El Gato no hizo más que sonreír al ver a Alicia. Ésta se dijo:
- Debe tener buen humor. - Con todo, era conveniente tratarlo con respeto, pues tenía agudos dientes y largas uñas.
- iMinino de Cheshire! - empezó a decirle, tímidamente, pues no estaba segura de si le gustaría tal nombre. Pero
el gato se sonrió un poco más. Y Alicia pensó acercándose más a él: - Ánimo, pues parece que no le disgusta. - Y le
volvió a preguntar; - ¿Qué camino debo seguir?
- Según adonde quieras llegar - observó el Gato.
- Lo mismo me da un sitio que otro ... - dijo Alicia.
- Entonces también da lo mismo un camino que otro añadió el Gato.
- Es que con tal de llegar a alguna parte ... - agregó
Alicia a manera de explicación.
- Para eso - le aseguró el Gato - basta con que empieces a andar y andar.
Alicia en el país de las Maravillas, por Lewis Carroll.
Una compañía que no sabe a dónde va, está condenada al fracaso. Una persona que no sabe a dónde va, está condenada a una vida sin sentido. Se da mucha importancia a la creación de una visión corporativa, pero pocos hablan de una visión personal. El negocio más importante de tu vida es tu vida misma.
¿A dónde voy?
“Un plan de vida sirve para tomar decisiones, dar sentido y propósito a nuestra vida, establecer los valores que nos gobiernan, soñar y crear metas que nos permitan vivir con intensidad los momentos del día, corregir y enderezar el camino cuando nos estemos desviando de nuestro objetivo, y lo más importante, para lograr la autorrealización” (Alva, 2020).
Para llegar de un lugar a otro, como ir del punto A al punto B, primero hay que conocer y entender el punto A. Ya se comentó que el trabajo más fuerte de autoconocimiento se hace en esta fase. Sin embargo, en el punto B también se necesita hacer otro trabajo de introspección y de autoconocimiento. Es decir, para definir el punto B es necesario realizar un trabajo personal importante.
¿Por qué es tan importante? Porque no es fácil definir a dónde se quiere ir. En realidad, muchas personas no están seguras de adónde quieren llegar. La mayoría deja la vida pasar y se van moviendo conforme los días avanzan. Esto ocurre porque así han sido educados desde pequeños. Siempre se les dijo qué seguía en cada etapa de sus vidas.
Por ejemplo, el sistema educativo ha indicado a las personas lo que deben hacer desde muy temprana edad hasta que concluyen la carrera. Esto no necesariamente está mal, pero implica que durante dieciséis o diecisiete años les han dicho qué hacer, acostumbrándolas a seguir un camino ya establecido.
Esto condiciona a las personas a creer que todo está planeado para ellas. Como resultado, al graduarse, muchas personas se encuentran sin un plan definido. Simplemente siguen adelante sin pensar realmente lo que quieren hacer. Aceptan el primer trabajo que encuentran sin detenerse a reflexionar sobre cuestiones básicas como: ¿en qué tipo de organización quiero trabajar?, ¿qué tipo de trabajo quiero desempeñar?, ¿en qué área me quiero desarrollar?, ¿qué me apasiona? o ¿quiero abrir un negocio propio?
La mayoría de las personas aceptan sencillamente sus vidas y no las dirigen. Farias (2023) señala que, sobre este tema, Jim Rohn dice: “Si no diseñas tu propio plan de vida, lo más probable es que caigas en el plan de otro; y adivina qué han planeado para ti, no mucho”.
Estableciendo la declaración de tu misión personal, estableciendo tu propósito de vida
Empieza con un fin en mente
Stephen Covey (2023), en su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, invita a hacer un ejercicio. Consiste en imaginar que estás en tu propio funeral, tres años a partir de hoy, y habrá cuatro personas que dirán algunas palabras. La primera de ellas es un familiar tuyo, la segunda persona es un amigo, la tercera es alguien que trabajó profesionalmente contigo, y la última es alguien que trabajó o sirvió contigo en la iglesia o en alguna otra organización.
¿Qué quisieras que dijera cada una de esas personas de ti?, ¿qué tipo de persona quieres que digan que eres?, ¿qué tipo de esposo, padre, amigo, profesional fuiste?, ¿qué tipo de carácter quisieras que ellos vieran en ti?, ¿qué tipo de logros quisieras que recordaran? y ¿qué diferencia quisieras haber hecho en sus vidas?
