Inteligencia emocional y vida equilibrada

Puntos clave

Asegúrate de:

  • Comprender el concepto de inteligencia emocional.
  • Identificar las dimensiones de la inteligencia emocional y sus habilidades subyacentes.
  • Reconocer la importancia de una vida equilibrada para el bienestar.


Introducción

El bienestar subjetivo se relaciona con la vivencia frecuente de emociones positivas y satisfacción con la vida. Por tanto, es importante que realices una introspección en tu mundo emocional para que hagas consciencia de tus emociones, cómo las experimentas, qué las detona, formas para regularlas y, lo más importante, cómo las puedes utilizar a tu favor.

El estudio científico de las emociones y de la inteligencia emocional ha ayudado a comprender, que tanto la mente racional como la emocional actúan en conjunto, seas o no consciente de ello y que es posible aprender a usar las emociones con consciencia para tomar mejores decisiones, construir mejores relaciones y tener un mayor bienestar (Mestré, Guil y Brackett, 2008).  

En este tema conocerás qué es la inteligencia emocional y sus principales habilidades asociadas para una mejor gestión de tu vida emocional.


Explicación

¿Cómo influyen las emociones?

Los seres humanos son seres emocionales por naturaleza. La mayor parte del tiempo las emociones actúan a tu favor al hacer que te ocupes de lo que es realmente importante en la vida y te proporcionan placeres de distintos tipos. Sin embargo, otras veces te meten en líos debido a que tus reacciones emocionales resultan inadecuadas por uno de los tres motivos siguientes (Ekman, 2017):

  • Sientes y muestras la emoción correcta, pero con una intensidad equivocada.
  • Sientes la emoción adecuada, pero no la muestras correctamente.
  • Sientes la emoción incorrecta.

Por lo tanto, un comportamiento emocional equilibrado que contribuya a mejorar tus relaciones y a lograr tus objetivos implica el experimentar las emociones con una intensidad acorde a la situación que la detona, expresadas en el momento apropiado y de conformidad con el desencadenante emocional y a las circunstancias en las que se den, además de expresarse en una manera que no dañe a uno mismo ni a los demás.

Las emociones tienen una gran influencia en tu vida cotidiana, en la toma de decisiones, en tus relaciones sociales, en la salud y hasta en tu efectividad (Bracket, 2019), de ahí se desprende la importancia de aprender a conocerlas, aceptarlas y comprenderlas tanto en ti como en otros para usarlas a tu favor.

Inteligencia emocional

La Inteligencia Emocional(IE) hace referencia a los procesos implicados en el reconocimiento, uso, comprensión y manejo de los estados emocionales de uno mismo y de otros para resolver problemas y regular la conducta. Desde esta línea, por un lado, la IE hace referencia a la capacidad de una persona para razonar sobre las emociones y, por otro lado, a procesar la información emocional para aumentar el razonamiento (Salovey, 2007).

Las personas con una alta inteligencia emocional han dominado diferentes habilidades que contribuyen a una o más dimensiones de esta, por ejemplo, han desarrollado un gran vocabulario de emociones y han aprendido a usarlo para describirlas con precisión. Chade-Meng Tan,  ingeniero en Google, desarrolló un programa de inteligencia emocional con mindfulness que explica que desarrollar la inteligencia emocional en el ámbito laboral apunta a tres grupos de habilidades (Tan, 2012):

  • Rendimiento laboral mejorado, las investigaciones indican que las habilidades emocionales son dos veces más importantes para lograr resultados que solo la inteligencia y la experiencia.
  • Un liderazgo sobresaliente, las habilidades emocionales constituyen del 80% al 90% de las características de un líder sobresaliente.
  • La capacidad para crear condiciones para el bienestar, las habilidades que nos ayudan a desarrollar inteligencia emocional también apoyan en la identificación de los factores internos que contribuyen al bienestar.

Diferentes investigadores han desarrollado modelos de inteligencia emocional, pero el modelo de IE más representativo es el de Davis, Stankow y Roberts (1998), el cual comprende cuatro dimensiones:

  1. Identificar y entender las emociones propias: esto implica la capacidad de comprender las emociones profundas y de poder expresarlas de forma natural. Una persona con alta capacidad en esta área tiene la facilidad de sentir y reconocer sus emociones.
  2. Identificar y entender las emociones de los demás: esto se relaciona con la capacidad de percibir y comprender las emociones en otras personas. Una persona con alta capacidad en esta área puede darse cuenta y comprender las emociones de otras personas.
  3. Regulación efectiva de las emociones: esto implica la capacidad de lidiar efectivamente con las propias emociones. Una persona con alta capacidad en este aspecto puede evitar que sus emociones influyan automáticamente en su comportamiento. Por ejemplo, cuando una persona con altas habilidades de regulación de las emociones experimenta enojo, podrá manejar el enojo de tal manera que no diga ni haga nada de lo que pueda arrepentirse.
  4. Usar las emociones para fomentar el desempeño: esto se relaciona con la capacidad de hacer uso de las emociones al dirigirlas hacia actividades constructivas y desempeño personal. Una persona que es altamente capaz en este aspecto puede alentarse a sí misma a mejorar continuamente. Él o ella puede dirigir sus emociones en direcciones positivas y productivas.

Las habilidades de inteligencia emocional más relevantes dentro de cada dimensión son las siguientes:  

Diferentes investigadores han encontrado una fuerte relación entre las habilidades subyacentes a la inteligencia emocional y el bienestar. Carmeli, Yitzhak-Halevy y Weisberg (2009)   encontraron que las personas que presentan un alto nivel de IE reportan mayores niveles de autoestima, satisfacción con la vida y autoaceptación.

