Contexto
El Gato sonrió al ver a Alicia. Parecía tener buen carácter, consideró Alicia; pero también tenía unas uñas largas y un gran número de dientes, de forma que pensó que convendría tratarlo con el debido respeto.
-Minino de Cheshire –empezó algo tímidamente, pues no estaba del todo segura de que le fuera a gustar el cariñoso tratamiento; pero el Gato siguió sonriendo más y más. “¡Vaya! Parece que le va gustando”, pensó Alicia, y continuó–: ¿Me podrías indicar, por favor, hacia dónde tengo que ir desde aquí?
–Eso depende de a dónde quieras llegar –contestó el Gato.
-A mí no me importa demasiado a dónde… –empezó a explicar Alicia.
–En ese caso, da igual hacia dónde vayas –interrumpió el Gato.
–…siempre que llegue a alguna parte –terminó Alicia a modo de explicación.
–¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte –dijo el Gato–, si caminas lo bastante.
Obtenido de:
http://www.prisaediciones.com/...
Para fines educativos exclusivamente
Alicia en el país de las Maravillas, por Lewis Carroll
Una compañía que no sabe a dónde va está condenada al fracaso. Una persona que no sabe a dónde va está condenada a una vida sin sentido. Se le da mucha importancia en la creación de una visión corporativa, pero pocos hablan de una visión personal. El negocio más importante de tu vida es tu vida misma.
Explicación
Se habló de un proceso de autoconocimiento en el tema pasado en donde se mencionó que para que una persona pueda ir de un punto A a un punto B, debe primero conocer y entender A. Se dijo que el trabajo más fuerte de autoconocimiento se hace en esa fase. Ahora, si bien es cierta esa aseveración, es también cierto que en el punto B se necesita hacer todo otro trabajo de introspección y de autoconocimiento.
¿Por qué? Porque no es fácil definir a dónde se quiere ir. De hecho, muy pocas personas saben a dónde quieren ir. La mayoría dejan la vida pasar y se van moviendo conforme la vida los va moviendo. Esto ocurre porque así hemos sido educados desde pequeños. Siempre se nos dijo qué seguía en cada etapa de nuestras vidas. Nuestros padres deciden meternos a preescolar cuando éramos pequeños, al terminar preescolar entramos a primero de primaria, posteriormente a segundo, después a tercero, y así sucesivamente hasta llegar a sexto de primaria. Al terminar la primaria, ya sabíamos lo que seguía: estudiar secundaria. Así pasaron tres años más de nuestras vidas. La historia no terminó ahí. Al terminar secundaria, estudiar preparatoria era lo siguiente en la lista de cosas a hacer. En algunos casos pasaron dos años; en otros casos pasaron tres (o más en algunos casos especiales).
Al terminar la preparatoria, se repite la misma historia. Ya todos sabemos qué es lo que sigue: entrar a la universidad. En esta etapa, por lo menos, tenemos la oportunidad de escoger la carrera que más nos interesa. Sin embargo, por cuatro o cinco años más, seguimos recorriendo el camino que la sociedad determinó que debíamos seguir.
El sistema de educación que tenemos nos ha indicado qué hacer desde los tres o cuatro años hasta que se concluye la carrera. No quiere decir que esté mal, ese es tema aparte. El punto al que se quiere llegar aquí es que siempre se nos dictó lo que teníamos que hacer durante dieciséis o diecisiete años y nos hemos acostumbrado.
Se nos condicionó a que el camino estaba trazado para nosotros. Eso ocasiona que al terminar la universidad la gente no tenga ningún plan. Piensan que el camino sigue estando establecido y pasan por la vida dejándose llevar por donde las circunstancias los lleven. Terminan la carrera y agarran el primer trabajo que encuentren sin siquiera hacerse preguntas básicas como: ¿En qué tipo de organización quiero trabajar? ¿Qué tipo de trabajo quiero desempeñar? ¿En qué área me quiero desarrollar? ¿Qué me apasiona? ¿Quiero poner un negocio propio? Etcétera.
