El vínculo entre sociedades y naciones es un tema muy interesante, ya que de él se desprenden ciertas conductas que hacen a cada país único, pues las poblaciones no solo comparten política y territorio (Ramón, 2019), sino también un sentimiento de orgullo al respecto de su Estado. Esta emoción se materializa en acciones y actitudes, así como en las relaciones sociales, laborales o personales que establecen los individuos.
Nacionalismo mexicano
La identidad nacional se define como el sentimiento de pertenencia que crean las personas hacia su país de origen o en el que residen; en consecuencia, comparten varios rasgos con sus conciudadanos, como lengua, cultura y tradiciones que se heredan de generación en generación.
Este sentimiento no se restringe a los sujetos nacidos en el territorio, ya que también pueden desarrollarlo las personas que no son originarias del lugar, pero que establecieron una conexión única y se identifican con el país donde radican.
El patriotismo es un elemento de orgullo que fortalece los lazos entre la población y su Estado.
Cosmovisión filosófica prehispánica
Se entiende por cosmovisión como el conjunto de ideas y representaciones creadas por el hombre para dar una interpretación al origen del universo.
Desde épocas remotas, el hombre se ha cuestionado sobre su origen y entorno, por lo que buscó respuestas a dichas interrogantes en mitos y deidades, a quienes rendía tributo.
Las tribus establecidas en determinadas zonas culturales compartieron sus creencias en cuanto al origen del cosmos y, asimismo, desarrollaron un sentido de identidad; por esta razón, protegieron sus creencias de las amenazas de intrusos que quisieran despojarlos de sus territorios, riquezas y cultura. Estas acciones sientan un claro precedente de lo que hoy se conoce como patriotismo, aunque en ese período histórico no se conociera dicha acepción.
Identidad del mexicano
Desde antes de la Conquista de México, los pobladores compartían ciertos rasgos que los identificaban como parte de una civilización específica. Más allá de la mezcla de culturas y del nacimiento de nuevas poblaciones, dichas características han perdurado, aunque también surgieron nuevas ideologías que hoy forman parte de la identidad nacional.
Los mexicanos poseen rasgos únicos que, de manera consciente o inconsciente, se reflejan en sus vidas y en la forma como actúan. Esas particularidades les confieren una identidad que los distingue de otras naciones.
Por medio de sus disciplinas, la ciencia filosófica estudia los comportamientos del hombre, con el objeto de razonar y llegar al conocimiento de la verdad, así como de ofrecer respuestas sobre por qué los humanos entablan relaciones interpersonales. A grandes rasgos, esos vínculos se generan bajo la premisa de buscar el bienestar, pero nunca menoscaban el sentimiento de pertenencia a una nación.
Multiculturalidad en México
Temas como el desarrollo y los derechos humanos resultan determinantes en el comportamiento humano, pues suscitan nuevas relaciones entre los sujetos e influyen en la transformación de su personalidad.
Desde una perspectiva filosófica, el multiculturalismo debe ser aprovechado al máximo por cualquier individuo; lejos de ser un obstáculo, este fenómeno social representa una pauta de crecimiento moral, social, económico y político.
La multiculturalidad se entiende como la interacción que existe entre personas pertenecientes a distintas culturas, pero que habitan en un mismo territorio.
El intercambio de valores y creencias hace más complejo el estudio del comportamiento humano, ya que este resulta de un intenso y constante sincretismo cultural. A pesar de esto, la filosofía propone respetar y reconocer las diferencias entre individuos que comparten un mismo territorio; en este sentido, todos deben tratarse con respeto para mantener un equilibrio social y evitar infringir la ley, es decir, se necesita entablar una convivencia pacífica e inclusiva.
Independientemente de la cultura a la que pertenezca una persona, posee ciertas características que lo identifican como parte de una sociedad. No basta con que un individuo posea documentos que lo acrediten como miembro de un Estado, pues estos no le impiden reconocerse en elementos de otras culturas, así como no le evitan desarrollar sentimientos y un patriotismo hacia una nación distinta a la de su origen. Por este motivo, lo más importante es respetar a los semejantes, sin importar si sus creencias e ideas coinciden con las propias, pues así se aprovechan al máximo las ventajas que ofrece la multiculturalidad.
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