La Psicología se había enfocado en estudiar y comprender las múltiples afecciones del ser humano, no fue sino hasta 1998 que la Psicología cambió su paradigma al proponer un nuevo enfoque basado en los procesos positivos del ser humano, aquellos que facilitan las acciones que le permiten adaptarse mejor e incrementar el bienestar propio, de sus familias y de sus comunidades.

A futuro es necesario desarrollar o formar un ser humano más sensible hacia su propio desarrollo, que sea congruente con sus acciones en la búsqueda de un mayor bienestar, atento a sus necesidades y conectado con el mundo que lo rodea para satisfacerlas, sin afectarse negativamente o a los demás. En definitiva, un ser humano que usa sus mejores cualidades para generar una vida virtuosa que ayude a construir un mundo mejor.