Pat Williams comenta en su libro Únete al equipo, el caso de George Allen, quien fue un excelente entrenador de varios equipos en la Liga de Futbol Americano de Estados Unidos (por más de 20 años), sabía la importancia de empoderar a su gente. De acuerdo con el testimonio de Bruce Keeslling, quien fue uno de sus jugadores en dos temporadas, el éxito de Allen se debía a que hacía sentir importante a cada uno, independientemente del rol que tenía dentro del equipo: mariscal, estrella o defensa, y esto entablaba un compromiso entre los jugadores y el entrenador para dar lo mejor de sí mismos (Williams, 2004).                             

En la actualidad, hay infinidad de personas que ocupan posiciones estratégicas en las empresas, sin embargo, el hecho de que tengan este rol de autoridad no los convierte en líderes, pues este término alude a un conjunto de características esenciales, cuyo poder magnético es tan grande que es capaz de encauzar el comportamiento de sus seguidores, y no por persuasión, sino por convencimiento propio, pues más allá de influir con sus palabras, los invita a imitarlo con el ejemplo que da.

¿Por qué es importante alinear la visión personal con la visión directiva? ¿Qué diferencias existen entre un director y un líder? ¿Qué cualidades conforman la esencia de un líder?

7.1 Visión personal y liderazgo

En general, una visión se puede definir como la proyección de un estado futuro deseado. Para Anzorena (2019), la visión personal es un distintivo del liderazgo que conlleva a crear la imagen de aquello que una persona desea llegar a ser y lo que le agradaría hacer. Esta visión está conformada por los valores, intereses y deseos de cada individuo y es lo que le da sentido a su existencia. Le ayuda a conducir su comportamiento y a trazar objetivos a corto y mediano plazo. Es el faro que le señala el camino que debe elegir y lo motiva a realizar el esfuerzo diario, generando la energía necesaria para afrontar los desafíos que la vida le presenta.

La visión personal tiene una estrecha relación con la emocionalidad, pues es capaz de despertar el ánimo y la confianza de que se puede llegar al objetivo planteado. Es también una fuerza de energía inagotable que se renueva a cada momento y que permite persistir hasta conseguirlo.

Un líder es alguien que está altamente comprometido con su visión personal y no se espera a que las cosas pasen, sino que hace que estas sucedan.

De acuerdo con Anzorena (2019), la construcción de una visión personal debe ser:

  1. Clara y precisa. Las imágenes tienen gran poder en la mente. Entre más fiel sea esta representación de la realidad que queremos alcanzar, más motivación despertará en el interior de cada uno.
  2. Relevante y valiosa para uno mismo. Es importante considerar que la visión se transforma a lo largo de las diferentes etapas de la vida de una persona.
  3. Con fundamento en la confianza, autoestima y certeza. Conlleva un desafío para la persona, de tal forma que pueda emplear lo mejor de sí misma para ese momento.

Por otra parte, la visión personal y gerencial convergen en los valores compartidos a través de los cuales la empresa espera alinear el comportamiento de sus colaboradores. Es por ello que es de suma importancia que el líder comunique a su gente cuáles son esos valores, cómo debe interpretarlos, cómo hacerlos vida al interior de la empresa y la forma en la que deben ser considerados para la toma de decisiones.

Al conjuntar la filosofía personal con la organizacional se crea el clima laboral, y para que este sea benéfico para el desarrollo de las actividades se debe: estimular el interés en las personas para alcanzar un objetivo determinado; apreciar las contribuciones de cada empleado; estar dispuestos a capacitar continuamente al personal, no solo en conocimientos de su función, sino también en habilidades de autogestión; permitir que las ideas de las personas puedan favorecer la innovación y la mejora continua; retroalimentar de forma continua el desempeño sobresaliente, haciendo énfasis con afirmaciones verdaderas y reconocer el trabajo excepcional.