Contexto


La importancia de fallar rápido

Alguna vez te ha pasado que te has preguntado:
¿Por qué fallé?

Si has fracasado o fallado en algo en tu vida, desde las cosas más simples hasta lo más complejo, es muy probable que esa pregunta haya venido a tu mente. Sin embargo, puedes plantearte otra pregunta que puede ser igual o más trascendental que la pregunta anterior y ésta es:

¿Por qué no fallé más rápido?

Es decir, si como quiera se iba a fallar por qué no sucedió más rápido para no perder tiempo, esfuerzo o incluso dinero en intentarlo. Algunas de las razones por las cuales no puedes fallar inmediatamente en ciertas actividades o áreas de tu vida son:

  1. Pruebas e intentas todas las posibles soluciones antes de rendirte.
  2. Es un proyecto que tiene que llegar hasta el final y terminar, ya que va avanzando por etapas.
  3. No se sabe que resultará un fracaso, así que sigue adelante.
  4. Se sabe que lo más probable es que falle, pero se tiene la confianza en que al final de cuentas sí funcione.

La verdad es que cada una de esas razones es válida y posiblemente algunas de ellas han sido la razón por la cual no has tirado la toalla en alguna actividad. Sin embargo, en el área específica del emprendimiento esas razones ya no son las mejores -a menos que quieras perder una cantidad de dinero y tiempo considerable-, por lo que en tu proyecto de emprendimiento debes buscar “fallar rápido” para tomar decisiones rápidas que deriven en un servicio o producto más atractivo para el mercado.

Tu proyecto de emprendimiento te permitirá probar y fallar rápido, sin necesidad de esperar a una siguiente etapa o depender de la incertidumbre (ojo, el hecho de que falles rápido no quiere decir que fracasaste, sino que dejarás de invertir tiempo y quizás dinero en una idea que no tiene futuro en el mercado y pasarás a diseñar otra que sí). Mucho más alentador, aprenderás a verificar si tu idea de negocio es atractiva o simplemente un potencial fracaso, de esta manera no tendrás que responderte ¿por qué falle? Y mucho menos, ¿por qué no falle más rápido?

Preguntas detonadoras o de reflexión:

  • ¿Has fracasado alguna vez en tu vida, en alguna actividad o proyecto? ¿A qué crees que se debió tal fracaso? ¿Ves ahora alguna forma en la que pudiste evitar tal fracaso?
  • Fracasaste, pero ¿te recuperaste?

Explicación


Con base en la metodología NISI (Nail It Then Scale It)  de Furr y Ahlstrom (2013), en este tema se expondrá un enfoque basado en evidencia donde se puedan probar rápidamente las suposiciones que se tienen del mercado. Con esto se busca comprender con exactitud la necesidad que se quiere satisfacer, cómo puede satisfacerse, la solución que se está proponiendo, cómo comunicarse con los clientes y finalmente cómo hacer que compren tu producto. Toma en cuenta que el primer paso es lanzarte al mercado, entenderlo y validar tu idea de negocio usando como base los siguientes fundamentos prácticos: validar y aprender a cambiar, saber escuchar y realizar pruebas rápidas, simples y de bajo costo.

8.1 Validar y aprender a cambiar

Este fundamento puede resultar un poco duro para algunos emprendedores, pues en la mentalidad de éstos no está la opción de fallar. La mayoría de las veces se tiene una gran idea y se desea defenderla a capa y espada, pero el asunto no es tener una idea o muchas ideas sino más bien, tener una idea que sea comercializable.

Definitivamente ser un emprendedor requiere de pasión y optimismo, pero también es necesario percatarse de cuándo se están gastando recursos (tiempo, dinero y esfuerzo) en una idea que no satisface lo que el mercado busca. Es decir, hay que buscar fallar rápido. El término fallar rápido se refiere a que compruebes las suposiciones que tienes del mercado de manera barata y rápida, de tal forma que te permita reajustar tu idea para que sí sea comercializable sin gastar tantos recursos en el camino. Se trata de iterar constantemente la idea para que cada vez sea mejor.

Un profesor de Harvard, declaró que lo que diferencia a las startups exitosas de las que no lo son, es que las segundas no tienen el dinero suficiente para probar la siguiente ronda de ideas.

Esto haciendo alusión a que, normalmente, nos casamos con la idea inicial y no estamos dispuestos a dejarla ir hasta que nos lleva al fracaso. La mayoría de los emprendedores ya no cuenta con los recursos para una segunda vuelta de esfuerzos, pero este principio nos dice que no es necesario esperar al gran fracaso y agotamiento del dinero para empezar a cambiar la dirección de la idea cuando ésta no está funcionando.

Revisa el ejemplo de una gran empresa que ha seguido este fundamento y llegó al éxito, dando clic en el botón.

Todo es cuestión de redefinir el concepto de fracaso en nuestras mentes para dejar en claro que un cambio de dirección de la idea basado en información del mercado no es un fracaso, al contrario, es un aprendizaje.

Como señalaba Thomas Edison:
"No he fallado, he encontrado 10,000 formas de cómo no hacerlo".

8.2 La importancia de escuchar

Existen empresas que no saben escuchar a su mercado o hacen caso omiso a éste, poniendo en riesgo su supervivencia e incrementando las posibilidades de bancarrota. En el libro de Nail it then Scale it se presenta el caso de Polaroid y la cámara digital y un ejemplo más reciente sería el caso de Blockbuster y su “derrota” ante Netflix. En ambos casos las empresas creyeron que su modelo de negocio seguiría funcionando a pesar de los cambios del entorno.

