Por último, podemos afirmar que uno de los aspectos que determinan el grado de profesionalización de un patrocinio es precisamente el tipo de criterio o motivo que hay tras la decisión del mismo. Cristina Díaz Anichtchenko y Eva Breva Franch (2017) recolectaron información de varios expertos y llegaron a la conclusión de que se conoce poco de patrocinio y de sus posibilidades, así mismo también concluyeron que el patrocinio en muchas ocasiones resulta del interés personal de directivos de una institución educativa, para fortunio nuestro el sponsoring se va profesionalizando.
En la misma línea se manifestaban algunos de los expertos con los que habló Sandra Femenía Almerich (2014), quienes afirmaban que, a pesar de las completas estructuras y la planificación que tienen las grandes compañías en patrocinio, todavía siguen influyendo en las decisiones los gustos y preferencias del presidente, gerente o altos ejecutivos. Y en estos casos, el trabajo del gestor se encuentra detrás, tratando de justificar la pertinencia de ese patrocinio, y tratando de hacer encajar la imagen de marca del patrocinador con el patrocinado, para que sea creíble y convincente de cara al resto de públicos.
Guillermo Sanahuja comentaba con Anichtchenko y Breva (2017) que en su opinión las empresas se decantan básicamente por criterios de imagen y de notoriedad, de “hacer patria” a nivel local o regional, y también apunta a un motivo comercial cada vez más presente en la decisión de un patrocinio. De hecho, Inés Clemente nombra el criterio comercial como el segundo más importante para Grupo Damel, por detrás del criterio económico y por delante del social o “relacionado con niños y con vida saludable”.
Preocupados por si tales criterios variaban en función del tipo de empresa, Pedro Casado y Jorge Medina especifican que no tanto por el tipo de organización como por las necesidades u objetivos de cada una, mientras que Guillermo Sanahuja sí vislumbra una diferencia entre las compañías nacionales frente a las de ámbito local. Las compañías locales carecen de profesionalización y en la mayoría de las ocasiones corresponden más a una donación o mecenazgo. Olivares coincide al respecto, sin embargo, Clemente observa diferencias en otro criterio, el económico, justificando que para las grandes compañías ese está por debajo de las necesidades comerciales.
Una vez establecida la relación de patrocinio entre la propiedad deportiva y la empresa patrocinadora, es indispensable activar dicha relación, comunicarla para poder obtener resultados. El resultado inmediato es la presencia de marca, la visibilidad, como ya se vio. La enorme notoriedad que el patrocinio deportivo ofrece a las marcas que se asocien a él es proporcional, por supuesto, al seguimiento del deporte en cuestión y al gasto que se ha ejecutado. Es por ello que “las agencias que gestionan esos patrocinios ofrecen ad hoc programas de activación que permiten aumentar de forma exponencial los impactos de marca del patrocinio” (Sempere, 2012). Con ello buscan cumplir con los objetivos de una triple estrategia; publicitaria, comercial y socio deportiva (Uriondo, 2011; Vite López y Hyun Sook Lee Kim, 2013)
Sandra Femenía Almerich (2014) concluye, por tanto, que un reflejo del buen hacer es la integración de la activación como parte del patrocinio y de una gestión profesional. Mientras que las medianas y pequeñas corporaciones son vírgenes, carecen de enfoque y cuando patrocinan tienden a diversificar y no se preocupan tanto por activar, perdiendo así gran parte de la potencial repercusión que esa relación les daría.
A no ser que la empresa patrocinadora cuente con mucha notoriedad entre su sector y en el mercado donde se produce el patrocinio, siempre tendrá que explicar indirectamente cuando patrocina quién es, por qué patrocina, la razón por la cual apoya esta actividad y no otra (Femenía y Visiedo, 2009).
Esa activación también puede hacerse online y en ello incide el trabajo de Femenía y Visiedo (2009). Hoy en día nos encontramos en la era digital. Los ciudadanos se han vuelto unos tecnófilos, disponen de una mayor facilidad de acceso y las características inherentes del medio Internet (libertad, total control, disponibilidad de información 24 horas, etc.) han conducido a que anunciantes lo empleen para comunicarse globalmente. Calvo Fernández y Reinares Lara (2001) reflejaban en su trabajo que en el medio online no había una delimitación entre lo que es la publicidad propiamente dicha y una acción de patrocinio online. El patrocinador puede a cambio de los recursos que le proporciona el patrocinado a través de Internet hacer multitud de acciones y muy creativas.