Generalmente se tiene la creencia que la etapa más importante en el ciclo de desarrollo de software o, en este caso, de aplicaciones móviles, se encuentra en la del diseño o codificación de la aplicación. Al contrario de este pensamiento, en las etapas iniciales, sobre todo en el nacimiento de la idea, suelen ser las que determinarán el éxito o fracaso de un desarrollo. Si la idea es buena y es ejecutada correctamente, la probabilidad de que prospere es muy alta. Es importante hacer hincapié en las consideraciones que todo diseñador de aplicaciones móviles debe realizar al momento de iniciar un proyecto.
Antes de empezar a codificar es importante llevar un orden correcto partiendo de la concepción de la idea, pasando por los prototipos como mediadores de la viabilidad de un proyecto futuro y establecer el modelo de operación del futuro desarrollo.
Concepción de idea de diseño
El proceso de innovación empieza con un pensamiento o una idea, en una analogía. Las ideas son como un bebé, nacen inmaduros, con limitaciones y sin una forma definida, pero con un adecuado estímulo y cuidado, las ideas madurarán y prosperarán hasta convertirse en un producto o proyecto tangible.
Es importante conocer el proceso de innovación. De acuerdo con Burnet y Morla (2021), para que una idea creativa y original pueda convertirse en una innovación, de alguna forma debe modificar la menara en que se ejecutan alguna o varias actividades de la cadena de valor del negocio. En consecuencia, se obtiene la introducción de algo nuevo, en la organización, en la sociedad, o bien, en el público al cual está destinada dicha innovación.
La creatividad es el detonante para la innovación, el proceso de la creatividad es más importante que el producto mismo. Shamas (2018) menciona que, mediante este procedimiento, el artista experimenta una fuente de extraordinaria alegría y transformación. Si se hiciera una metáfora del proceso de creatividad con el de la extracción de un jugo, en definitiva, el artista, el desarrollador, recordaría de manera más vívida la experiencia de los pasos para extraer el jugo que el jugo de la fruta en sí. Morrison (2018) refiere el comentario hecho por Robert Henri, que no se debe busca crear arte, sino estar en ese maravilloso proceso mediante el cual lo que se hace inevitablemente sé que se convierte en el arte.
Cuando se hace el cambio en la prioridad del producto al proceso, la creatividad puede ver una nueva luz en el camino y se puede empezar con este enunciado: la creatividad no es lo que se piensa, aquí hay dos puntos opuestos a considerar: la creatividad con el pensamiento es algo que no está bien relacionado y es improductivo en sí. Según Rico (2019), Albert Einstein gustaba mencionar que el intelecto poco tiene que ver con el sendero (proceso) del descubrimiento. En el sentido tradicional, el producto de la creatividad está asociado a los términos novedoso y de valor. En contraste, Shamas (2018) comenta que si se enfoca en el proceso de la creatividad en lugar del resultado (producto), en consecuencia, los frutos del trabajo serán de mayor valor; así dos criterios nuevos sobre la creatividad emergen: frescura (lozanía) y trascendencia.
Frescura es la sensación de una experiencia particular que es única y extraordinaria, aunque lo novedoso y lo fresco parecen ser conceptos similares. La frescura es la determinación subjetiva que tiene el creador basado en la intensidad de lo que se está experimentando en el momento. Generalmente, la novedad con el tiempo y la repetición hacen que esa espontaneidad disminuya hasta convertirse en algo habitual. Para un individuo consciente y pleno cada experiencia se siente fresca, una persona puede hacer lo mismo todos los días. Sin embargo, mientras sea algo que le apasione, lo seguirá haciendo con el mismo sentimiento que la primera vez. En este ejemplo radica el concepto de frescura.
Trascendencia es la segunda definición de calidad en la creatividad es el movimiento, ir más allá de las propias limitaciones. A medida que se desafía el proceso creativo se puede percibir como el conocimiento base que se empieza a expandir, traspasando las suposiciones restrictivas, activando nuevos procesos del pensamiento y reestructurando la cosmovisión del entorno. En el proceso creativo el artista escapa a las restricciones personales para así lograr un elemento diferenciador y, por ende, trascendental. Si en este proceso se experimentan estos conceptos, se puede decir que se tiene una propuesta para iniciar un proyecto de desarrollo.
Tal como se ha mencionado un factor decisivo en la creación de aplicaciones móviles reside en la creatividad, es importante mencionar que para hacer detonar esa originalidad ese ingenio, se sugiere darle mayor importancia al proceso, no al producto del desarrollo en sí. Hacer el proceso agradable y disfrutable es la clave para hacer emerger esa creatividad necesaria.
Definición de un prototipo
¿Cómo convertir una idea en un proyecto de desarrollo viable? Existen varias metodologías para llevar una idea a cabo e iniciar un proyecto de desarrollo. Se trabajará con la metodología Lean Startup. No hay que confundir con Lean UX; esta última estaba basada en la anterior, pero es una metodología para una etapa posterior en el desarrollo. Lean Startup es una metodología creada por Eric Ries en el año 2012 (Ries, 2018) y su principal objetivo es determinar la viabilidad de un emprendimiento o de un producto mediante la elaboración de lo que se conoce como producto o servicio mínimo viable. El producto mínimo viable se define como un prototipo del producto o servicio con las características mínimas para que funcione.