La mayoría de las personas sencillamente aceptan sus vidas y no las dirigen. A este respecto, Jim Rohn dice: “Si no diseñas tu propio plan de vida, lo más probable es que caigas en el plan de otro. Y, ¿sabes qué es lo que esta persona puede que tenga planeado para ti? No mucho.”
Malala Yousafzai respondía durante un espacio de entrevista realizado en un programa de entretenimiento americano, que a sus 15 años luchaba por el derecho de estudiar, cuando un grupo de talibanes (quienes impedían ir a las mujeres a la escuela) atentaron contra su vida, recibiendo un impacto de bala en su cabeza. Ella reconoce que a partir de este día, todos sus miedos se desvanecieron y se hizo más fuerte su consciencia de seguir haciendo lo que hace a favor de la educación en estas zonas de conflicto:
“Creo fuertemente que nadie puede detenerme en esta misión, en esta campaña a favor de la educación, para decir que las mujeres tienen el derecho de ir a la escuela. Siento que independientemente de lo que pueda pasarme, debo ponerlo a un lado y continuar con más valor y más trabajo”
Malala, encuentra ánimo en la gente que le muestra amor, especialmente en su familia, a quienes les reconoce que le han permitido volar alto, y le han dado la fortaleza y el coraje para seguir adelante. En el 2014, durante una de sus clases en la escuela, recibe la noticia de que era la ganadora del Premio Nobel de la Paz pero quiso esperar hasta terminar el día escolar para acudir a las entrevistas, pues esta es su prioridad. Actualmente tiene una Fundación que lleva su nombre y ha podido compartir su mensaje frente a las Naciones Unidas y diversas personalidades como el Presidente de los Estados Unidos y ha sido nominada para diferentes premios y reconocimientos; libros y películas cuentan su biografía, mientras ella continua su labor a favor de la educación.
TheEllenShow (septiembre 9, 2015). The incomparable Malala Yousafzai. [Archivo de video].
Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=A6Pz9V6LzcU
Este es el impacto que tiene un líder cuando sabe a dónde va. Cuando el líder tiene una misión de vida clara, le da un sentido y un significado a cada acción que ejecuta, dándole congruencia de vida, fortaleza y perseverancia aún en los momentos más difíciles de su camino.
Empieza con un fin en mente
Stephen Covey, en su libro Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva, nos invita a hacer un ejercicio. El ejercicio consiste en imaginarte que estás en tu propio funeral, tres años a partir de hoy, y habrá cuatro personas que dirán algunas palabras. La primera de ellas es un familiar tuyo. La segunda persona es un amigo tuyo. La tercera es alguien que trabajó profesionalmente contigo. La última es alguien que trabajó o sirvió contigo en la iglesia o en alguna otra organización.
¿Qué quisieras que dijera cada una de esas personas de ti? ¿Qué tipo de persona quieres que digan que eres? ¿Qué tipo de esposo, padre, amigo, profesional fuiste? ¿Qué tipo de carácter quisieras que ellos vieran en ti? ¿Qué tipo de logros quisieras que recordaran? ¿Qué diferencia quisieras haber hecho en sus vidas?
Stephen Covey dice que esta imagen tuya al final de tu vida es tu punto de referencia a dónde debes ir, el criterio hacia donde debe estar dirigida tu vida. Es importante empezar con el fin en mente de tu vida personal. En sus palabras:
Con su Ley del Legado, John Maxwell (2007) nos invita a hacer un ejercicio similar: “¿Qué es lo que le gustaría que la gente dijera en tu funeral? Parece ser una pregunta extraña, pero quizá sea la pregunta más importante que puede hacerse como líder. La mayoría de las personas nunca lo consideran, y al no hacerlo, sus vidas y su liderazgo se orientarán en una dirección diferente a la del mayor impacto potencial”.
En términos corporativos, saber hacia dónde ir se llama visión. Una empresa sin visión es una empresa sin rumbo y está condenada al fracaso. Es por esto que las empresas invierten miles de dólares y recursos en el establecimiento de su visión y en alinear a toda la compañía para alcanzarla.
Si esto se hace en los negocios, por qué no hacerlo en la vida personal. El negocio más grande de tu vida es tu vida misma. Una vida sin visión es vivir una vida sin dirección; a una vida a la deriva que va a donde la corriente lo lleve.