Covey dice que esta imagen tuya al final de tu vida es tu punto de referencia a donde debes ir y el criterio hacia donde debe estar dirigida tu vida. Es importante empezar con el fin en mente, de tu vida personal. En sus palabras:
“El modo más efectivo que conozco de empezar con el fin en mente consiste en elaborar un enunciado de la misión, filosofía o credo personal. Así nos centramos en lo que uno quiere ser (carácter) y hacer (aportaciones y logros), y en los valores o principios que dan fundamento al ser y al hacer", Stephen Covey.
Con su Ley del Legado, John Maxwell (2022) invita a hacer un ejercicio similar: ¿Qué es lo que te gustaría que la gente dijera en tu funeral? Parece ser una pregunta extraña, pero quizás sea la pregunta más importante que puedes hacerte como líder. La mayoría de las personas nunca lo consideran, y al no hacerlo, sus vidas y su liderazgo se orientarán en una dirección diferente a la del mayor impacto potencial.
En términos corporativos, saber hacia dónde ir se llama visión. Una empresa sin visión es una empresa sin rumbo y está condenada al fracaso. Si esto se hace en los negocios, por qué no hacerlo en la vida personal.
Por su parte, James Kouzes y Barry Posner (2019) dicen: “No hay nada más desmoralizante que un líder que no puede articular con claridad el por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo”.
Un líder sabe adónde va. El líder sabe a dónde va su organización o equipo, pero más importante aún, sabe a dónde va él. No hay nada más desconcertante para los seguidores que tener un líder sin dirección en su vida personal. Un líder tiene visión.
"La visión es un polo magnético que otorga la capacidad de encauzar el rumbo hacia el futuro”, James Kouzes (2020).
Declaración de misión personal
Desarrollar la declaración de misión personal se vuelve tan importante, que da sentido a todo lo que se hace y da la fuerza y energía necesarias para sobrellevar cualquier dificultad que se ponga en el camino.
Según Covey (2023), para desarrollar esta declaración, debes trabajar en dos cosas, principalmente:
La Ley del Legado de Maxwell (2022) menciona: “Algún día las personas resumirán su vida en una sola declaración”. Escoge ahora mismo esa declaración. Estás a tiempo de elegir esa misión de vida. Una vez que la escojas, cada acción que hagas deberá servir ese propósito. Las características de la declaración de la misión personal son las siguientes:
Figura 1. Características de la misión personal.
Maxwell (2022) también menciona que todos tienen tres vidas: la vida pública, la vida privada y la vida interior. La vida pública es la que se lleva en un ambiente comunitario, en donde hay más personas. La vida privada es la que se encuentra fuera del ambiente público, puede ser solo, con un amigo o con algunos miembros de la familia. Por último, la vida interior es la más importante, ya que es donde está el corazón. Es el lugar en el que se puede hacer introspección y conocer tus motivos, tus pensamientos y deseos. Esta vida interior o vida secreta se puede llevar estando en la vida pública o en la privada. Es en esta vida secreta en donde creces en autoconocimiento, conciencia, imaginación y voluntad.
Dicho esto, para desarrollar tu declaración de misión personal deberás ingresar a tu vida interior. Al estarla desarrollando deberás preguntarte: ¿estoy preparado para actuar de esta forma en público y privado?
Un líder sabe adónde va. Un líder sin rumbo, pierde la confianza de sus seguidores y la moral del equipo se cae. Esto funciona tanto para una visión de la compañía, como para su visión individual. El líder sabe adónde va.
La mayoría de las personas no tiene una visión individual, por lo que pasa su vida viviendo el plan de otros. Un líder tiene definido su plan propio y tiene una razón que está atrás de sus acciones. Esta razón lo fortalece y lo hace perseverar.
Recordando la conversación entre Alicia y el Gato:
¿Qué camino debo seguir?
- Según adonde quieras llegar - observó el Gato.
- Lo mismo me da un sitio que otro ... - dijo Alicia.
- Entonces también da lo mismo un camino que otro añadió el Gato.
- Es que con tal de llegar a alguna parte ... – agregó Alicia a manera de explicación.
- Para eso - le aseguró el Gato - basta con que empieces a andar y andar.
Asegúrate de:
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Para conocer más sobre el liderazgo, revisa el siguiente video:
Lectura
Para conocer más sobre el autoconocimiento, revisa el siguiente artículo:
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