Contexto


El hambre oculta

A lo largo del tiempo se han puesto grandes esfuerzos por erradicar la desnutrición en el mundo, sin embargo continúa siendo un problema grave. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), se calcula que aproximadamente 842 millones de personas en el mundo padecen desnutrición crónica lo que representa una octava parte de la población mundial (una de cada 8 personas).

En México la prevalencia de desnutrición crónica es de 12.5% y varía según el área geográfica y los grupos sociales: en la región urbana es del 6.9% mientras que en las zonas rurales, sobre todo del sur del país, es del 25.6%. Sin embargo, estas cifras no logran captar el problema que ocasionan las dietas de mala calidad y los riesgos derivados de las deficiencias de micronutrimentos referidas como "hambre oculta".

Quienes no reciben un nivel suficiente de energía o nutrientes esenciales no pueden llevar una vida óptima, saludable y activa, lo cual conlleva deficiencias tanto en el desarrollo físico como cognitivo así como una disminución de potencial humano y desarrollo socioeconómico.

Resultados de distintas investigaciones ponen de manifiesto el impacto negativo ejercido por la malnutrición ocurrida a temprana edad en el desarrollo del cerebro, el coeficiente intelectual y el rendimiento escolar que se traducen en problemas de aprendizaje, altos índices de fracaso escolar y bajo ingreso en la enseñanza superior.

Planear una intervención para apoyar en la resolución de esta problemática requiere de un trabajo interdisciplinario.

  • ¿Cómo se podría insertar un educador social en el equipo?                    
  •  ¿Qué acciones podría realizar?


Explicación


Planeación de la Intervención Educativa Social

En términos generales, planeación refiere a la elaboración de un plan, programa o proyecto de acción organizado de tal forma que permita la toma de decisiones sobre la forma más conveniente de lograr los objetivos propuestos. Diferentes autores la han definido como: un proceso de hacia dónde y cómo llegar del modo más eficaz y eficiente posible (Kaufman, 1980);  introducir organización y racionalidad en la acción (Ander-Egg, 1989); la finalidad, el método y el instrumento de trabajo de la acción social (Marchioni, 1984); buscar, anticipar, prever, predecir e intentar vislumbrar lo que va a desarrollarse y aplicarse en el futuro (Muñoz, 2012).

De acuerdo con Salas (2004), los siguientes son principios a seguir en la planeación de una intervención educativa:

  • Racionalidad. Cientificidad del conocimiento previo sobre la realidad del ámbito y las personas a las que se destina la intervención.
  • Continuidad. Componentes del programa interrelacionados de intervención y aplicados de forma continua y sistemática.
  • Univocidad. Redacción de términos entendibles en el mismo sentido.
  • Comprensividad semántica. Terminología fácilmente comprensible por todos.
  • Flexibilidad. Permitiendo la introducción de modificaciones necesarias en cualquier momento del proceso.
  • Variedad. Creatividad y originalidad en la elaboración.
  • Realismo. Análisis previo y sólidamente apoyado en la realidad del ámbito en el que se va a aplicar.
  • Participación. Abierto a las contribuciones de otras personas o entidades.

Asimismo, para que pruebe ser eficaz, la planeación educativa debe tener distintos niveles y diferentes enfoques, según lo proponen distintos autores que coinciden en la mayoría de los siguientes elementos (Henao, Ramírez y Ramírez, 2006; Jordan, Pachón, Blanco y Achiong, 2011; Parcerisa, 2007; Salas, 2004; Sanabria, 2007):

  1. Reflexionar sobre la naturaleza (qué se quiere hacer) y filosofía (por qué se quiere hacer) el programa.
  1. Determinar la localización física (dónde se quiere hacer).
  1. Planear los criterios generales de intervención, estrategias de acción y tipos de proceso.
  1. Planear la recopilación de datos necesarios sobre el ámbito de intervención: composición demográfica, estructura socioeconómica y actitudes de las personas implicadas.
  1. Planear los objetivos (para qué se quiere hacer); metas (cuánto se quiere hacer) realistas y ajustadas a las necesidades de las personas sobre las que se va a intervenir.
  1. Planear la metodología (cómo se quiere hacer).
  1. Planear los recursos disponibles y su localización espacial: humanos (quiénes lo van a hacer), materiales (con qué se va a hacer),  financieros (con qué se va a costear).
  1. Planear la evaluación (cuáles van a ser los criterios).
  1. Calendarizar las acciones, con horarios, número de sesiones y responsables.
7.1 Planeación de intervenciones socioeducativas

En la práctica socioeducativa la planeación es fundamental ya que posibilita procesos de enseñanza-aprendizaje de mayor calidad al ser un punto de referencia estable aunque flexible, abierto y adaptable a la incertidumbre del contexto social (Parcerisa, 2007). El proceso de planificación se define como:

“Una ordenación previa intencionada y racional de un proceso de producción de servicios (Parcerisa, Giné y Forés, 2010)”.