Al final del día, la visión es uno de los componentes claves del liderazgo. Un líder sin visión no es líder. Theodore Hesburgh, rector de la Universidad de Notre Dame, dice que "la verdadera esencia del liderazgo es que tienes que tener una visión; debe ser una visión que puedas articular con claridad y fuerza en cada ocasión."
Por su parte, James Kouzes y Barry Posner dicen: “No hay nada más desmoralizante que un líder que no puede articular con claridad el por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo.”
Un líder sabe a dónde va. El líder sabe a dónde va su organización o equipo, pero más importante aún, sabe a dónde va él. No hay nada más desconcertante para los seguidores que tener un líder sin dirección en su vida personal. Un líder tiene visión.
Stephen Covey relata una historia en la que un grupo de personas quiere pasar a través de una selva haciéndose paso con unos machetes. Los productores están cortando todo lo que hay a su paso. Los administradores están atrás de ellos sacándole filo a los machetes, organizando a los productores, estableciendo horarios de trabajo y horarios de descanso, etc. El líder es el que escala el árbol más alto, ve la situación entera y grita: “¡Selva equivocada!” Los productores y los administradores responden generalmente con “¡Cállate! Estamos progresando.”
La efectividad no sólo se mide por el progreso o avance, sino también en hacerlo en el lugar adecuado. ¿Hacia dónde estamos avanzando? ¿Estamos avanzando en la selva adecuada?
Para empezar con el fin en mente, desarrolla tu declaración de misión personal. Hacerlo, será como trepar el árbol, examinar la situación completa, y tomar la dirección adecuada.
Declaración de Misión Personal
Stephen Covey (2013), en su libro llamado “How to Develop a Personal Mission Statement” explica la necesidad de crear la declaración de la misión personal y el cómo hacerla.
Covey explica que la creación de la declaración de tu misión personal te da un enfoque a futuro, un sentido de esperanza y un sentido de profundo significado y propósito en tu vida.
Victor Frankl, padre de la logoterapia y sobreviviente de los campos de concentración nazis, cita a Friederich Nietzche: “Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo.” Estas palabras pudieran ser la motivación que guía todas las acciones psicoterapéuticas y psicohigiénicas con respecto a los prisioneros. Siempre que se presentaba la oportunidad, era preciso inculcarles un porqué —una meta— de su vivir, a fin de endurecerles para soportar el terrible cómo de su existencia. Desgraciado aquel que no viera ningún sentido en su vida, ninguna meta, ninguna intencionalidad y, por lo tanto, ninguna finalidad en vivirla, ése estaba perdido.
En otro pasaje del mismo libro, Victor Frankl menciona: “Y yo me atrevería a decir que no hay nada en el mundo capaz de ayudarnos a sobrevivir, aun en las peores condiciones, como el hecho de saber que la vida tiene un sentido. Yo veo en estas palabras un motor que es válido para cualquier psicoterapia. Los campos de concentración nazis fueron testigos (y ello fue confirmado más tarde por los psiquiatras norteamericanos tanto en Japón como en Corea) de que los más aptos para la supervivencia eran aquellos que sabían que les esperaba una tarea por realizar.”
Es por eso que el desarrollar nuestra declaración de misión personal se vuelve tan importante. Le da sentido a todo lo que hacemos y nos da la fuerza y energía necesaria para sobrellevar cualquier dificultad que se pone en nuestro camino.
Según Covey (2013), para desarrollar esta declaración, debes trabajar en dos cosas, principalmente:
Para definir tanto nuestra visión como nuestros principios nos ayudará mucho hacer el ejercicio propuesto al principio del tema; imaginarnos estar en nuestro propio funeral a 3 años de ahora y pensar qué queremos que digan de nosotros.
La Ley del Legado menciona: “Algún día las personas resumirán su vida en una sola declaración. Mi consejo es: Escoja ahora mismo esa declaración.” Estás a tiempo de escoger esa misión de vida. Una vez que la escojas, cada acción que hagas deberá servir ese propósito. Las características de la declaración de la misión personal son las siguientes:
Tu misión no debe depender de las circunstancias que la vida presente, ya que las circunstancias varían y no se tienen control de ellas. Esto permite que la misión sea perene, es decir, que no cambie en el tiempo.
