El comercio electrónico o e-commerce en el sentido popular, se puede definir como el uso de Internet y de la Web para realizar transacciones comerciales. Una definición más técnica establece que el comercio electrónico consiste en transacciones comerciales, habilitadas digitalmente, entre dos o más organizaciones e individuos.
El comercio electrónico se diferencia de e-business en que en este último no hay ninguna transacción comercial ni intercambio de valor entre organizativos o individuales. E-business es la habilitación digital de las transacciones y los procesos dentro de una empresa y, por tanto, no incluye ningún cambio en el valor.
E-commerce y e-business se traslapan en las fronteras de las empresas, en el punto en que los sistemas comerciales internos se vinculan con los proveedores. Por ejemplo, el negocio electrónico se convierte en tal cuando se produce un intercambio de valor en los límites de las organizaciones.
Las transacciones tradicionales pueden proporcionar más riqueza en términos de servicio cara a cara, incluyendo las señales visuales y auditivas. Sin embargo, las transacciones tradicionales están limitadas en términos de cuántas personas se puede atender simultáneamente, en cambio, las transacciones en línea, que pueden ser globales en su alcance, pueden ofrecer un contenido que es a la vez complejo y rico, superando el tradicional equilibrio entre alcance y riqueza.
Un enfoque multidisciplinario es necesario para entender el comercio electrónico porque no hay una disciplina académica única que cubra todas las facetas del fenómeno del comercio electrónico.
El comercio electrónico o e-commerce es principalmente un fenómeno impulsado por la tecnología. Más allá de la infraestructura, son los objetivos de negocio los que impulsan el fenómeno. Para entender el comercio electrónico hay que entender algunos conceptos básicos de negocios, como estructuras industriales, modelos de negocio, la empresa y las cadenas de valor de la industria y el comportamiento del consumidor. A su vez es necesario considerar la naturaleza de los mercados electrónicos y los bienes de información. Por último, el impacto en la sociedad debe ser considerado: el comercio electrónico mundial puede tener consecuencias en los derechos de propiedad intelectual y en la privacidad de las personas. También tiene que abordar cuestiones de política pública, tales como la igualdad de acceso, la equidad, el control de contenidos y los impuestos.