Pensar de forma ágil no significa el tener un cerebro que sea capaz de procesar la información o los datos de forma más rápida, sino por el contrario, implica el hecho de poder desarrollar habilidades que conllevan la comprensión, colaboración, aprendizaje y flexibilidad para lograr resultados de alto rendimiento, de tal forma que, al combinarlas con otras herramientas, se logra generar valor para el cliente. Esto significa que se debe enfocar la mentalidad para lograr poner el conocimiento en acción, transformando la forma tradicional de pensar por una forma más colaborativa, con propósito y que al mismo tiempo permita el crecimiento.
Por ejemplo, en el día a día desarrollas diferentes tipos de actividades, dentro de las cuales podrías tomar decisiones, pensar en formas diferentes de resolver un problema, aplicar el talento que tienes, pero, sobre todo, buscar estrategias que te lleven al logro de una meta particular superior a la que normalmente logras, o simplemente, buscar obtener el mismo resultado. Por ello, en la siguiente experiencia de aprendizaje es importante que puedas ver las diferencias entre una forma de pensar tradicional y una forma ágil, a través de los valores y un cambio de mentalidad que te proporcione beneficios más allá de los que obtienes en el día a día con la aplicación de tus capacidades.
Agile vs. Marco tradicional
Antes de iniciar en la diferenciación de los marcos de referencia, es importante saber la diferencia entre lo que es agile y el marco tradicional o de cascada. Así, se puede definir agile como un enfoque iterativo de desarrollo que ayuda a los equipos a entregar el valor más rápido, con pequeñas entregas que de manera continua muestran resultados eficientes y efectivos, en lugar de enfocarse en una gran entrega (Atlassian, s.f.).
Por su parte, el modelo tradicional se enfoca en una sola entrega, se divide en grandes fases y cada una de ellas tiene que terminarse antes de continuar la otra, su enfoque es completamente lineal y, de manera formal, cada etapa está compuesta por un conjunto de tareas que van acompañadas de documentación y criterios de salida (Sherman, 2015).
En la figura 1 pueden observarse las habilidades requeridas para poder implementar normalmente un proyecto de tipo tradicional, o en forma de cascada, contra un proyecto bajo un pensamiento ágil (Moira, 2018; Lutkevitch, 2022):
Figura 1.Habilidades para el marco tradicional y el ágil.
Como parte de los cambios de paradigma en el desarrollo de proyectos, es importante mencionar que, no es que el marco de referencia ágil sea mejor que el tradicional de cascada o al revés, cada uno de ellos tiene sus propias fortalezas, ventajas y desventajas, así como también se aplican dependiendo de las circunstancias y del tipo de proyecto que se esté hablando. Es decir, no es posible aplicar agile en cualquier tipo de proyecto o generación de valor, y lo mismo pasa con un enfoque tradicional de cascada, por lo que es importante el poder identificar en qué momento incorporar una y cuándo incorporar otra, recordando que, de forma general, cascada es un enfoque lineal y secuencial, mientras que agile está más enfocado a la iteración continua de desarrollo, lo cual puede observarse en el continuo de desarrollo mostrado en la figura 2.
Figura 2.Continuo de aplicación de marcos de referencia.
Fuente: Dash, S. (2018). Why and When to Go for Agile Life Cycle. Recuperado de https://www.mpug.com/go-agile-life-cycle/
En la figura 2, el grado de cambio está relacionado principalmente con la incertidumbre, es decir, el mayor desconocimiento de los elementos o requerimientos del cliente, mientras que, la frecuencia de entrega se refiere al número de entregables con el cual se agregará valor. Por ejemplo, si se requieren pocos entregables y se conocen los requerimientos completamente, es mejor aplicar un enfoque predictivo o tradicional, mientras que, si se desconocen los requerimientos o hay un alto nivel de incertidumbre y además hay muchos entregables, es mejor usar un enfoque ágil. Lo importante es saber cuándo y cómo aplicarlos. La zona predictiva normalmente se considera simple, mientras que la zona cercana a la parte ágil se considera como caos, dado que existen muchos requerimientos y alta incertidumbre.
Considerando el continuo ágil, se identifican cuatro tipos de marcos de referencia que pueden aplicarse para poder generar valor, los cuales son (Certwise, s.f.; Lean CX, 2019; O'Reilly, 2022; Project Management Knowledge, 2022):
Una diferencia principal entre el proceso predictivo o de cascada y el proceso ágil es la forma en la cual se conduce el valor, ya que mientras en el modelo de cascada el producto y/o servicio es dirigido por el plan, en un modelo ágil se debe seguir el valor (figura 3).
Figura 3. Proceso predictivo vs. proceso adaptativo.
Fuente: Barato, J. (2019). ¿En los proyectos ágiles se planifica más? Recuperado de https://pmi-mad.org/socios/articulos/2035-en-los-proyectos-agiles-se-planifica-mas
Visión y valores
Desde el punto de vista ágil o agile, la declaración de la visión del producto describe por qué se desarrolla el producto, para quién se desarrolla, y qué lo hace diferente. La visión en Scrum da la vista futura de lo que será el producto, es decir, la guía del camino a seguir para lograr el valor, desde las manos del product owner, ya que es quien tiene la tarea de entender el proyecto de arriba hacia abajo, siendo responsable de comunicar las ideas de manera adecuada entre los interesados, el equipo de desarrollo, los clientes y el Scrum Master.
La visión del producto busca describir el estado futuro del producto, su esencia, sirviendo de guía a los interesados, recordando de forma general la dirección que tomará el equipo para el logro de valor.
