La repostería árabe es una de las grandes reposterías del mundo. Y es que fueron los árabes quienes utilizaban la miel de manera notable en muchos de los platos que se realizaban desde el medievo y, por supuesto, en los postres, dándoles una suavidad que se fue imponiendo con el paso de los siglos hasta que se popularizó el azúcar.

Amantes también de los frutos secos, los árabes empezaron a introducirlos -partidos, enteros o machacados- en panes dulces (mezclaban la harina con miel) y postres. Avellanas, pistachos, piñones, nueces y almendras formaban parte de las dulces preparaciones.