El comercio es un mecanismo de desarrollo, y los Tratados Comerciales son los instrumentos que acercan el comercio de cada país con el de otro mediante la unión de sus diferencias y ventajas competitivas.

La inversión extranjera es un complemento a la inversión nacional. Esta debe ser definida como estrategia en el plan de desarrollo de un país, de tal forma que el país pueda organizarse y administrarla para que esta pueda otorgarle los beneficios necesarios considerando una estabilidad política, de infraestructura, de productividad social y mercado interno.

Los Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones (APPRIs) son tratados internacionales en materia de Inversión Extranjera Directa (IED). Estos instrumentos son diseñados para el fomento y la protección jurídica de los flujos de capital destinados al sector productivo. Actualmente se encuentran en vigor más de 2,500 APPRIs en el mundo.

Estos acuerdos generan confianza para los inversionistas extranjeros ya que permiten el establecimiento de relaciones favorable para la inversión, estimulan la inversión productiva y promueven el desarrollo económico del país.

Los flujos internacionales de capitales privados en forma de inversión extranjera directa contribuyen a financiar el crecimiento económico de largo plazo y ofrecen las posibilidades de la contribución en conocimiento y tecnología entre países, de crear empleo, aumentar la productividad, estimular la competitividad, de igual forma pretenden mejorar la calidad de vida y el nivel de bienestar de la población.

México tiene celebrados 32 APPRIs, de los cuales 3 se encuentra en proceso de entrada en vigor. Los tratados de libre comercio suscritos por México, que contienen el respectivo capítulo de inversión, aplican las mismas disciplinas generadas por estos acuerdos sin contraponer sus disposiciones y fortalecer lo estipulado entre ambos instrumentos.

1. Establecer el trato y protección debidos al inversor extranjero que el Estado receptor se compromete internacionalmente a garantizar. Su carácter convencional aleja cualquier duda sobre su cumplimiento, incurriendo en responsabilidad internacional el Estado que incumple con lo estipulado en el acuerdo. En este contexto, un incumplimiento contractual, que a su vez implique la violación de un APPRI constituye un acto ilícito contrario al Derecho Internacional general.
2. Otorgar al inversor extranjero el derecho de someter toda controversia con el Estado receptor de capital a una instancia arbitral internacional. Esta capacidad procesal le permite dirigir su propio reclamo, sin intermediación del Estado del cual es nacional, superando de ese modo las limitaciones que le impone el orden jurídico internacional.
3. Amparar los contratos concluidos por el inversor extranjero con el Estado receptor. Estos contratos generalmente se encuentran sujetos a los direccionales de derecho interno que permite al Estado resolverlos unilateralmente por razones de “interés público” y perjudicar al inversor extranjero.

Como carácter general, el inversionista en cuestión no se encuentra habilitado para reclamar en instancia internacional al país que haya lesionado algún derecho suyo. Primeramente, es necesario que se recurra a los órganos competentes dentro del Estado, acorde a la norma establecida en el derecho interno de este. Una vez que se hayan utilizado los recursos internos, sin obtener una solución al conflicto, el particular podrá acudir a su país para que dicho país sea el que presente un reclamo ante organismos internacionales.

Se debe entender que los APPRIs se desarrollan a la par en un plano internacional, al regir las relaciones entre países, y en un plano nacional, al comprometer al Estado receptor de capital a respetar y proteger los derechos del inversor extranjero.

En cada acuerdo se define lo que debe entenderse por inversión e inversor con el fin de delimitar las disposiciones en éste.

Dentro de la conducta esperada de los APPRIs, el país se obliga a diferentes medidas y principios:

Los APPRIs son instrumento que dan certeza y confiabilidad a los inversionistas, pues es de suma importancia que su capital sea resguardado en forma precisa. México ha firmado acuerdos en esta materia con diversos países, lo que incentiva a las empresas de estos invertir en su crecimiento en México. La apertura de plantas, la expansión de sucursales, la creación de nuevas modalidades de negocio, son producto de IED aplicada en el país. Las empresas al instalarse en el territorio tienen un compromiso también pues es su deber el desarrollo de las comunidades aledañas, como establecen los acuerdos cuyo objetivo promueve el desarrollo económico de la región, otorgando principalmente más empleos.

Hoy en día, México cuenta con sectores atractivos para los inversiones mundiales en materia de petróleo, gas, electricidad, automotriz y aeroespacial, sin embargo, también debe de considerar los retos que se le presentan, entre ellos el de infraestructura y talento humano.