Contexto
Servicio Social, ¿para qué?
Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. (2012). Actividades del Servicio Social Ciudadano en el Campus Monterrey [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=eBsc66q5UBg
El servicio social constituye una obligación jurídica establecido en el artículo 5° de nuestra Constitución y en la Ley General de Educación que en su Art. 53 lo define como:
“El trabajo de carácter temporal y mediante retribución, que ejecutan y prestan los profesionales y estudiantes en interés de la sociedad”
Y en el Art. 55 se establece que el servicio social es un requisito para la titulación y ejercicio de la profesión, el SS también tiene una connotación de tipo moral y ético.
Como ya viste en el video, los estudiantes universitarios están llamados a participar para promover el bienestar social contribuyendo en el análisis y solución de problemas de los grupos y personas más vulnerables con sustento en ideales de igualdad de derechos, justicia y solidaridad social.
Si ya estás realizando tu servicio social, ¿de qué manera estás contribuyendo al bienestar social? Si vas a iniciarlo, reflexiona sobre el legado social que pudieras ofrecer a través de una prestación comprometida en tu servicio social.
Explicación
Acción educativa para el bienestar social
La acción educativa se entiende como una situación racional en la que el hecho educativo resulta de la intervención directa o indirecta, que ha sido condicionada o normalizada por el educador (Almarza, 2010) y cuando esta se orienta a alcanzar el bienestar social se debe considerar una serie de conceptos asociados que el educador debe tener en cuenta al momento de intervenir. Puede ser en cualquier modalidad educativa: formal, no formal e informal.
Bienestar social es un concepto psicosocial que se puede definir a través de cinco componentes --coherencia social, integración social, aceptación social, contribución social y actualización social--, que sugieren una concepción social del individuo dada la naturaleza social del ser humano (Goerlich, 2009; Keyes, 1998; Uribe y Acosta, 2011).
Con la acción educativa para el bienestar social se busca atender las necesidades básicas de la población, aunado a los objetivos de prevención, protección y participación social con vistas a la promoción de la solidaridad entre los ciudadanos aumentando su desarrollo integral (Almarza, 2010). Esto resulta pertinente ya que como señala Parcerisa (2007) estamos ante un proceso de dualización social o sociedad de dos tercios ya que por un lado están las personas integradas con acceso a empleos remunerados y bienes materiales (con mayor o menor poder adquisitivo y estabilidad laboral) y por el otro, los marginadas (jóvenes improductivos, adultos mayores, discapacitados) que aspiran a subsistir.
La educación desde el punto de vista comunitario está vinculada a las necesidades cognoscitivas y de transformación social del pueblo. Desde este punto de vista, la educación refiere a la comunidad como agente educador y a la vez como educando, por lo que se entiende a la educación comunitaria como una acción socioeducativa en red (Parcerisa y Martínez, 2009).
La educación comunitaria, así como el desarrollo comunitario, son conceptos que están teniendo auge los últimos años.
La educación comunitaria supone la participación de las comunidades en la educación, mientras que el desarrollo comunitario supone un compromiso de las actividades educativas con el bienestar de la comunidad (Noguieras, 1996).
A este respecto, Parcerisa (2007) apunta la necesidad de brindar experiencias educativas formales, no formales e informales a la comunidad de manera que se conformar una ciudad educadora.
La educación comunitaria es una vía para la formación de un ciudadano autónomo, que para Paulo Freire representa un proyecto de vida (Pérez y Sánchez, 2006). Se han ido tomando distintos significados y enfoques, pero en general se define como la educación que es dada a la comunidad, por lo que se relaciona con el desarrollo de las comunidades, brindando atención a los jóvenes, adultos mayores y niños para identificar las necesidades socioeducativas de la comunidad (Civis y Riera, 2010; Pérez y Sánchez, 2006). Este término se relaciona de manera directa con el desarrollo comunitario al atender las necesidades de las comunidades en países subdesarrollados en un marco de acción e intervención de educación comunitaria (Civis y Riera, 2010).
El servicio social se define como una ciencia social cuyo principal interés estriba en los problemas que conciernen al individuo en relación con su contexto social (Campanini, 2012).
Al realizar el servicio social se debe exigir que la práctica sea reproducible, transmisible y se pueda verificar.
