Contexto
Accidentes en niños institucionalizados
De acuerdo con los datos del Fondo de Naciones Unidas (UNICEF), en los Estados Unidos las lesiones por accidente son la principal causa de muerte en niños y adultos jóvenes y son responsables de la mayor cantidad de defunciones en la niñez por encima de otras causas. Anualmente, las lesiones pediátricas producen un aproximado de 25 mil fallecidos, 600 mil ingresos en hospitales y 16 millones de visitas a servicios de urgencia.
En las casas-hogar suele haber necesidades que se ubican mayormente en el ámbito físico y cognitivo. Los golpes, las caídas, la curiosidad y las consecuencias de las acciones de los niños, son algunos de los principales problemas que observados. Se diseñó una intervención a través de un taller de autocuidado como estrategia metodológica de manera que los niños lograran percibir y entender las conductas que los ponen en riesgo a ellos y a otros, saberlas identificar, prevenir y saber qué hacer después de que haya ocurrido un accidente. El taller fue dirigido fue a los niños de entre cuatro y siete años de edad. Después de la intervención los accidentes mostraron una reducción estadísticamente significativa, en particular en los niños de 7 a 9 años.
Aunque la intervención fue exitosa, ¿crees que se pudiera haber utilizado otra estrategia metodológica?, ¿cuál?, ¿cómo podrías determinar qué cambios hay que realizar?
Explicación
Evaluación de la Intervención
En la práctica educativa, la evaluación permite, por un lado, tener una retroalimentación constante del proceso de enseñanza-aprendizaje en su conjunto (necesidades, materiales, resultados, etc.) y, por otro, tomar decisiones. Todo con vistas a la mejora continua.
La evaluación es un proceso que se caracteriza por ser formal y sistemático, emitir juicios sobre la bondad del objeto evaluado (Gairín, 1993); determinar el grado de cumplimiento de las intenciones educativas y los objetivos previstos, enfatizar los procesos, la flexibilidad, la apertura y la participación; privilegiar métodos cualitativos (Parcerisa, 2007). Se puede distinguir entre distintos tipos de evaluación.
Debe ser la evaluación predominante independientemente de que se trate de la evaluación inicial (diagnóstica), formativa o sumativa.
Evaluar consiste en reunir todas las evidencias posibles en forma objetiva de cada una de las actividades desarrolladas dentro del proceso enseñanza-aprendizaje y que constituyen su punto de unión (Coll, Martín y Onrubia, 2001), su intersección.
Debe realizarse antes, durante y después de estos procesos permitiendo la regulación de las interrelaciones, la detección de las dificultades que se van presentando, la investigación de las causas y la toma de decisiones oportunas sin esperar que el proceso concluya; de ahí su naturaleza formativa.
La evaluación de los aprendizajes vista como proceso, supone realizar juicios y asignar valores a los productos de aprendizaje de los alumnos:
Evaluación de actitudes
Dado que forma parte del aprendizaje integral, los contenidos actitudinales se evalúan a partir de la reflexión sobre la práctica para construir progresiva, racional y autónomamente, principios generales de valor al tiempo que se ejercitan las normas de conducta congruentes con los mismos (Parcerisa, 2007).
Los instrumentos de evaluación de básicos son los diarios y observación del educador y autoevaluación de actitudes.
Evaluación de la dinámica del grupo
El educador recopila y analiza información sobre distintos procesos grupales (inclusión y salida de miembros, reacción ante nuevas situaciones, postura ante objetivos, etc.). Se realiza a partir de cuestionarios de opinión, observaciones sistemáticas, registros anecdóticos, incidentes críticos en donde los participantes evaluan diferentes elementos sobre la dinamica del grupo (Parcerisa, 2007).
Un programa es “cualquier propuesta estructurada para producir cambios en las personas que se exponen a ellos (Gairín, 1993, p. 80)” y su evaluación inicial desde antes de que se implemente. Se requiere llevar a cabo juicios sobre la deseabilidad y necesidad del programa con base en el análisis de necesidades (Caride, 1990; Tejedor, 1990) y de su viabilidad o condiciones para el éxito, para poner en contexto el programa y asi poder responder a las demandas sociales (Hermosilla, 2009; Tejeda, 2004).
Entre los principales elementos que se deben considerar dentro de la evaluación del desarrollo del programa, se encuentran:
Una vez concluido el programa o la intervención, se verifican logros para acreditar o certificar (evaluación sumativa) en relación con los alumnos, para despues realizar una toma de decisiones informadas, para la mejora y rediseño del programa con base en evidencias objetivas, sistemáticas y completas (Cabrera, 1987; Hermosilla, 2009).
Posteriormente se debe llevar a cabo una evaluación diferida de los impactos del programa, a corto-medio-largo plazo, de la permanencia y consistencia de los aprendizajes, la mejora de las prácticas profesionales, los cambios institucionales, etc. según las metas del plan de formación. Con esto se valora su eficacia, eficiencia, validez y utilidad del programa, así como su rentabilidad profesional o social (Hermosilla, 2009; Tejeda, 2004).
Recoge la opinión de los educandos o participantes de manera anónima. Por lo general son evaluaciones con reactivos cerrados (Parcerisa, 2007) para evaluar la preparación del profesor, y sus habilidades como facilitador, esto con el fin de que el educador pueda prepararse más en las areas de oportunidad señaladas.
Evaluación de los materiales curriculares
Es importante evaluar la selección o elaboración de los materiales curriculares y su uso desde una perspectiva uso reflexivo, evaluando su pertinencia didáctica y coherencia con el modelo y proyecto de la institución. Del mismo modo es importante valorar su diversidad y calidad formal, su adaptación al contexto, su respuesta a las intenciones educativas, así como si tiene rigor científico, planteamiento de secuencias didácticas y transmisión (implícita y explícita) de valores (Parcerisa, 2007).
Evaluación del sistema de evaluación
En este apartado, las cuestiones a evaluar son los tipos de evaluación, su inclusión en el proyecto, su relación con los objetivos, si se especifican criterios, si sirve para el control y revisión del proyecto (Parcerisa, 2007).
Cierre
En el caso de la intervención en la casa hogar, ¿qué instrumentos crees que se pueden utilizar para evaluar el programa? ¿cómo evaluarías el aprendizaje de los alumnos?
Para integrar la evaluación al diseño de la intervención socioeducativa, es importante concretar cuándo se llevará a cabo ya sea al inicio de la acción, durante la misma, al final, o un tiempo después de la intervención; cómo, mediante que métodos de evaluación se va a evaluar: cuestionarios, encuestas, entrevistas, observación, pruebas situacionales, entre otros; qué se va a evaluar, se pueden incluir los siguientes elementos: la viabilidad, el aprendizaje, el educador, los materiales, entre otros.
Prepárate a valorar que tipos de evaluación vas a incluir en tu proyecto socioeducativo, es decir en tu evidencia final.
Revisa a continuación el Checkpoint:
Consolida las ideas básicas del tema.
Asegúrate de comprender:
Antes de concluir el tema, asegúrate de responder las siguientes preguntas.
Revisa el glosario del curso aquí.
Referencias