Pensar o trabajar con marcos de trabajo ágil no significa tener rapidez en los procesos o ser capaz de procesar la información o datos de forma acelerada, sino que implica el hecho de poder desarrollar habilidades que conllevan la comprensión, la colaboración, el aprendizaje y la flexibilidad para lograr resultados planeados, de tal forma que al combinarlas con otras herramientas se genere valor para el cliente.