El servicio social hoy en día se instituye más en los jóvenes universitarios que buscan brindar algún beneficio a las personas más necesitadas y marginadas de la sociedad, utilizando sus conocimientos profesionales para que puedan tener una mejor calidad de vida (Ruiz, 2011). Incluso las organizaciones juegan un papel importante dentro del servicio social, ya que tienen una obligación con la sociedad de prestar sus recursos para beneficiar el entorno en donde residen.
El servicio social ha de hacerse a favor, con y desde las propias comunidades en necesidad para que así se determine la orientación y el contenido para transformar la realidad (Almarza, 2010).
La calidad de vida está determinada por una serie de indicadores objetivos y factores subjetivos asociados a la percepción de satisfacción denominada bienestar subjetivo. También se incluyen factores psicosociales como los relacionales y organizacionales que se refieren a la calidad de la integración de las personas en sus grupos, comunidades o la sociedad misma, por lo que en estos factores se incluye la participación social y la identidad social, dimensiones del bienestar social (Uribe y Acosta, 2011).
La calidad de vida es más una percepción que tiene el individuo acerca de su posición en la vida en cuanto al contexto cultural y sistema de valores que él está viviendo (Moreno, 2011). La satisfacción y el progreso de las condiciones de vida, así como la convivencia y la interacción con la sociedad aumentan la calidad de vida de los individuos (García y Melían, 1993; Uribe y Acosta, 2011).
Se ha encontrado que el sentido de comunidad influye positivamente en la calidad de vida y satisfacción residencial. Éste implica tener sentimiento de pertenencia, así como una influencia recíproca entre el individuo y la comunidad, por lo que está altamente relacionado con la integración social y la identidad social (Hombrados-Mendieta, 2014).
Hablar de cultura se refiere a la manera de ser, hacer, sentir y decir de un individuo en y como sociedad (Onghena, 2009). Es un proceso persistente de la interacción humana y la influencia sobre ella. Son el grupo de cogniciones y prácticas que identifican a un grupo social específico (Hogg y Vaughan, 2010). Una de las funciones básicas de la cultura es crear un sentido común capaz de fomentar la cohesión social y el sentido de pertenencia (Onghena, 2009).
Paulo Freire define a la acción cultural como el proceso que envuelve a toda la comunidad que se realiza por los individuos con el objetivo de ser una forma deliberada de acción que influya sobre la estructura social para mantenerla tal y como está, verificar en ella algunos cambios o transformarla (Juárez, 2012).
La acción cultural tiene dos vertientes, una de ellas es la gestión cultural la cual se refiere a la responsabilidad de la administración pública y la otra es práctica cultural de iniciativas individuales o grupales que forman parte del espacio público de la sociedad. Una acción cultural debe ser capaz de reforzar el lazo social y reformular el sentimiento de pertenencia (Onghena, 2009).
Un proceso de acción cultural es la concientización con la que se busca el individuo se percate de su realidad sociocultural y, afirmándose a sí mismo, la transforme (Freire, 1974). La escuela estaría entonces llamada a estimular el descubrimiento del potencial personal: un ser humano creativo, hacedor de cultura, capaz de obtener libertad y salud (Freire, 1980).
La educación social como profesión
Los antecedentes de los educadores sociales actuales fueron personas que sin ser profesionistas, trabajan en pro de la formación de las personas, mientras que en el tanto ámbito profesional, fueron los trabajadores sociales los primeros en realizar esta función (Parcerisa, 2007).
Por su parte, Freire (1979) y Carr y Kemmis (1988) proponen capacitar a los docentes, en lo que ellos llaman la escuela crítica, de manera que puedan constituirse como agentes de cambio. Sin embargo, la profesionalización del educador social enfrenta dilemas en cuanto a su formación. Entre los principales se encuentran (Parcerisa, 2007):
Cierre
La escuela y todos sus miembros están llamados a participar en el logro del bienestar social a través de acciones socioeducativas comprometidas, ya sea a través de acciones educativas sistematizadas o como servicio social. El compromiso de acción solidaria dirigido a poblaciones vulnerables o con capacidades diferentes, representa una oportunidad para trabajar en pro de la transformación social.
¿Cuál es el impacto que deseas legar a la sociedad?
¿De qué manera estarías dispuesto a trabajar para favorecer una mejor calidad de vida y una sociedad más justa y equitativa?
Revisa a continuación el Checkpoint :
Consolida las ideas básicas del tema.
Asegúrate de comprender:
Antes de concluir el tema, asegúrate de responder las siguientes preguntas.
Revisa el glosario del curso aquí.
Referencias