El reto para la transformación digital es el manejo de datos a gran escala generados por trillones de dispositivos hiperconectados, conocidos como el Internet de las cosas y su interacción con servicios basados en la nube, es por eso por lo que, al momento de trabajar con información, es importante pensar en dónde la vamos a almacenar y cómo la vamos a consumir, pero más allá de estas simples acciones debemos pensar muy bien cuál es el mejor modelo para nuestras bases de datos.
Un modelo de base de datos muestra la estructura lógica de la base, incluidas las relaciones y limitaciones que determinan cómo se almacenan los datos y cómo se accede a ellos. Los modelos de bases de datos individuales se diseñan con base en las reglas y los conceptos de cualquier modelo de datos más amplio que los diseñadores adopten. Un caso de éxito es el tan mencionado Blockchain, que permite una modelación de datos alternativa para su almacenamiento, y permite un alto nivel de descentralización con la utilización de Digital Ledger, para registrar información que no es ejecutada por una sola identidad.