Contexto
Si alguna persona te pregunta por una dirección y tú le indicas cómo llegar: “Debe bajar del autobús dos paradas más adelante”, estás actuando como un consultor. Todas las veces que brindas un consejo a una persona que se enfrenta a alguna alternativa, realizas un trabajo de consultor. Cuando no se tiene un control directo sobre lo que las personas determinarán y aun así deseas que los demás presten atención a tu consejo, te encuentras frente al dilema que vive el consultor. En la organización este predicamento está presente de manera constante, algunas veces como managers, cuando se tiene un control directo sobre la situación; otras veces como consultores, cuando se tiene deseos de influir, pero no se cuenta con la autoridad para controlar la situación.
Esto lleva a definir al consultor como aquel que está en condiciones de ejercer cierta influencia sobre una persona, un grupo o una organización, pero no tiene un poder directo mediante el cual puede hacer los cambios o llevar los programas a la práctica. A diferencia de un manager que posee el control directo sobre la acción.
Por lo general, los consultores intentan adquirir conocimientos sobre habilidades y técnicas de consultoría, intervenciones y medios de procedimientos para ser más eficientes en sus labores. Pero existen consideraciones especiales que trascienden a un método particular que se pueda emplear, estas exigencias contribuyen eficazmente y son independientes de cualquiera que sea la experiencia técnica del consultor.
Un aspecto único y apasionante de la labor de la consultoría es el compromiso propio del consultor en el proceso, este aspecto suele tener mayor relevancia que el aplicar la experiencia de uno u otro modo. Las propias reacciones con el cliente, los propios sentimientos durante las discusiones, el ingenio para obtener información, son dimensiones importantes para la consulta.
Preguntas detonadoras o de reflexión:
Explicación
Reconocer la diferencia entre un consultor y un manager es la clave para entender el verdadero papel del consultor. A continuación te invitamos a revisar a detalle ambos conceptos.
Tema 3.1 Consultor vs manager
En las empresas, se conoce como managers de línea a los clientes que brindan servicios a los miembros del staff. Estos managers de línea son asesorados por los miembros del staff, los cuales carecen de autoridad directa para ejecutar el plan de acción, solamente tienen autoridad sobre su propio tiempo, su propio personal interno y la clase de servicio que ofrecen. En resumen el manager de línea (o cliente) tiene el control directo y el miembro del staff (o consultor) no tiene control directo sobre la tarea.
Esta diferencia es importante para las propias metas que se pueda fijar el consultor. Es fundamental que éste se desempeñe de manera diferente de la de un manager de línea; mucho del desprestigio de los consultores se debe a que actúan como managers de línea sustitutos, dejando de hacer el trabajo de planificar, recomendar, asesorar o aconsejar por asuntos que deben corresponder al management.
El producto final del proceso de consultoría se denomina intervención y se produce en dos variantes:
La palabra intervención entonces describe cualquier acción tomada en un sistema del cual no se forma parte.
En un primer nivel, una intervención es un cambio de índole estructural, de procedimiento o política en la organización, por ejemplo: un nuevo proceso para generar políticas de remuneración por las metas obtenidas, un proceso nuevo de información o un nuevo programa de seguridad.
El segundo nivel de intervención es el resultado final por el cual una o muchas personas de la organización han aprendido algo nuevo, por ejemplo: las normas que se tienen durante las reuniones en la organización, qué hacer para mantener al personal de un nivel bajo en una posición dependiente a la toma de decisiones, cómo generar un mayor compromiso en las personas para que se fijen objetivos o cómo proceder para hacer mejoras de acuerdo a las evaluaciones de desempeño del personal.
Realizar una entrevista con alguien que solicita ayuda es una intervención, así como lo son un programa de instrucción, una evaluación, un estudio, etcétera. El objetivo real de un consultor será participar exitosamente en intervenciones al interior de la organización.
Cada vez que se asesora a alguien que está en condiciones de elegir, se actúa como consultor.
3.2 Habilidades de un Consultor
Para brindar una asesoría, el consultor requiere de tres habilidades clave para hacer un buen trabajo. A continuación revisa atentamente cada una de ellas.
Habilidades técnicas
Se requiere de experiencia de los temas a los que todo consultor se enfrentará. Ya sea en la universidad o en el primer empleo, se brinda una formación en un campo o en una función específica. Podría ser ingeniería, ventas, contabilidad o cualquier otra profesión u oficio. Sólo después de adquirir una experiencia técnica se puede comenzar a asesorar. En caso de no tener una experiencia técnica es poco probable que alguien pida un consejo. El fundamento de las habilidades de un buen consultor es cierta experiencia, específica o con cierta generalidad, pero que sea oportuna para aportar en alguna organización.
Habilidades interpersonales
Tratar a las personas requiere tener algunas habilidades de índole interpersonal como la capacidad de traducir ideas en palabras, de escuchar, de brindar apoyo, de disentir con razón, pero con el objetivo de mantener la relación, etcétera. Al igual que las habilidades técnicas, las interpersonales son necesarias para consultar con eficiencia. Una persona con prestigio en su área requerirá de buenas aptitudes interpersonales para ser empático y tener un buen principio de acercamiento.
Habilidades de consultor
Sin importar la duración de cada uno de los asesoramientos, se deben desarrollar en cinco etapas consecutivas que son: acceso y contrato, reunión de datos y evaluación, información y decisión de actuar, puesta en práctica y ampliación reciclaje o terminación. Para evitar dificultades no se debe pasar ninguna por alto. El foco central del éxito de un proceso de consultoría es concluir con audacia cada una de las fases ya mencionadas.
