Contexto
El milagro del Hudson
Una parvada se atravesó en medio de la trayectoria del avión Airbus 1549, que salía del aeropuerto La Guardia en NY dirigiéndose a Carolina del Norte. Ambos motores se perdieron, forzando al piloto a hacer un aterrizaje forzoso en el Río Hudson, a menos de 7 minutos de haber despegado, y habiendo logrado ya una altura de más de 900 metros. Lo que parecía la muerte inminente de 155 personas, terminó siendo el famoso “Milagro del Hudson”. Observa el siguiente video y presta mucha atención a la voz del piloto mientras se comunicaba con el personal de la torre control del aeropuerto:
Aquí puedes ver un video mucho más completo sobre la misma historia:
Se ha visto el ejemplo de un piloto con una gran inteligencia emocional, que fue capaz de actuar magistralmente bajo una presión inimaginable. El desarrollo de inteligencia emocional es imperativo en toda organización, si es que se quiere tener una institución funcional y eficiente. ¿Cuántos trabajos incluyen como requisito para sus vacantes el ser “capaz de trabajar bajo presión”? Al requerir esa habilidad, lo que están pidiendo las organizaciones -sin saberlo- son personas con alta inteligencia emocional. Es por esta razón que como líder deberás poner mucha atención a este tema que a continuación se presenta.
Preguntas detonadoras o de reflexión:
¿Qué habilidades se necesitan para que alguien pueda reaccionar así ante una situación tan extrema?
¿Cómo hubieras reaccionado tú ante tal circunstancia?
Explicación
2.1 Inteligencia emocional versus Coeficiente intelectual
En su libro Outliers, Malcom Gladwell describe un estudio hecho por Lewis Terman, un profesor de psicología de la Universidad de Standford. Terman decidió hacer un estudio en donde buscaría a los niños de primaria con las mentes más brillantes del estado de California. A esos niños se les puso un examen para evaluar su IQ. A los estudiantes que quedaron dentro del 10% de mayor puntuación, se les puso un segundo examen de IQ. A aquéllos que sacaron arriba de 130 puntos se les puso un tercer examen, y de ese conjunto de resultados, Terman seleccionó a los más brillantes. El grupo escogido por Terman era de 1,470 niños cuyo rango de IQ iba desde 140 hasta 200. Una persona promedio tiene un IQ de 100. Einstein tenía un IQ de 150. Terman creía que lo más importante en una persona era su IQ.
Imagen obtenida de https://chsappsych.wikispaces.com/Terman,+Lewis Sólo para fines educativos
Terman siguió de cerca a estos niños durante sus vidas. Observó sus logros académicos, sus matrimonios, enfermedades, salud psicológica y cada promoción o cambio de trabajo que obtenían.
Cuando este grupo de genios llegaron a su edad adulta, se notó el error de Terman. Pocos de estos niños crecieron y publicaron artículos o libros, alcanzaron el éxito en los negocios, fueron jueces, congresistas, entre otros. El grupo tendía a tener buenos sueldos, pero no sueldos sobresalientes. La gran mayoría terminó en trabajos ordinarios, incluso algunos trabajos que Terman consideraría como un fracaso.
Terman fue muy criticado. El sociólogo Pitrim Sorokin dijo que si Terman hubiera agarrado, simplemente, a un grupo aleatorio de niños con similar trasfondo familiar al de los niños genios, hubiera obtenido el mismo resultado de logros alcanzados por los genios. Después del estudio, Terman concluyó que el intelecto y los logros están “lejos de estar perfectamente correlacionados” (Gladwell, 2008).
Por su parte, Daniel Goleman analizó más de 500 modelos de competencias en compañías trasnacionales (IBM, PepsiCo, entre otras). Su meta era analizar qué capacidades llevaban a las organizaciones a un desempeño sobresaliente. Las habilidades fueron agrupadas en tres categorías: habilidades técnicas, habilidades cognitivas (ej. IQ) y rasgos de inteligencia emocional.
El estudio se hizo con los directivos y la alta gerencia de las empresas. Los resultados fueron sorprendentes. Aunque las habilidades cognitivas mostraron ser importantes para el desempeño sobresaliente de una organización, las competencias de inteligencia emocional jugaron un rol mucho más importante en las altas esferas de las organizaciones, en donde las diferentes habilidades técnicas carecen de importancia. El IQ ayuda pero la IE ayuda mucho más (Goleman, 2013).
