La contemporaneidad es una época en la que se han suscitado miles de cambios en las sociedades debido al progreso alcanzado; dicha transformación va de la mano con la filosofía contemporánea, así que al hablar de esta vertiente es necesario considerar sus nuevas aportaciones. Estas han sido propuestas por los más recientes estudios, donde cada fenómeno social se examina desde el raciocinio, ya que así se evitan conclusiones erróneas o apresuradas; por ejemplo, muchos aseguran que la filosofía no tiene vigencia en la actualidad, pero todas las pruebas sugieren lo contrario, es decir, que debe formar parte fundamental de la vida académica, en cuanto establece las bases de un pensamiento crítico.
Discursos culturales contemporáneos
La Edad Contemporánea es un período histórico que inicia con la Revolución francesa (siglo XIX) y se extiende hasta ahora (siglo XX); se caracteriza por sus sociedades grandes y problemas más complejos, así como por la búsqueda incesante de respuestas a una serie de interrogantes e inquietudes (sociales, políticas y económicas) que originaron nuevas corrientes filosóficas (Kenny, 2018).
Al igual que la filosofía antigua, la contemporánea también se ha interesado por diversos temas sociales necesarios para alcanzar el bien común. Esta vertiente filosófica se ha desarrollado al mismo tiempo que algunos hechos históricos con grandes consecuencias sociales, como las dos guerras mundiales, el Holocausto y la Guerra Fría; sin embargo, también ha sido testigo de grandes avances y descubrimientos científicos, como la locomotora de vapor, la máquina de escribir, el teléfono, la radio, el ADN, la televisión, la computadora, la llegada del ser humano a la luna, entre otros.
En los últimos siglos, la filosofía ha estudiado los problemas sociales de manera diferente a como se hizo en la Antigüedad. Con el propósito de disertar sobre las temáticas sociales más urgentes, se ha retomado una forma de expresión oral y escrita conocida como discurso, cuya finalidad es establecer una postura racional frente a los acontecimientos.
Dentro de la filosofía contemporánea surgieron dos corrientes principales que buscan explicar los acontecimientos históricos y que han sido objeto de múltiples discursos: las filosofías continental y analítica. Cada una de estas corrientes se divide, a su vez, en otras tendencias, como se observa en las siguientes figuras.
Figura 1. La filosofía continental y sus ramas.
Figura 2. La filosofía analítica y sus ramas.
Características de la globalización
En la actualidad se han redefinido varios conceptos, como las libertades de los pueblos y la individual, pues se considera que los valores universales han sido transformados negativamente hasta degenerar en otros más subjetivos y materiales. Esto contraviene las aspiraciones humanas más esenciales, como establecer relaciones firmes y claras u orientar los actos para lograr y asegurar una vida digna. En este escenario de extravío y distorsión, la filosofía debe encargarse de ofrecer mejores opciones para el futuro del ser humano y del mundo.
De esta manera, varios países han decidido abrir sus fronteras y compartir sus aportaciones con el resto del mundo; esta decisión ha traído múltiples beneficios, por ejemplo, el acceso a diversos sectores, el intercambio de ideas (políticas, sociales, culturales, económicas o tecnológicas) y la interacción entre individuos con distintas ideologías.
La humanidad ha edificado un mundo basado en ciertos intereses y, sin temor alguno, ha promovido comportamientos poco éticos, más cercanos al materialismo. Estas tendencias dificultan el estudio del ser y del sentido de la vida, así que la filosofía se enfrenta a retos muy complejos, en los que intervienen aspectos como el intercambio y mezcla de rasgos culturales producto de un mundo globalizado.
Tipos de discriminación
En todas las culturas y civilizaciones, se han generado conflictos por temas de discriminación, ya sea por raza, clase social, orientación sexual, género, edad, etc.; por este motivo, se han estipulado múltiples normas con la finalidad de erradicar este fenómeno. No obstante, a pesar de los grandes esfuerzos, aún representa un problema que perjudica a las sociedades; en este sentido, la filosofía política analiza estos casos con el objetivo de identificar su naturaleza y encontrar soluciones.
Problemas filosóficos sobre las nuevas tecnologías
A partir de la necesidad humana por resolver ciertas interrogantes, se han desarrollado diversas herramientas que facilitan esta labor, como la ingeniería y la tecnología; estos campos de estudio permiten investigar y desarrollar nuevos conocimientos e instrumentos. No obstante, también cuentan con algunos detractores, quienes aseguran que no son más que la ambición de dominio y la riqueza lo que motiva dichas innovaciones.
En este sentido, tecnología y filosofía persiguen un mismo fin: la adquisición de conocimiento. De hecho, se puede decir que una lleva a la otra, ya que cuando el ser humano contemporáneo tiene una duda sobre un tema indaga sobre él en un recurso como Internet. Así, la tecnología permite alcanzar cierto grado de sabiduría, por lo menos en el campo investigado, aunque siempre existirá algo nuevo que aprender o razonar.
Aunque los avances tecnológicos han aportado nuevas ventajas y perspectivas a la filosofía, también son las causantes de un gran rezago en el pensamiento filosófico; esto ocurre porque el uso de la razón se ha visto desplazado por las respuestas automáticas que nos proporciona una computadora o celular.
Los problemas sociales siempre han formado parte de los temas de estudio de la filosofía, ya que para la disciplina resulta de vital importancia que el hombre sea capaz de razonar sobre sí mismo y el mundo que lo rodea. Por esta razón, el interés en la filosofía debe crecer conforme lo hacen las sociedades.
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