El objetivo es ser presentando al público al que esté dirigido y a cambio se recibe una retroalimentación de este producto mínimo viable (PMV). Por consiguiente, en caso de ser necesario, se aplicará un pivote (cambio) para hacer que este producto se adapte a las necesidades reales del público.
La metodología Lean Startup aplica tres actividades principales, las cuales se enumerarán a continuación (Llamas y Fernández, 2018):
Un prototipo es un diseño básico de una aplicación móvil, hecho en varias páginas, es un boceto muy sencillo de cómo se estructura una aplicación. Su objetivo es tener una visión de los requerimientos mínimos que pudiera tener la aplicación, su funcionamiento y características esenciales técnicas para su construcción. Se sugiere que sea en blanco y negro, sin colores o diseño de imagen para evitar desviar la atención de lo que verdaderamente importa: que la aplicación sea funcional, que cumpla con los requerimientos y, lo más importante, si la aplicación está acorde a la idea original.
El prototipo tiene dos objetivos principales:
Para este tipo de proyectos puedes realizar la técnica del wireframe (boceto de línea) que es muy utilizada por los diseñadores de interfaces; este tipo de prototipo consiste en realizar, con trazos simples lo más básico posible, el diseño de tu aplicación. El boceto puedes hacerlo en papel o bien utilizar alguna herramienta tecnológica como JustInMind, NinjaMock y SmartDraw.io, entre otros.
La creación de un prototipo es una excelente estrategia para situar en un apartado de realidad una aplicación, además de establecer la factibilidad y funcionalidad. Permite hacer una presentación a los interesados del proyecto de desarrollo de la aplicación para establecer los puntos críticos del proceso de negocio de la aplicación y para realizar ajustes en una etapa temprana. Algo muy favorable de los prototipos es que todo esto se puede hacer minimizando recursos de tiempo y económicos. Así que siempre es una buena idea hacer un prototipo.
Modelo de operación
Es muy importante, antes de realizar el prototipo y de establecer la viabilidad de un proyecto de desarrollo móvil, entender cuál es el mercado al que va dirigido. Mateos y Peinado (2020) comentan que las aplicaciones móviles ocupan millones de pantallas. En contraste, solo el 1% de ellas son rentables y el usuario promedio no ocupa de manera habitual más de seis aplicaciones ubicadas en el inicio de su dispositivo. Es indudable que el uso de aplicaciones es una necesidad hoy en día y más las organizaciones que hacen uso de estas herramientas para simplificar el día a día sus operaciones. Sin embargo, es importante considerar correctamente el modelo de operación sobre el cual se va a desarrollar.
Se entiende como modelo de operación a la manera en que la aplicación será distribuida, a la modalidad de generación de ingresos, o bien de fidelizar usuarios. Invariablemente, sobre los modelos se tienen que considerar las tendencias actuales. El encontrar un modelo de operación rentable sigue siendo un desafío y uno de los temas que se debe de considerar. En definitiva, el marketing viral, el efecto de boca a boca, son poderosos medios de promoción y que pueden ser empleados en beneficio de las organizaciones y de los individuos que requieren una aplicación móvil.
Para una organización o negocio, el diseño de un modelo de operación innovador tiene una parte de arte para entender y descubrir los deseos de los clientes, el de sus valoraciones, la de comprender la evolución de los costes, las capacidades de la competencia, los nuevos avances tecnológicos y el impacto financiero en la organización. No es solo una cuestión de visionarios o gurús, es un ensayo a prueba y error y ajustes sobre la marcha. Es común que después de múltiples intentos se obtenga el modelo de operación sostenible en la aplicación. Es un porcentaje alto donde se trata más de un descubrimiento que de un proceso razonado y calculado.
Los modelos de operación, que por lo general son los más usados, son los siguientes:
El modelo de operación también se puede entender como la manera en que se generaran los ingresos económicos, o bien, el objetivo del despliegue de la aplicación. Hacer un estudio previo de mercado puede ayudar a determinar cuál será el modelo de operación; existirán desarrollos donde el objetivo es implementar una herramienta para dar solución a una problemática en la organización o empresa. En ese caso, el modelo de la operación se basará únicamente como una respuesta de solución. Sin embargo, si el objetivo no es este, sí se deben analizar cuál es el modelo de operación adecuado a la aplicación a desarrollar para que el usuario se siente cómodo con el uso.
Cabe mencionar que los usuarios de aplicaciones móviles generalmente tienen el concepto que las aplicaciones deben ser gratuitas y solamente bajo circunstancias excepcionales o de mucha importancia, los usuarios realizarían una compra para tener la aplicación.
El generar una idea y plasmarla en una aplicación no es fácil, pero al aplicar técnicas como Lean Startup te permitirá conocer la viabilidad, alcance y los requisitos del proyecto. Con esto se puede predecir en una etapa temprana del ciclo de vida el posible éxito de la aplicación, minimizando los costos de tiempo y dinero.
Ante la pregunta, ¿cuál será el mejor modelo de operación para un desarrollo? La respuesta se podrá obtener, sin duda, con la ayuda del Lean Startup y el bosquejado de un prototipo.
Asegúrate de: