo, equilibrio y dinero; sin embargo, la demanda agregada será el factor más importante de su modelo, ya que se considera el motor de la economía y lo único que puede hacerla funcionar de manera adecuada.
La teoría económica se ha construido de manera sólida desde hace más de 400 años, con el surgimiento de los mercantilistas. Muchas de las ideas iniciales han permanecido invariables hasta nuestros días o han cambiado muy poco; por otro lado, las nuevas aportaciones de pensadores o corrientes ideológicas brindan a la economía un carácter más formal con un enfoque matemático; sin embargo, continúa siendo una ciencia social y, por tanto, aborda los problemas básicos del ser humano.
Esta evolución histórica permite fundamentar el carácter científico de una disciplina que busca responder interrogantes como la producción, intercambio, utilidad y satisfacción de necesidades. Por este motivo, se puede asegurar que centra sus estudios en las relaciones del ser humano cuando se da un fenómeno económico.
Las teorías analizadas en este tema surgieron en etapas distintas del desarrollo social, así que forman parte de sistemas ideológicos que, a veces, confrontan las opiniones y creencias de las personas, pues tratan de demostrar qué modo de producción resulta mejor o peor para una sociedad. No obstante, esto solo se puede observar cuando la teoría se convierte en política económica y luego en una forma de gobierno, ya que dependiendo de si beneficia o perjudica a los individuos se pueden extraer conclusiones más certeras.
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