¿Cómo logras hacer que este personaje cobre vida y, a la vez, englobe todas las cualidades que los usuarios de tu producto pueden tener? El primer paso consiste en asignarle una identidad, un rostro. Elige alguna imagen representativa de quien consideras que será tu público, busca que la fotografía transmita el mensaje, urgencia o situación en la que ese personaje se encuentra. En el ejemplo que viste previamente, la imagen de la persona denotaba cansancio o estrés. Esto mismo queda claro con la información restante de su perfil. Considera que definir esto te ayudará a entender mejor la necesidad del cliente.

Posteriormente debes asignar un nombre a la persona. Toma en cuenta que el nombre define la formalidad o informalidad del usuario; podrías optar por nombrarlo “Javi”, “Javier”, “Dr. Javier”, etcétera. Cada una de las opciones anteriores tendría una interpretación diferente.

Debes incluir una frase corta y memorable que resuma lo que piensa la persona. Podría ser algo parecido a un eslogan, pero buscando que sea explicativo y refleje la forma de ser de este personaje (Platt, 2016). Observa la frase del ejemplo, en ella puedes percibir una ligera desesperación, una historia e incluso descubrir una necesidad.

Es fundamental considerar el rango de edad que tiene la población de usuarios a quienes diriges tu producto. Toma en cuenta que cada generación tiene necesidades, capacidades y cualidades distintas; por ejemplo, las generaciones mayores tardan más en comprender cómo funcionan los nuevos productos, no son tan hábiles haciendo varias cosas a la vez y tienden a poseer equipo de cómputo ligeramente más viejo. De igual manera las generaciones jóvenes son más intuitivas, pueden trabajar con varias aplicaciones al mismo tiempo, y tienden a poseer una capacidad de atención relativamente corta. Recuerda, al definir la edad de la persona estás englobando la de tus usuarios.

Si hace 20 años hubieras hecho una encuesta sobre el nivel educativo de quienes usaban computadoras, probablemente habrías encontrado que la mayoría de los usuarios contaba con carrera universitaria. Hoy en día esto ha cambiado, muchos de los usuarios de aplicaciones y programas ni siquiera han tenido una educación formal, otros tampoco están en edad de ingresar a la universidad.

Reflexiona, ¿en qué impacta el nivel educativo en el diseño de experiencia del usuario?

Otro aspecto que debes considerar al crear la persona es el género, pues a partir de esto puedes orientar el UX más adecuado. De acuerdo con David Platt (2016), los hombres y mujeres perciben la tecnología de forma distinta, por lo que es necesario que poseas estadísticas del mercado que te permitan saber cuáles serían los usuarios que más adquirirían tu producto.

Incluye información de cómo la persona se relaciona con la operación del producto. En el ejemplo anterior se agregaron comentarios de las preferencias de la persona al viajar y la frecuencia con la que se desplaza anualmente, esto te ayuda a tener un panorama más amplio.

Es importante conocer el hardware y software con el que se correrá la aplicación o programa. Esto ayudará a saber bajo qué parámetros realizar la programación, que lenguaje utilizar, con qué especificaciones, etcétera. Además de eso, dará una idea completa de las actitudes de los usuarios ante las tendencias tecnológicas, si procuran actualizar sus dispositivos conforme se ofertan en el mercado, o si prefieren cambiar cada cierto tiempo, entre otros factores.

En el ejemplo puedes ver que Javier Domínguez no cambia constantemente su dispositivo móvil, pues tiene un smartphone del 2015. Sin embargo, sus laptops tanto la personal como la de trabajo, son de modelo reciente. ¿Qué retos acarrea este tipo de información?

En este apartado puedes incluir cualquier cualidad o dato que consideres pertinente para perfilar por completo al usuario. Puedes utilizar elementos como su bebida favorita, pasatiempo, deseos, último libro leído, religión, programa de televisión favorito, etcétera. Procura utilizar solo tres o cuatro.

En el caso de Javier Domínguez se agregó el tipo de vehículo que usa, con la intención de ubicarlo en un estrato socioeconómico. ¿Cómo afecta este dato en el diseño de la aplicación?

Perfilar la personalidad ayuda a entender al usuario desde diferentes perspectivas. David Platt (2016) propone que este acercamiento a la persona se realice en dos niveles, lo que otros piensan de él, y lo que le irrita. Si sabes qué irrita a alguien, definitivamente tendrás retroalimentación que te ayudará a solventar problemas del diseño de tu producto.