La planeación considera tres fases: inicial, ejecución y valoración (Martín, 2001) en tres niveles de concreción: plan, programa y proyecto. Un plan se desarrolla mediante diferentes programas y cada programa se lleva a cabo en diferentes proyectos ya sean sucesivos o simultáneos. A continuación se explica la diferencia de cada uno de ellos:

Haz clic en cada concepto para conocer más información.

  • Define objetivos generales
  • Define prioridades y estrategias
  • Determina recursos necesarios
  • Integra un conjunto de programas
  • Define objetivos específicos.
  • Determina prioridades de intervención.
  • Ordena los recursos disponibles.
  • Conjunto de proyectos interrelacionados.
  • Define objetivos específicos y metas a corto plazo.
  • Determina procesos de ejecución.
  • Utiliza los recursos.
  • Elabora presupuestos detallados de gastos e ingresos.

(Parcerisa, Giné y Forés, 2010; Muñoz, 2012)

Dentro de la planeación se encuentra un elemento constante que debe estar presente durante todo el proceso: la evaluación, la cual controla las prácticas, resultados y efectos de cada uno de los tres niveles de concreción (Parcerisa, Giné y Forés, 2010).

7.2 Intencionalidad educativa

La educación es una actividad intencionada que pretende una determinada finalidad, dentro de ésta se encuentra la voluntad y decisión de los educadores y los educandos, quienes a su vez pueden renunciar en cualquier momento. El educador se compromete a actuar de forma metódica y en función de la transformación del alumno mientras que, el educando se compromete a realizar un esfuerzo para ser educado.

La intencionalidad educativa responde a finalidades de carácter social, político, filosófico (Trujillo,  2009) y se conforma de conocimientos, habilidades y actitudes que determinan el perfil de egreso, refieren a las demandas de la sociedad y sirve de marco a la toma de decisiones (Blando, 2010) que funcionan como imperativos e ideales (Trujillo, 2006) y tienen carácter de renovación social (Dilthey, 1965).

El concepto de fin o intencionalidad educativa es necesario para poner un orden a la experiencia de enseñanza –aprendizaje, éste determina si los objetivos, actividades, estrategias y decisiones de último minuto, son coherentes para poder cumplir con la intencionalidad educativa (Trujillo, 2009).

La educación pretende la formación del ciudadano y de la sociedad concretando el currículum que actúa como proceso operativo que integra distintos elementos como objetivos, recursos, actores sociales que interactúan para alcanzar las intenciones educativas.

7.3 El currículum

Si bien es cierto que el currículum tiene distintas acepciones, Parcerisa (2007) señala que en educación social las que mejor se aplican son:

Haz clic en cada pestaña para conocer más información.

Creación del ambiente de aprendizaje con base en decisiones tomadas antes, durante y después de llevarse a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje. El educador toma decisiones didácticas tomando en cuenta las intenciones educativas y los medios para conseguir cumplir estas intenciones.

Currículum oculto o implícito constituido por los efectos sutiles de la experiencia educativa producidos en paralelo al currículum explícito. El currículum oculto también tiene importancia en instituciones de educación no formal y de educación social, al momento de plantear la enseñanza ésta se debe basar en el currículum explícito así como también en el currículum oculto.

Partiendo de una concepción no reguladora que permita múltiples posibilidades en función de la variedad de elementos de cada contexto.

El currículum deriva de 4 diferentes fuentes, revísalas aquí

Investigación, innovación y cambio en educación social

De manera similar a lo que se realiza en la educación escolar, en la educación social también es importante realizar investigación educativa con fines de reflexión crítica y construcción de saber que permita realizar acciones informadas y reflexivas sobre la propia práctica (Salcedo, 2014). La investigación en educación social debe tener como justificación la mejora de la práctica e intervención educativa mediante la adquisición de las características de la realidad en el contexto en donde se vive (Parcerisa, 2007).

Del mismo modo, se requiere llevar a cabo innovación educativa, realizar cambios intencionales, controlados, en un proceso de construcción social (Salcedo, 2014) modificando concepciones y actitudes, alterando métodos e intervenciones y mejorando o transformando, los procesos de enseñanza y aprendizaje; es decir, involucra tanto la subjetividad y el desarrollo de la individualidad como las relaciones teórico-prácticas en el acto educativo (Cañal de León, 2002). Supone provocar mejoras integrales en algún campo de la actividad humana, y en el complejo y multidimensional campo de la intervención social, se orienta a satisfacer nuevas demandas incluyendo la prestación de nuevos servicios, abordar situaciones de manera más efectiva, garantizar resultados más favorables y benéficos, entre otros.

Se han resaltado tres cambios principales en lo que se refiere al educador social (Parcerisa, 2007):

A este respecto, los investigadores del Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico (IDEP, 2000) proponen que la innovación educativa orienta acciones y estrategias para cualificar los procesos de enseñanza-aprendizaje para mejorar la eficiencia, equidad y calidad de la educación.

