Una de las últimas estrategias a implementar dentro del visual merchandising es un showroom, no todos los giros o tiendas se prestan para adecuar estos espacios abiertos de exposición ya que requieren de una locación más amplia.
El objetivo principal de un showroom no es precisamente el autoconsumo, este es diseñado previamente con el fin de que el consumidor reconozca a profundidad la marca, el producto y/o servicio junto con el uso de los mismos, generando a su vez, una experiencia personalizada que lo lleve a enamorarse de la propuesta comercial.
En este programa podrás identificar cuáles son los principales elementos de un showroom y los pasos clave para construir uno, si es que tu negocio lo amerita.
La diferencia entre un showroom y una tienda
Si bien el showroom es parte de las estrategias de una planificación del visual merchandising, este se distingue por características esenciales que hacen que se considere como un elemento independiente a los demás dentro de la exhibición para el ámbito del retail.
La mayoría de las tiendas de autoservicio y/o supermercados no cuentan con un showroom como tal, ya que se encuentran diseñadas mediante un modelo de consumo masivo.
El showroom responde a una evolución de la exhibición común de los productos y artículos con la necesidad de generar un espacio de mayor privacidad para el desarrollo de una venta.
Analiza las diferencias entre la exhibición convencional de tienda y el diseño de un showroom.
Observa las imágenes que ejemplifican una exhibición de retail convencional de tienda y un showroom con el fin de que puedas identificar sus diferencias.
Cuándo es prudente la implementación de un showroom
Como se comentó en el inicio del tema, no todos los giros o negocios ameritan un showroom como tal, por lo que primero debes averiguar si tu mercado y segmento responden a la necesidad de uno.
Para ello, se te comparte la siguiente gráfica que explica la correlación mercadológica entre el uso del showroom y el tipo de mercado.
Como pudiste visualizar en la gráfica anterior, entre más exclusivo sea el producto exhibido en relación con la demás mercancía, requiere que su exposición al público sea enaltecida, siendo uno de los objetivos que se pueden lograr al utilizar un showroom.
Al igual, un showroom genera una separación de las exhibiciones generales haciéndolas zonas premium donde se puede llevar a cabo un trabajo de venta más cercano al cliente.
Un showroom también considera elementos de ornato que recreen una experiencia final para el consumidor; es decir, que lo transporten a una supuesta realidad en donde se visualice utilizando el servicio o producto.
Un buen ejemplo que puede brindarte dicho contraste es el giro automovilístico. ¿Puedes identificar las diferencias entre la exhibición de carros seminuevos, a un showroom de una marca lujosa de carros? En el primero, utilizarán estrategias de visual merchandising que corresponden a una tienda, y muy probablemente en el segundo, la exposición de los modelos exclusivos será mediante un showroom.
Si dentro de tu inventario tienes artículos o colecciones que requieran de una atención técnica y especializada para su venta, a través de una experiencia personalizada respaldada por una inversión considerable en comparación con toda tu demás mercancía, entonces puedes optar por implementar un showroom para ello.
Cómo diseñar un showroom
Ahora que sabes en específico para qué y cómo se conforma un showroom, es momento de conocer los pasos indispensables a seguir para construir uno.
El primer paso es tomar la decisión de qué es lo que se va a exhibir dentro del showroom. Recuerda que deben ser tus productos o parte de tu inventario top, esto, con el fin de vislumbrar un retorno de inversión en cuanto al esfuerzo, tiempo y presupuesto dedicado al diseño de este espacio. Se recomienda basarte en la gráfica previamente mostrada, pero también que reflexiones si es un producto que corresponde a una venta personalizada o especializada.
No todos los segmentos responden bien a un showroom, ya que, para el correcto funcionamiento de este, el cliente debe contar con un mayor tiempo para su visita, por lo que para servicios de autoconsumo express y de venta masiva no es utilizado.
Al igual que si el segmento al que va dirigido el showroom corresponde a un nivel socioeconómico bajo, este puede intimidarse debido a la exhibición lujosa y percibir la mercancía como costosa, haciendo que el consumidor piense que es inaccesible para él, por lo que, en este caso, no es prudente implementar un showroom.
Miller (2017) asegura que el secreto revelador de las marcas exitosas es la capacidad de hacer comprender a sus clientes a través de una experiencia los beneficios de sus productos y servicios.
Antes de diseñar los espacios del showroom debes recorrer en tu mente los momentos y etapas de la experiencia que deseas que el comprador viva, desde el instante de la recepción, la muestra del servicio o producto, hasta la ubicación adecuada para una negociación y atención uno a uno. En este punto, también es importante que consideres el neuromarketing como aliado estratégico en tu diseño, es decir, el uso de los sentidos para incentivar la compra.
Los showrooms tienen menor capacidad instalada de visitantes que una estrategia de visual merchandising convencional tipo tienda, por lo que, es necesario que primero determines cuál debe ser el ticket promedio por visita para que verdaderamente se saque provecho de este espacio. Un showroom no es una propuesta viable para la venta masiva de consumo rápido.
A diferencia del escaparatismo y las exposiciones convencionales, los showrooms cuentan con mobiliario de diseño, con el fin de brindar experiencia única y de confort al consumidor, por lo que, probablemente, requieras de la ayuda de un diseñador industrial para producir de manera adecuada los exhibidores para cada mercancía seleccionada.
Puede ser una isla de coffee break, una sala lounge, o bien alguna otra zona que ofrezca servicios adicionales de confort al cliente; estos, son de los elementos que debes considerar en el diseño de un showroom. En esta estrategia la clave es la experiencia.
La iluminación de un showroom es muy distinta a la iluminación de pasillos o anaqueles a gran escala dentro de una tienda. En un showroom se deben contemplar distintos contrastes que ayuden a enaltecer el producto, mediante el uso de luces directas e indirectas, entre otros. En un showroom no es válido una iluminación plana u homogénea, ya que, de este modo no se recrearía un ambiente cálido para el cliente.
En esta área, el objetivo principal es pasar de un producto a una experiencia, por lo que las demostraciones, las pruebas piloto y los try out son de las estrategias y activaciones que debes considerar.
Gingiss (2021) comparte que el personal de ventas debe asegurar que el cliente pase por una experiencia extraordinaria e inmersiva para que este la comparta como memorable y así los consumidores se conviertan en los mejores vendedores de la marca.
Por ello, es fundamental que reconozcas que para la atención de un showroom se requiere una capacitación previa del personal, ya que el personal a cargo no estará solamente enfocado en habilitar la gestión o administración del lugar, si no que, será el guía de la experiencia del consumidor, dando pie a un recorrido en tiempo y forma, siempre teniendo como principal intención el consumo de lo exhibido.
Un showroom no se encuentra diseñado para llamar la atención masiva de mercado indirecto, es decir, en este espacio deben ingresar clientes perfilados o que respondan a una segmentación adecuada, es por ello, que la publicidad visual, auditiva llamativa y constante no es necesaria, al contrario, esto puede ocasionar molestias en los visitantes.
Lo más importante dentro de la estrategia de implantación de un showroom es que estudies a profundidad y de manera objetiva y real si este se ajusta a tus necesidades comerciales.
La mayoría de los novatos en visual merchandising, invierten en un showroom sin ser indispensable y prioritario para su éxito comercial, o bien, no recuperan el presupuesto que se destinó para ello, debido al giro o segmento al que iba dirigida la marca. Por lo que, aunque un showroom a la vista sea enriquecedor y atractivo, es fundamental que cuentes con los requisitos y argumentos mercadológicos prudentes para justificar su diseño y ejecución.
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