Alentado por la Revolución francesa de 1789, el inicio del siglo XIX se caracterizó por los profundos cambios en el pensamiento occidental. Motivado por los filósofos de la Ilustración, Napoleón Bonaparte difundió por varias partes del mundo la conciencia patriótica y la exaltación nacionalista. El espíritu de libertad invadió Europa y posteriormente América, hasta convertirse en el ideal político, social y cultural por excelencia; este anhelo no tardó en impulsar la lucha por los derechos humanos y la democracia. Estas tendencias propiciaron un periodo de revoluciones y movimientos independentistas, como la Revolución industrial, la Independencia de México y del resto de América Latina.
El arte del siglo XIX refleja ese deseo de libertad, de patriotismo y humanismo. La literatura no es la excepción. En este tema te sorprenderás con las obras del Romanticismo, un movimiento cuyo nombre induce a pensar en el afecto o el amor, aunque dista mucho de esos temas. También comprenderás las características del Realismo, corriente literaria que apostó por protagonistas similares al hombre común.
Romanticismo
Se caracteriza por una clara sensibilidad emocional y subjetiva, ya que se opone a la racionalidad y rigor impuestos por el Neoclasicismo. Etecé (2023) comenta que el escritor romántico siente predilección por sentimientos como el miedo, la locura y la soledad; exalta el yo, en este caso el protagonista, como alguien único y diferente. En las obras de este movimiento, aparecen con regularidad el genio incomprendido, con una vida atormentada, y diferentes situaciones relacionadas con los sueños, es decir, con un carácter onírico.
Uno de los exponentes más destacados del Romanticismo es el escritor alemán Johann Wolfgang Goethe, uno de los más importantes de todos los tiempos. Su obra principal se titula Fausto y tardó 17 años en perfeccionarla. En ella, se narra la historia de un teólogo llamado Fausto, quien decide vender su alma al diablo (Mefistófeles) para satisfacer su deseo de conocimiento, ya que su mayor ambición es descifrar el universo.
El dramaturgo, poeta y político francés Víctor Hugo es uno de los más notables escritores de su patria. En su obra cumbre, Los miserables, habla sobre las injusticias sociales en la Francia del siglo XIX. También escribió Nuestra señora de París, Los trabajadores del mar y Bug-Jargal.
George Gordon, mejor conocido como Lord Byron, fue un poeta inglés, autor de Peregrinación de Childe Harold, La novia de Abydos, El corsario y Don Juan. Su influencia en la literatura europea es notable.
Otros escritores destacados del Romanticismo fueron la inglesa Mary Shelley, con Frankenstein o el moderno Prometeo; el cuentista estadounidense Edgar Allan Poe, con textos como “El cuervo” y “El gato negro”; el francés Alejandro Dumas, con sus novelas El conde de Montecristo y Los tres mosqueteros; y el español Gustavo Adolfo Bécquer, con Rimas y Leyendas, Narraciones y Poemas de amor.
Realismo
Como recordarás, en el siglo XIX se suscitaron cambios importantes en la sociedad y política de Occidente. A mediados de ese siglo, en varios países, el proletariado se enfrentó a la burguesía para obtener mejores condiciones de vida. De igual manera, comienza a notarse la expansión económica de las grandes potencias del mundo, así como un avance considerable en el campo de las ciencias, propiciado por el positivismo de Augusto Comte. Por su parte, la publicación de El origen de las especies, del naturalista inglés Charles Darwin, generó un revuelo en la comunidad científica; en la obra se defiende la existencia de una selección natural y de una evolución de las especies, así que se rechaza cualquier postura teológica o religiosa.
El arte y literatura del Romanticismo ya no concordaba con lo que estaba sucediendo, es decir, ya no reflejaba la realidad. Por este motivo, surge un nuevo movimiento literario, conocido como Realismo, que propone observar la cotidianeidad del entorno y representarla de forma objetiva. Los protagonistas de las obras realistas no interactúan con lo desconocido o lo fantástico, sino que se limitan a experimentar la vida diaria, como lo haría cualquier persona.
Entre los principales representantes de esta corriente literaria se encuentran el novelista y dramaturgo francés Alejandro Dumas hijo, con La dama de las Camelias y La dama de las perlas; el también francés Henri Beyle, mejor conocido como Stendhal, con sus novelas de transición entre el Romanticismo y Realismo, como Armancia, Rojo y negro y La cartuja de Parma; el ruso León Tolstói, con Guerra y paz, Ana Karenina, Resurrección y La muerte de Iván Ilich.
Finalmente, destaca el español Benito Pérez Galdós con su novela Marianela. En ella se cuenta la historia de una muchacha fea y deforme que se enamora de un joven ciego llamado Pablo, de familia adinerada, a quien le sirve como lazarillo; Pablo cree que al ser tan buena persona debe ser bella, así que le declara su amor.
En este tema observaste la relación que existe entre los acontecimientos históricos y las manifestaciones artísticas de cada época. En sus obras, los escritores plasman las percepciones que tuvieron sobre su espacio y tiempo; por esta razón, se recomienda que al leer un libro investigues datos biográficos del autor y acontecimientos que tuvieron lugar durante su vida. Esto enriquecerá tu conocimiento, te ayudará a comprender más de la lectura y la volverá más disfrutable.
Ahora ya sabes que el Romanticismo retoma algunas de las pasiones humanas más naturales y básicas, aspectos poco o nada tratados en épocas anteriores, cuando la literatura se centraba en protagonistas de las elites sociales. Finalmente, los escritores del Realismo narraron las luchas entre clases sociales como una forma de denunciar la desigualdad social y el poder económico que estaba alcanzando la burguesía.
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