En educación social, Parcerisa (2007) señala que la dificultad mayor al innovar radica en el cambio cultural.

La mayoría de los cambios propuestos no se desarrollan ni generalizan, esto se debe a la cultura escolar o a la gramática de la escuela. Estos conceptos incluyen teorías, ideas, principios, rituales y hábitos que se caracterizan por rasgos de estabilidad y limitada autonomía, es decir, la cultura escolar permanece y es duradera.

El código disciplinar del profesorado es también muy resistente al cambio. Este código es un conjunto de ideas, valores, prácticas y formas rutinarias que guían la labor docente y es una tradición instituida (Miralles, Maquilón, Hérnandez y García, 2012).

Resulta más difícil conseguir una renovación individual, sobre todo cuando la Innovacion propuesta no le convence a todo un grupo o equipo; la innovación no necesita tanto de estructuras formales y jerárquicas sino de redes informales y colaborativas.


Cierre


Las intervenciones en educación social están encaminadas a favorecer los aprendizajes en los diversos contextos donde se desarrolla la práctica socioeducativa. De ahí la importancia de realizar una planeación que responda a necesidades sociales bien identificadas y que anticipe y determine todos los elementos a desarrollarse durante la ejecución de la acción educativa: objetivos, metas, los sujetos a los que se dirige, las formas de participación de los involucrados, el procedimiento metodológico, didáctico y técnico, tiempos y recursos.

Ahora que tienes más información sobre la planeación de intervenciones socioeducativas, es importante que continúes explorando necesidades o demandas sociales a las cuales responder a través de tu propuesta socioeducativa.

Revisa a continuación el Checkpoint:

Consolida las ideas básicas del tema.

  1. Importancia de la planeación de intervenciones socioeducativas
  2. Intencionalidad educativa como imperativo social
  3. Investigación, innovación y cambio en educación social

Asegúrate de comprender:

Antes de concluir el tema, asegúrate de responder las siguientes preguntas.


Revisa el glosario del curso aquí.


Referencias


  • Ander-Egg, E. (1989). Introducción a la planificación. Buenos Aires: Humanitas.
  • Blando, M. (2010). Diseño instruccional elemento clave en el desarrollo de cursos para ambientes virtuales de aprendizaje. Recuperado de http://disenoinstruccionalmbch.blogspot.mx/2010/08/intencion-educativa.html
  • Cañal de León, P. (Coord.). (2002). La innovación educativa. Madrid: Akal.
  • Dilthey, W. (1965). Fundamentos de un sistema de pedagogía. Buenos Aires: Losada.
  • Henao, G. C., Ramírez C. y Ramírez, L. A. (2006). Qué es la intervención psicopedagógica: definición, principios y componentes. Ago, USB, 6(2), 215-226.
  • Kaufman, R. A. (1980). Planificación de sistemas educativos. México: Trillas.
  • Jordan, M., Pachón, L., Blanco, M. y Achiong, M. (2011). Elementos a tener en cuenta para realizar un diseño de intervención educativa. Revista Médica Electrónica, 33(4). Recuperado de http://www.revmatanzas.sld.cu/revista%20medica/ano%202011/vol4%202011/tema17.htm
  • Marchioni, M. (1984). Planificación social y organización de la comunidad. Madrid: Ed. Popular.
  • Martín E. (2001). Investigación e intervención educativa. Cultura y educación,13(3). doi: 10.1174/113564001753207618
  • Miralles, P.; Maquilón, J.; Hernández, F. y García, A. (2012). Dificultades de las prácticas docentes de innovación educativa y sugerencias para su desarrollo. REIFOP, 15 (1), 19-26. Recuperado de http://www.aufop.com/aufop/uploaded_files/revistas/133779829310.pdf
  • Muñoz, J. (2012). Proceso de planificación para la elaboración de programas. Contribuciones a las Ciencias Sociales. Recuperado de www.eumed.net/rev/cccss/20/
  • Parcerisa, A. (2007). Didáctica en la educación social. Enseñar y aprender fuera de la escuela (6ª ed.; pp. 53-63). Barcelona: Graó.
  • Parcerisa, A., Giné, N. y Forés, A. (2010). La educación social. Una mirada didáctica: relación, comunicación y secuencias educativas. Barcelona: Graó.
  • Salas, P. (2004). La detección de necesidades de aprendizaje. La Habana: Escuela Nacional de la Salud Pública.
  • Salcedo, R. (2014). La investigación en el aula y la innovación pedagógica. Recuperado de: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/educacion/expedocen/expedocen8a.htm
  • Sanabria, G. (2007). Diseño del programa educativo. La Habana: Escuela Nacional de la Salud Pública.
  • Trujillo, B. (2006). Educación cívica e intencionalidad educativa. Revista Intercontinental de Psicología y Educación, 8(1), 93-108.
  • Trujillo, B. (2009, Septiembre). Conocimiento moral e intencionalidad educativa. Trabajo presentado en el X Congreso Nacional de Investigación Educativa, Veracruz, Ver.