En este apartado, podrás aprender sobre algunas de las preparaciones más sobresalientes dentro de la confitería, como las trufas y los chocolates.
Se consideran productos de confitería, todos aquellos que tienen como ingrediente base la sacarosa u otros azúcares como la fructosa y la glucosa. A estos productos también se les pueden añadir diversos ingredientes como crema, chocolate, saborizantes, grasas, huevos, entre otros.
A finales de la Edad Media, la palabra “confite” era utilizada como un término genérico para todo tipo de dulces hechos de frutas, raíces o flores conservadas con azúcar. Para el siglo XVI, este término se volvió más específico al utilizarse para referirse a una semilla, nuez o especia cubierta por una masa de azúcar. Aunque el término general siguió en uso hasta el siglo XVIII. Durante los siglos XVI y XVII, los confites eran considerados como productos con propósitos medicinales y algunos de ellos eran producidos por boticarios y sus procedimientos de elaboración se encontraban tanto en libros de cocina como en los dispensarios. Desde la época medieval, uno de los nombres en latín que se les daba a los boticarios era confectionarius.
Como podrás observar, la confitería ha estado presente desde hace varios siglos y el gusto del hombre por los productos dulces permanece hasta nuestros tiempos, por lo que cada vez hay mayor variedad de ellos respondiendo dicha oferta a la gran demanda que existe actualmente en el mercado.