A este respecto, Bill George, de la Escuela de Negocios de Harvard, explica lo siguiente:
“El EQ es tan crítico para el éxito que cuenta como 58 por ciento del desempaño en todos los tipos de trabajos. Es el elemento que mejor predice el desempeño en el trabajo y el elemento más importante del liderazgo y de la excelencia personal” (Bradberry et al, 2009).
Una diferencia entre IQ y la IE es que, mientras que tu nivel de IQ se mantiene igual por toda tu vida, tu IE puede ser desarrollada. En la siguiente sección se explica cuáles son las cuatro habilidades que necesitan ser desarrolladas para incrementar tu inteligencia emocional.
2.2 Las cuatro habilidades de la IE
Para ser exitoso necesitas maximizar tus habilidades de IE. Los expertos señalan principalmente 4 habilidades que se considera entran dentro del dominio de la IE.
Observa este video:
”Inteligencia emocional es tu habilidad para reconocer y comprender tus emociones y las de los demás, y tu habilidad para usar este conocimiento para manejar (gestionar) tu comportamiento y tus relaciones ”
(Bradberry et al, 2009:17)
De esta definición podemos sacar estas habilidades principales de las cuales hablamos:
Los expertos en el tema ponen estas habilidades en el siguiente orden:
Para poder mejorar en estas habilidades necesitas, primero, comprender cada una de ellas y cómo funcionan. Las primeras dos se refieren a la competencia personal. Estas dos (autoconciencia y automanejo) se centran en ti como individuo, más que en tus interacciones con otras personas. La competencia personal “es tu habilidad de mantenerte consciente de tus emociones y manejar tu comportamiento y tus tendencias” (Bradberry et al, 2009).
Las últimas dos (conciencia social y manejo de las relaciones) recaen en lo que se conoce como competencia social. La competencia social “es tu habilidad de entender el estado de ánimo de las demás personas, sus comportamientos y sus motivos para mejorar la calidad de tus relaciones” (Bradberry et al, 2009).
En resumen, estas cuatro competencias conforman la inteligencia emocional, en donde las primeras dos se enfocan al individuo y las otras dos a las otras personas. Enseguida te explico cada una de ellas.
Autoconciencia
Este tema se aborda en el curso “El líder desde adentro”. La autoconciencia o autoconocimiento es el arte de conocerse a uno mismo. En el ámbito de la inteligencia emocional, se refiere específicamente a la habilidad de conocer de manera precisa las emociones que tienes en el momento y saber cuáles son tus tendencias a actuar ante tales sensaciones. Si no te conoces en estos dos aspectos, el crecimiento será muy lento y difícil, si no es que nulo. La base del crecimiento se encuentra en la conciencia de uno mismo.
Al crecer en esta habilidad, se irá desarrollando en consecuencia la capacidad de la intuición. Goleman enfatiza la importancia de la toma de decisiones con base en la intuición. Este autor indica que se les preguntó a directivos de varias compañías cómo le hacen para tomar decisiones. La mayoría respondió que era una mezcla de la información que tenían y una dosis de corazonada o intuición. Esta intuición es sumamente importante en la toma de decisiones con inteligencia emocional.
Automanejo
El automanejo es la habilidad de manejar las emociones y responder a ellas de la forma más convenientemente posible. Hacer como decía Aristóteles en la Ética a Nicómaco: “Cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… eso no es fácil”.
Al automanejo también se le conoce como autocontrol o dominio propio. En esta habilidad es necesario hacer uso de la autoconciencia. No sirve de mucho la autoconciencia si no se usa para actuar de la forma más conveniente. La habilidad de decirle “no” a un impulso es la base de nuestra confiabilidad e integridad.
Un elemento básico en el automanejo es la automotivación. Alguien que tiene un alto dominio propio tiene una capacidad muy desarrollada para mantenerse motivado en el momento adecuado, o más bien, la capacidad para encontrar aquello que lo invita a seguir adelante aun a pesar de las circunstancias.