De manera general, las preguntas que responde la visión del producto son (airfocus, s.f.):
Al responder las preguntas anteriores, la visión del producto lucirá de acuerdo con la figura 4.
Figura 4. Visión del producto.
Fuente: Chapman, Z. (s.f.). Importance of Vision Statements in Scrum. Recuperado de https://www.clearlyagile.com/agile-blog/importance-of-vision-statements-in-scrum
Los valores del manifiesto ágil son cuatro, los cuales son seguidos por cualquier marco de referencia adaptativo, de tal forma que todo lo que se lleva a cabo para el logro del valor del producto se hace a través de estos, los cuales son mostrados en la figura 5.
Figura 5. Valores ágiles.
Fuente: Productboard, Inc. (2022). Agile Values. Recuperado de https://www.productboard.com/glossary/agile-values/
Como puede observarse en la figura 5, existe una alineación de los valores con la figura 3, en la cual se observa que el modelo tradicional o predictivo se basa principalmente en un plan, mientras que en un modelo adaptativo la guía es el valor buscado, de tal forma que:
Ayude a la creación de valor a través del redireccionamiento en caso de ser necesario, en lugar de implementar planes estáticos que provoquen impedimentos para el avance en el objetivo buscado.
Mindset
Todos los seres humanos tienen diferente mentalidad, la cual van adaptando de acuerdo con sus vivencias; sin embargo, puede crearse una forma de pensar común a través de la cual se combinen procesos y herramientas para el logro de los objetivos, la cual es la denominada mentalidad ágil o agile mindset. La mentalidad ágil puede ser definida como la motivación de pensamiento a través de la toma de decisiones de manera más eficiente y flexible (Drozd, s.f.).
Todos los enfoques para generar valor tienen sus ventajas y desventajas, lo importante de combinarlos o de usarlos es el poder identificarlas. Por ejemplo, en el caso de la mentalidad ágil, existen diferentes elementos que ayudan a que el equipo logre mayor valor en menor tiempo, no por rapidez, sino por la forma de trabajar, la naturaleza del pensamiento, los patrones y las interacciones con la gente, creando una cultura que genera características, entre otras, como las de la figura 6.
Figura 6. Características de la mentalidad ágil.
Fuente: Indeed. (2021). Los principios ágiles: valores, principios y cómo trabajarlos. Recuperado de https://es.indeed.com/orientacion-laboral/desarrollo-profesional/principios-agiles
Como parte de las actitudes que contribuyen a las características de la figura 6 pueden mencionarse el respeto, colaboración, sentido de pertenencia, valoración del cliente y mejora consistente, todo esto significa que se está trabajando con personas que valoran el trabajo, que se organizan a sí mismas y buscan mejores formas de poder alcanzar el objetivo, logrando así una interacción adecuada y efectiva con el resto del equipo.
Beneficios
Aplicar una mentalidad ágil, así como un marco de referencia ágil, le da al equipo grandes beneficios, los cuales se potencializan dando mejores resultados derivados del incremento de dichos beneficios primarios (figura 7).
Figura 7. Beneficios de agile.
Fuente: Lynn, R. (2022). Benefits of Agile. Recuperado de https://www.planview.com/resources/guide/agile-methodologies-a-beginners-guide/benefits-agile/
Los beneficios de la figura 7 ayudan al negocio derivado a que, al poder proveer mejores características como una elevada visibilidad, provean una mejor toma de decisiones, un mejor entendimiento del mercado, de cómo la cultura organizacional encaja con la forma de trabajar, pero, sobre todo, de qué manera se está contribuyendo al desarrollo de los empleados. Por ello, hoy en día, las empresas buscan comprometerse con la agilidad a través de la implementación de formas de pensar ágil, que no solo soporten al cliente final a través de un producto y/o servicio, sino también a las personas que ayudan a generar dicho valor.
Además, como resultado de la implementación de dichas estrategias, se tendrán también menores tiempos para poder llevar valor al mercado a un costo más bajo, con un mejor control, pero, sobre todo, de una forma más flexible y regular, ayudando a que exista una mejora en la moral de los empleados. Lo anterior derivado de una retroalimentación continua y métricas que hacen más sentido con las nuevas formas de trabajar, las cuales son medidas de forma constante, permitiendo escalar de manera más sencilla y constantemente, identificando posibles problemas que pudieran presentarse desde el inicio de los desarrollos o la generación de valor.
La mentalidad ágil ayudará a las organizaciones a ser más flexibles, a generar una mayor satisfacción del cliente y mayormente de las personas que contribuyen con sus nuevas formas de pensamiento y de organización para la generación de valor, incrementando su enfoque en el cliente y minimizando el uso de recursos, a través de la transparencia y a través del aprendizaje.
Algo importante de las nuevas formas de pensar, es que la persona no solo agrega valor a un producto y/o servicio que va destinado a un cliente a través del negocio, sino que también se agrega valor a sí mismo, genera crecimiento, mejora habilidades y capacidades para poder reaccionar y desarrollarse, es más reactivo y se enfoca en las prioridades de desarrollo propio y del valor a proporcionar.
Hablar de una mentalidad ágil no es hablar de rapidez, sino de las mejores formas de utilizar herramientas y el pensamiento para poder sentirse satisfecho con el valor que se entrega, de poder observar un producto superior entregado, de trabajar hombro con hombro con otros colaboradores para poder involucrarse más en la satisfacción del cliente. Por lo tanto, agilidad es poder responder a la demanda del entorno de la mejor forma posible, estar preparado para ella y para aplicar lo que se tiene como capacidades.
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