Regulación emocional mediante las fortalezas de carácter

El estudio de las fortalezas de carácter se enfoca en resaltar aquello que es bueno y óptimo en una persona, es decir, aquello que sí funciona. Según el enfoque en fortalezas, una persona tiene mayor probabilidad de florecer y desarrollar un mayor nivel de bienestar cuando reconoce y utiliza sus fortalezas en el día a día. Según Seligman (2012), las fortalezas de carácter funcionan como soporte de los elementos del bienestar del modelo PERMA, ayudan a reforzarlos y hacen más fácil la consecución de cada uno de estos elementos.

Debido a la fuerte relación que existe entre los cinco elementos del modelo PERMA, las fortalezas de carácter y el desarrollo de las cuatro dimensiones de la IE, resulta natural combinar, en una especie de simbiosis, estos modelos que se benefician uno del otro para desarrollar mejores intervenciones a nivel personal.

Las fortalezas de carácter se definen como un conjunto de rasgos positivos que se reflejan en la manera de pensar, sentir y actuar (Park, Peterson y Seligman, 2004), que demuestra una persona en forma natural, que disfruta utilizar y que le permiten alcanzar su óptimo funcionamiento y perseguir resultados valiosos.

Se ha encontrado que las personas que usan sus fortalezas aprenden de forma más fácil y se desempeñan a un mejor nivel, están más motivados y confiados, con un mayor sentido de satisfacción, maestría y competencia (Clifton y Harter, 2003), lo que se traduce en un mayor sentido de bienestar, o sea, un aumento en la experiencia de emociones positivas (en comparación con las emociones negativas), mayor satisfacción con la vida, así como también un aumento en el bienestar psicológico.  

El uso de las fortalezas de carácter de manera consciente conduce al desarrollo de las habilidades de atención (sentir y expresar emociones de forma adecuada), claridad (comprender los propios estados emocionales) y reparación (capacidad de regular los propios estados emocionales, que conforman una tríada cognitiva de la inteligencia emocional) (Ros-Morente et al., 2018).  

Vida equilibrada

Seligman (2002) propuso que la auténtica felicidad se deriva de tres grupos de experiencias en la vida:

Llevar una vida equilibrada contribuye en gran medida al bienestar subjetivo. Sirgy y Wu (2009) señalan que el bienestar subjetivo no puede verse solo como el balance de emociones positivas y negativas sin tener en cuenta la fuente, considerando que hay un límite en el bienestar que se puede obtener de un solo dominio de vida, es decir, no se puede sustituir el bienestar de una necesidad con el de otra necesidad.

Los investigadores proponen que las personas deben involucrarse en actividades que impliquen múltiples dominios, tanto de la vida laboral como la no laboral, para satisfacer el espectro completo de las necesidades del desarrollo. Las necesidades de supervivencia y las de crecimiento deben ser satisfechas para inducir el bienestar subjetivo.

Algunos dominios de vida que debes considerar para una vida equilibrada son la salud, el amor, la familia y lo material, que atienden a la satisfacción de la mayoría de las necesidades básicas; mientras que los dominios sociales, trabajo, entretenimiento y cultura atienden a las necesidades de crecimiento (Sirgy y Lee, 2018).

Es necesario cuidar el no caer en desequilibrio en la vida al dedicar demasiados recursos a un solo dominio en detrimento de los otros, pues esto lleva a la insatisfacción con la vida.


Cierre

Desarrollar la inteligencia emocional es un proceso en desarrollo constante en las diferentes etapas y situaciones de vida, además de ser fundamental para tener éxito en lo que te propongas y tener satisfacción con la vida. Es importante atender al equilibrio afectivo en los diferentes dominios de vida para llevar una vida equilibrada que contribuya a lograr el bienestar contigo mismo y con los demás.


Bibliografía

  • Brackett, M. (2019). Permission to feel: Unlocking the power of emotions to help our kids, ourselves, and our society thrive. Estados Unidos: Celadon Books.
  • Carmeli, A., Yitzhak-Halevy, M., y Weisberg, J. (2009). The relationship between emotional intelligence and psychological wellbeing. Journal of Managerial Psychology, 24(1). Recuperado de https://doi.org/10.1108/02683940910922546
  • Clifton, D., y Harter, J. (2003). INVESTING IN STRENGTHS. En K. Cameron, J. Dutton y R. Quinn (Eds.), POSITIVE ORGANIZATIONAL SCHOLARSHIP: FOUNDATIONS OF A NEW DISCIPLINE. Estados Unidos: Berrett-Koehler Publishers.
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  • Ekman, P. (2017) El Rostro de las emociones. España: RBA Libros.
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  • Park, N., Peterson, C., y Seligman, M. (2004). STRENGTHS OF CHARACTER AND WELL-BEING. Journal of Social and Clinical Psychology, 23(5).
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  • Salovey, P. (2007). Prólogo. En J. Mestre y P. Fernández (Coords.), Manual de Inteligencia Emocional. España: Pirámide.
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  • Sirgy, M., y Lee, D. (2018). The psychology of life balance. In E. Diener, S. Oishi y L. Tay (Eds.), Handbook of well-being. Estados Unidos: DEF Publishers.
  • Sirgy, M., y Wu, J. (2009). The pleasant life, the engaged life, and the meaningful life: What about the balanced life? Journal of Happiness Studies10(2).
  • Tan, Ch. (2012). Search inside yourself. Estados Unidos: Arkana.

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