Tal como se definió anteriormente, debe tener la visión (fin) como los principios en los que se quiere vivir (medios).
Dado que la declaración está basada en principios, debe incluir todos los roles de tu vida, como: padre de familia, cónyuge, amigo, vida profesional, líder de alguna organización, entre otros.
Stephen Covey explica que son cuatro las dimensiones de nuestra vida: cuerpo, corazón, mente y espíritu. El cuerpo es nuestra parte física. El corazón se refiere a la parte emotiva/afectiva. La mente incluye todo el aspecto intelectual y mental. El espíritu abarca todo lo referente a la parte espiritual.
El autor también menciona que todos tenemos tres vidas: la vida pública, la vida privada y la vida interior. La vida pública es la que se lleva en un ambiente comunitario, en donde hay más personas; la vida privada es la que se encuentra fuera del público, puede ser solo, con un amigo o con algunos miembros de la familia; por último la vida interior es la más importante, ya que es donde está el corazón. Es el lugar en el que se puede hacer introspección y conocer tus motivos, tus pensamientos y deseos. Esta vida interior o vida secreta se puede llevar estando en nuestra vida pública o en la privada. Es en esta vida secreta en donde crecemos en autoconocimiento, conciencia, imaginación y voluntad.
Al respecto, Warren Bennis (2009) desarrolla una perspectiva diferente, pero complementaria:
Dicho esto, para desarrollar tu declaración de misión personal deberás ingresar a tu vida interior. Al irla desarrollando deberás preguntarte lo siguiente: ¿Estoy preparado para actuar de esta manera de una manera en privado y en público?
Ejemplo de misión personal
Roger Miller, consultor de FranklinCovey y autor de First Things First comparte su declaración de misión personal:
Si quieres realizar el ejercicio de crear tu propia misión personal, una buena herramienta para elaborarla puedes ser la siguiente: http://www.franklincovey.com/...
Recuerda que hacer tu declaración es un proceso. Con el tiempo irás puliéndola hasta que encuentres la que te describa y te llene por completo.
Práctica
¿Necesitas ayuda para saber a dónde vas? Prueba este ejercicio de Kouzes y Posner: imagina que es el año 2025 y que has sido premiado(a) como una de las 50 personas que han marcado una diferencia en el siglo XXI. Imagina que una revista nacional ha escrito un artículo sobre el cambio que has producido en tu organización, familia o comunidad. Escribe ese artículo. Puedes guiarte con las siguientes preguntas: ¿de qué estás orgulloso(a)? ¿Cuál es tu mayor contribución al crecimiento de tu comunidad u organización?
Cierre
Un líder sabe a dónde va. Un líder sin rumbo pierde la confianza de sus seguidores y la moral del equipo se cae. Esto funciona tanto para una visión de la compañía, como para su visión individual. El líder sabe a dónde va.
La mayoría de las personas no tiene una visión individual, por lo que pasa su vida viviendo el plan de otros. Un líder tiene definido su plan propio y tiene una razón que está atrás de sus acciones. Esta razón, o este por qué, lo fortalece y lo hace perseverar.
Recordando la conversación entre Alicia y el Gato:
-¿Me podrías indicar, por favor, hacia dónde tengo que ir desde aquí?
–Eso depende de a dónde quieras llegar –contestó el Gato.
-A mí no me importa demasiado a dónde… –empezó a explicar Alicia.
–En ese caso, da igual hacia dónde vayas –interrumpió el Gato.
–…siempre que llegue a alguna parte –terminó Alicia a modo de explicación.
–¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte –dijo el Gato–, si caminas lo bastante.
Alicia en el país de las Maravillas, por Lewis Carroll
Checkpoint
Revisa a continuación el Checkpoint:
Asegúrate de contestar las preguntas que se enlistan a continuación, te servirán para realizar un autoanálisis sobre la comprensión del tema que acabas de revisar.
Referencias