Periodos de la historia natural de la enfermedad y niveles de prevención de acuerdo con el modelo de Leavell y Clark

A lo largo de la historia, el hombre ha buscado respuestas a cada una de las cosas que suceden; en este caso, se ha preguntado ¿cuáles son los mecanismos de funcionamiento de las enfermedades?, ¿cómo se pueden manipular sus posibles variables para aliviar los síntomas y complicaciones? Para la medicina, esto no es muy diferente, pues todo lo referente al proceso de salud y enfermedad se ha estudiado por varios siglos; en este sentido, hay que entender que la enfermedad es tan antigua como la humanidad misma. Desde sus inicios, los seres humanos han tratado de atender sus padecimientos con el uso de plantas medicinales, ya sea a manera de infusiones, o bien de pomadas, en las que se machacaban y unían distintos componentes naturales; además, fueron muy socorridos algunos procedimientos que implicaban el uso de calor, frío y baños en aguas termales.

La historia natural de la enfermedad se describe como el trayecto del padecimiento desde el inicio hasta su resolución, es decir, estudia el comienzo de una enfermedad. Esta se origina cuando una persona susceptible (huésped) se expone a una entidad infecciosa (agente causal); por su parte, la afección puede terminar si se realiza una intervención o tratamiento, pues de lo contrario podría derivar en algún padecimiento más grave (discapacidad o cronicidad) e incluso en la muerte. De manera más detallada, la historia natural de la enfermedad se explica con el modelo clásico de Leavell y Clark, donde se involucran agente, huésped, ambiente, periodo prepatogénico (antes de la enfermedad), reacción del huésped y periodo patogénico (durante la enfermedad) (Alvarado, Araujo y Vilchis, 2021).

A su vez, la historia de la enfermedad se divide en varias fases, las cuales marcan un antes, durante y después de la enfermedad:

• Fase etiológica: en esta fase, se encuentran los determinantes sociales, ambientales y biológicos, así como los factores de riesgo, protectores genéticos, inmunológicos y de estilo de vida; además, en ella se considera la susceptibilidad del individuo, es decir, su predisposición para desarrollar determinadas enfermedades.

• Fase preclínica: en esta fase, ocurre una interacción entre el huésped y un estímulo, así que se producen cambios biológicos en la afección; a partir de este momento, se acerca al denominado horizonte clínico, pues si se rebasa sobreviene la enfermedad.

• Fase clínica: en esta fase, el huésped presenta una serie de reacciones ante la enfermedad, es decir, experimenta signos y síntomas; en este momento, se puede recibir un diagnóstico o tratamiento, así que el pronóstico dependerá de qué tan adecuada sea la atención.

• Fase post clínica: esta fase se caracteriza por una resolución favorable o no del huésped ante la enfermedad, así que puede estar acompañada de una curación, cronicidad (si la enfermedad permanece por tiempo indefinido), discapacidad o muerte; cabe señalar que esta etapa afecta no solo al huésped, sino también a terceras personas, pues el desenlace causa un impacto familiar, económico, social o laboral.

Los eslabones de la cadena epidemiológica son una forma de representar cómo una enfermedad se transmite de una persona a otra, ya que representan los factores clave para su propagación. Dichos eslabones se conforman de cinco elementos: agente causal, reservorio, punto de entrada, vía de transmisión y persona susceptible.

• El agente es el elemento más importante de la cadena epidemiológica, pues se refiere al organismo infeccioso (virus, bacteria, parásito u hongo) que causa la enfermedad.

• El reservorio es el lugar donde el agente se reproduce y se mantiene; este puede ser un animal, un medio ambiente o una persona.

• El punto de entrada es el espacio por donde el agente entra al cuerpo y se extiende a los tejidos; esto puede ser a través de una herida, la nariz, los ojos, la boca, la piel o alguna otra entrada.

• La vía de transmisión se refiere al medio por el cual el agente ingresa al cuerpo, ya sea a través del aire, la sangre, el contacto directo o indirecto con una persona infectada, alimentos o agua contaminada, insectos vectores, etcétera.

• Persona susceptible es el individuo que no está inmunizado contra el agente infeccioso, así que es más probable que contraiga la enfermedad.

Los eslabones de la cadena epidemiológica ayudan a comprender mejor cómo se propaga una enfermedad. El conocimiento de cada uno de ellos permite identificar qué factores contribuyen a la transmisión de una enfermedad y qué se puede hacer para detenerla.