Conciencia social
Cuando se dice conciencia social, se está hablando de la empatía. La empatía es la capacidad de comprender.
La empatía o la conciencia social se construyen sobre el cimiento de la autoconciencia. Mientras más entiendas tus emociones, serás más capaz de entender a los demás.
Es lo que entendemos como ponerse en los zapatos del otro. Esto se desarrolla principalmente practicando el arte de escuchar. Para escuchar se necesitan los distintos elementos de comunicación que se abordaron en el curso pasado: la comunicación verbal y la no verbal. Es muy importante para escuchar a la gente poner atención en el tono de voz, en la postura, en los silencios, en las expresiones faciales, etc. Esto te ayudará a ser más empático, es decir, a tener una mayor conciencia social.
Manejo de las relaciones
Para lograr dominar esta habilidad es importante cierto grado de dominio de todas las anteriores. Como dicen Bradberry y Greaves: “Usas tus habilidades de autoconciencia para reconocer tus sentimientos y decidir si tus necesidades están siendo satisfechas. Usas tus habilidades de automanejo para expresar tus sentimientos y actuar acorde para beneficiar la conexión. Finalmente, usas tus habilidades de conciencia social para entender mejor las necesidades y sentimientos de las otras personas” (Bradberry et al, 2009).
Las relaciones se tienen en todos lados y se sabe que la base de todo liderazgo son las relaciones. Es por eso que la inteligencia emocional es esencial para el ejercicio de liderazgo.
2.3 Estrategias de crecimiento
Una vez que te has familiarizado con las cuatro habilidades de la IE, si quieres incrementarlas, deberás ser intencional en tu crecimiento.
James Allen en “As a Man Thinketh” escribió: “Las personas están ansiosas por mejorar sus circunstancias pero no están dispuestas a desarrollarse a sí mismas, por tanto, permanecen atadas” (Allen, 1903).
La mejor forma de ser intencionales en el crecimiento de tu inteligencia emocional es a través de un plan de acción concreto. Aquí se presentan algunos pasos, basados en la propuesta de Bradberry y Greaves, que puedes usar:
A continuación se muestran algunas de las estrategias propuestas por Bradberry y Greaves para crecer en cada una de las habilidades de IE.
Haz clic en cada botón para ver el detalle
Práctica
Reflexiona sobre las cuatro habilidades de la IE y escribe para cada una de ellas de qué forma le pueden ayudar al director general de una empresa. Presenta tus resultados en un póster digital.
Cierre
El coeficiente intelectual (IQ) es importante para el desempeño de una función, pero la inteligencia emocional (IE) es mucho más importante. Uno no puede incrementar su IQ con el tiempo, pero sí puede incrementar su IE.
Para incrementar la IE debes incrementar tu dominio en cada una de las habilidades que conforman la IE. Estas habilidades son: autoconciencia, automanejo, conciencia social y manejo de las relaciones.
El piloto del vuelo Airbus 1549 tuvo sólo 3 minutos para reaccionar y tomar decisiones ante una crisis extrema. Al escuchar las grabaciones no se puede apreciar ningún tipo de perturbación en la voz del piloto. Siempre habló con una calma imperturbable, cosa que impresionó a todo el mundo. El piloto no sólo mostró gran maestría en sus habilidades como piloto, también mostro gran maestría en el manejo de sus emociones. La vida de 155 personas fue salvada por el alto nivel de inteligencia emocional del piloto.
¿Qué tan inteligente, emocionalmente hablando, eres?
¿En cuál de las 4 habilidades de IE te hace falta crecer?
Checkpoint
Antes de dar por concluido el tema, asegúrate de contestar las preguntas que se enlistan a continuación.
Instrucciones: Haz clic en cada pregunta para ver su respuestaPorque no hay relación directa entre el IQ de una persona y su capacidad para llevar la vida al éxito. El IQ ayuda pero la IE ayuda mucho más (Goleman, 2013).
“El EQ es tan crítico para el éxito que cuenta como 58 por ciento del desempaño en todos los tipos de trabajos. Es el elemento que mejor predice el desempeño en el trabajo y el elemento más importante del liderazgo y de la excelencia personal” (Bradberry et al, 2009).
Autoconciencia, automanejo, conciencia emocional, manejo de las relaciones.
Referencias