Las mismas empresas reconocen que es la demanda la que determina cómo se hacen los productos y los negocios:

“Esta no ha sido una decisión fácil (cerrar las tiendas), pero es claro que la demanda nos está llevando a una distribución digital del entretenimiento en video”, dijo en un comunicado Joseph Clayton, presidente de Dish Network.

(Millán, 2013).

De acuerdo a la metodología presentada en Nail it then Scale it existen cuatro trampas que impiden escuchar al mercado:

Haz clic en cada apartado para ver el detalle.

Es probable que en algunas ocasiones de tu vida, hayas elegido creer y tomar en cuenta aquellas ideas o evidencias que iban a favor de una idea tuya y al mismo tiempo ignorar aquella información o evidencia que contrariaba dicha idea. A veces como emprendedores decimos que estamos abiertos a escuchar retroalimentación de expertos, pero en realidad queremos buscar opiniones que apoyen nuestra idea inicial y desechamos aquellos consejos que la ataquen o critiquen.

Se da cuando te enfrentas a una situación de pérdida que es mejor abandonar (económicamente), pero se atraviesa la motivación y aunque sabes que será un fracaso decides continuarla malgastando esfuerzos, recursos financieros y tiempo.

Un emprendedor necesita creer en sí mismo y en su idea para lograr que los demás compren su idea. Sin embargo, en este proceso pudiera presentarse la trampa que nos habla de un exceso de confianza que te lleve a no escuchar consejos por considerar que otra persona no puede saber más que tú.

En esta trampa también entra el pensar que siempre se tiene la razón.

Es común que un emprendedor se desarrolle en una industria que previamente conoce o con la que tiene relación. No necesariamente está relacionada con la carrera que se estudió o se esté estudiando pero sí con el ámbito con el que se esté familiarizado y por ende se tiende a asumir que ya se tienen o conocen los hechos.

La solución para no caer en las trampas anteriormente expuestas es desarrollar una actitud de aprendizaje y escucha. Esto se refiere a buscar cómo se puede recibir retroalimentación de los clientes potenciales, consumidores y otros participantes (coaches, mentores, empresarios) siempre probando las teorías que tengas para poder continuar desarrollándolas sin perder muchos recursos en el camino. Es decir, las hipótesis que tú vayas ideando se deben ir probando con el mercado para ver si es válido o no seguir trabajando en ellas.

Finalmente, busca tener una fuente constante de datos e información, esto corrige el exceso de confianza y ayuda en una correcta y sustentada toma de decisiones.  

8.3 Pruebas simples y de bajo costo

El último fundamento del libro Nail it then Scale it recomienda usar experimentos rápidos, baratos y simples para probar tus ideas en lugar de desarrollar productos. Se fundamenta en el hecho de que lo que sea que creas del mercado es una teoría y vale la pena probarla antes de invertir grandes cantidades de dinero.

Un primer paso es identificar tus suposiciones y una manera ordenada y estructurada de hacerlo es construyendo un Canvas como  modelo de negocio. Un canvas o modelo de negocio es un formato que te permite plasmar de manera ordenada y, generalmente, gráfica, aspectos clave de tu empresa. Uno que es particularmente sencillo y muy usado es el Business Model Canvas de Alexander Osterwalder.

Dentro de este fundamento es necesario recordar que el experimentar tus ideas te llevará tiempo pero no necesariamente debe llevarte dinero, por eso debes recordar las tres características previamente mencionadas: rápido, barato y simple. De esta manera, en lugar de realizar un prototipo bastante caro donde pones todas tus expectativas, lo ideal es diseñar diversos prototipos más económicos para probar distintas hipótesis. Es como poner los huevos de la gallina en diferentes canastas.

Una última idea es mantener la simplicidad, el hecho de mantener un producto sencillo hace más fácil para los consumidores entenderlo, probarlo y finalmente comprarlo. Además te ayuda a mantener tus costos bajos al no agregar funciones o características adicionales que no son valoradas por los consumidores. El concepto de simplicidad también da el mensaje de que estás entregándoles a tus clientes exactamente lo que ellos necesitan.

Como parte de tu camino a la creación de la empresa, debes ser una persona abierta a escuchar retroalimentación tomando en cuenta que siempre será mejor validar una idea que un producto al que le invertiste dinero y tiempo.

Es muy bueno que confíes en ti y en tu idea de negocio, pero es mucho mejor si a esa confianza le añades la opinión del mercado y de expertos en el tema.

Es muy cierto el dicho aquel que nos dice “…Nadie planea fallar, pero muchos fallamos al planear…” (Hernández, 2019).

Cierre


En México, la probabilidad de fallar de un emprendedor es muy alta (80-90%), por lo que pudiera decirse que fallar en un proyecto de emprendimiento es común. Con base en lo anterior, es importante que descartes con rapidez todas aquellas ideas que no serán exitosas a través de “fallar rápido” y con ello puedas tener mayores oportunidades de cambiar o modificar dicha idea hasta encontrar aquella que pertenezca al porcentaje de los emprendedores exitosos. Sin duda alguna, es un proceso dinámico que involucrará de tu parte una inversión de tiempo, más no de dinero.

Finalmente, cabe recalcar que una característica importante entre los emprendedores exitosos es la capacidad de ser resiliente: levantarse después de fallar y tomarlo como lección aprendida.

Revisa a continuación el Checkpoint:

Asegúrate de contestar las preguntas que se enlistan a continuación.

Una vez que lo hayas hecho, haz clic sobre las preguntas para comparar tus respuestas y averiguar si respondiste acertadamente.

Haz clic aquí para acceder a ellas.

Referencias