Objetivo de la actividad
Comprender de forma más clara las características y modelos de negociación como solución de conflictos y su aplicación a casos concretos.
Instrucciones
La requirente a la fecha del pedido de la mediación, ya mayor de edad, vivía con su padre y su abuelo en el domicilio de este, no trabajaba y continuaba con sus estudios. La madre vivía en su domicilio con otra hija, menor de edad, hermana de la requirente. Los progenitores de la requirente estaban separados, desde hacía años. Por relatos de la madre, en la audiencia, la relación entre los progenitores fue de manifiesta enemistad, con denuncias penales, incumplimientos obligacionales, etc. y permanente victimización por parte de la madre. En medio de todo ello las hijas, desde que ambas eran menores, desarrollaban sus vínculos y afectos dentro de las posibilidades que ello le brindaba, conviviendo y presenciando los tironeas, lamentos y victimización en el ámbito doméstico, que lejos de cesar se incrementaron en el tiempo. La hoy requirente, siendo todavía menor fue a vivir al domicilio del abuelo, donde también lo hacia su padre. Este reclamo de alimentos en la audiencia, revivió y recrudeció en la madre todos los conflictos, vividos y no resueltos. La negativa de la requerida a suministrar los alimentos aquí reclamados, tuvo entre los argumentos los reiterados incumplimientos del padre con relación a su obligación alimentaria para con la hija menor que convivía con ella. El padre de las menores nunca reclamo alimentos para la hoy requirente. Ambas partes estaban inclinadas en un comienzo a cerrar la mediación sin acuerdo. Sin perjuicio de ello hubo tres audiencias a las que ambas asistieron.
En audiencias privadas con cada una de las partes y sus letrados logre conseguir pequeños compromisos que marcaron la confianza en la mediación y que ambas fueron cumpliendo. El cumplimiento de estos compromisos ajenos a los alimentos reclamados que respondían a los intereses y necesidades de cada parte, hicieron que la original cerrazón de ambas fuera cediendo y permitiera pequeñas reciprocidades y manifestaciones de atención a la otra parte. Actitudes de las partes: a) Inicialmente pude observar que al ser llamadas a la audiencia se presentaron las partes con sus letrados y que entre madre e hija no se saludaron, ni se hablaron, ni si quiera se miraron, en una actitud muy cerrada. b) Ya en el curso de la segunda audiencia las partes se miraban y la actitud física entre ellas era algo más afable. Esto permitió, si bien con dificultad, ir abordando distintos temas, entre los cuales se encontraban los que las habían distanciado. Así también, se trató la relación de la requirente con su hermana menor, recomponiéndose de alguna manera vínculos afectivos y contactos con la hermana menor, que la madre indicó que eran reclamados por esta. A la vez que se fueron logrando avances en la recomposición de la relación, se comenzó a abordar el reclamo de alimentos cediendo las partes gradualmente en sus posiciones iniciales, lo que quedaba evidenciado por las circunstancias de que las mismas ya podían hablar entre ellas del tema. Lo que permitió llegar a un acuerdo en la última audiencia. Estrategia desplegada: en la mediación hubo que seleccionar para trabajar las necesidades e intereses que se presentaban para lograr superar la bronca y el rencor de situaciones pasadas, acentuadas por el traslado de la hija a vivir junto a su padre en la casa del abuelo y todos los reproches que todo esto generaba, junto con todos los demás relatados. La realización de pequeños acuerdos de una audiencia a la otra y su cumplimiento acercaron y afianzaron los intereses comunes e individuales con las necesidades de ambas.
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