3.3 Fases de un proceso exitoso
Para determinar que un proceso es exitoso dentro del desarrollo de una consultoría debes de tomar en cuenta las siguientes fases:
Haz clic en cada cinta para conocer a detalle sobre cada concepto
La primera fase es la relación inicial con un cliente sobre un proyecto. Esta fase abarca concertar la primera reunión, determinar cuál es el problema, saber si el consultor es la persona adecuada para trabajar en este asunto, cuáles son las expectativas del cliente, cuáles las del consultor y cómo empezar.
Los consultores deben manifestar su propia opinión respecto al problema por el cual se les ha consultado, esto es lo más útil que se puede hacer. En este momento las preguntas clave para el consultor son: ¿Quiénes están comprometidos en el problema? ¿Qué métodos serán usados? ¿Qué clase de datos deben reunirse? Y ¿cuánto tiempo llevará hacerlo?
La reunión de datos y el análisis se deben dar a conocer. Un buen consultor tiene opciones para determinar cuánto o cómo comprometer al cliente en el proceso de análisis de la información. De manera regular hay una inclinación a oponer resistencia a los datos (más en asuntos importantes) cuando se brinda información a una empresa. El consultor debe saber controlar esta resistencia antes de que pueda tomarse una decisión adecuada sobre cómo proceder. Esta fase es la que mucha gente llama planificar: incluye el establecimiento de las metas finales del proyecto y la selección de las mejores medidas de acción o intervenciones.
En esta fase es donde se ejecuta lo planificado en la etapa previa. En muchas ocasiones es posible que la puesta en marcha de lo planeado recaiga por entero en la línea de la organización. Cuan mayores sean los esfuerzos de cambio, mayor será el compromiso para el consultor. Algunos proyectos empiezan a ponerse en práctica con un acontecimiento educativo, podría ser una serie de reuniones con el fin de presentar algunos cambios o quizá se requiere de un solo encuentro para reunir diferentes partes de la organización con el objetivo de identificar un problema, quizá un curso de formación que conlleve algunos elementos de aprendizaje para los colaboradores. En estos casos el consultor está comprometido en un plan de trabajo y en la conducción de la reunión o el curso de formación.
Esta fase se inicia evaluando el acontecimiento principal, de aquí se obtendrá la decisión sobre si es necesario extender el proceso a un sector más amplio de la empresa. En ocasiones el panorama se aclara cuando surge la puesta en práctica. En este caso el proceso se recicla y es necesario estudiar un nuevo planteamiento contractual de trabajo, ya que independientemente del fracaso o éxito, es de esperar que no exista un siguiente compromiso en este proyecto. Existen muchas opciones para acabar con la relación, si se realiza bien esta práctica puede brindar una importante experiencia de aprendizaje al cliente y al consultor, además de mantener la puerta abierta para un futuro trabajo con la organización.
En la siguiente figura se aprecian las condiciones y temas que corresponden a cada etapa de la consulta y que se dividen en dos grupos: acontecimientos preliminares y acontecimiento principal.
Acontecimientos preliminares
Los acontecimientos preliminares consisten en los contactos iniciales, las reuniones para planificar, recopilar datos para realizar el informe general y la toma de decisiones.
El acontecimiento principal es cuando el consultor hace algo que causa suficiente efecto, digno de la atención de muchas personas en la organización que están esperando, que a raíz de ese acontecimiento, ocurra un sensible cambio o aprendizaje.
En muchas ocasiones los acontecimientos preliminares son más cruciales para el éxito que el acontecimiento principal. De hecho, una comprensión de las habilidades para la consultoría es la correcta y adecuada interpretación de los acontecimientos preliminares.
Trabajar en una organización significa estar constantemente asediado por la presión de ser inteligente e indirecto, dejando de lado lo que sientes en el momento. Ser consultor ofrece la posibilidad de permitir que nuestro actuar sea compatible con nuestras creencias y sentimientos, así como tener éxito en el trabajo con los clientes.
Desde el primer día en nuestro primer trabajo, cada uno debe luchar con el conflicto entre ser realmente uno mismo, y conformar las expectativas que los jefes y clientes tienen de nosotros. El deseo de tener éxito puede conducirnos a desempeñar papeles y adoptar conductas que internamente nos son ajenas y que representan cierta pérdida de individualidad.
Los consultores son muy vulnerables a este tipo de conflictos, porque el trabajo del consultor supone que se está sirviendo a las necesidades de los clientes. Los proyectos de un consultor suelen ser a corto plazo, y se trabaja a voluntad del cliente. Es más fácil eliminar a un consultor que a un colaborador. En tiempos de crisis, los managers reducen sus proyectos de consultoría antes que a su propio personal. En este sentido, el argumento se puede convertir en una racionalización para que los consultores nieguen sus propias necesidades y sentimientos, y no sean auténticos.
Sin embargo, el consultor eficiente muestra su confianza en sí mismo, sabe que es el único camino que resulta útil con los clientes e incrementa la posibilidad de que la propia experiencia sea utilizada en mejor medida.
Cierre
La habilidad en consultoría no es sólo la aptitud de poder generar un buen programa, un proceso o algún procedimiento que responda a las necesidades de los clientes, el buen consultor tiene además la capacidad para identificar y expresar de manera verbal los problemas en torno a la confianza, los sentimientos, la responsabilidad y sus propias necesidades.
Revisa a continuación el Checkpoint:
Asegúrate de contestar las preguntas que se enlistan a continuación, te servirán para realizar un autoanálisis sobre la comprensión de los temas anteriormente vistos.
Siempre que se brinda un consejo a una persona que se enfrenta a alguna alternativa, se realiza un trabajo de consultor, cuando no se tiene un control directo sobre lo que la persona decidirá.
Habilidades técnicas, interpersonales y de consultor.
Referencias