2.1 La virtuosidad del liderazgo positivo
El liderazgo tiene presencia en todo tipo de organización y en toda clase de situaciones, el liderazgo se considera una capacidad en la que asumimos un rol con el propósito de organizar e influir en otras personas para que a través de sus acciones todos los involucrados logren metas (Villa, 2020). Existen diferentes estilos de liderazgo, sin embargo, la gran mayoría sigue estrategias tradicionales que dedican tiempo y esfuerzo a corregir errores, generar competencia, solo darles importancia a los resultados, buscar no cometer errores y beneficiar solo a los que el líder considera los mejores (Cameron, 2020).
Desde la perspectiva de las organizaciones positivas, sabemos que las organizaciones deben buscar métodos de trabajo que motiven a los colaboradores y tengan un mayor propósito en lugar de esforzarse en solo obtener resultados. En el contexto actual con los cambios constantes, el trabajo a distancia, la volatilidad del mercado y las múltiples ocupaciones y servicios que emergen día con día, se necesita de un estilo de liderazgo que aplique prácticas relacionadas a los conceptos de las organizaciones positivas, por ejemplo, estrategias con un enfoque en fortalezas, hacer el entorno propicio para las colaboraciones en el mismo entorno de trabajo, observar el trabajo como una oportunidad para mejorar la capacidad de las personas a través de experiencias; todo esto con el propósito de promover y mantener como prioridad el bienestar de las personas, ya que, como vimos en el tema anterior, es un elemento importante que es de beneficio para todos los involucrados en la organización (Cameron, 2013).
Fuente: Cameron, K. (2013). Practicing positive leadership: Tools and techniques that create extraordinary results. Estados Unidos: Berrett-Koehler Publishers.
En concreto, el liderazgo positivo nace de las teorías, principios y prácticas de dos materias de estudio, la Psicología positiva y el Comportamiento organizacional positivo. Esencialmente, el liderazgo positivo se concentra en influir a los colaboradores con prácticas que los orienten hacia la virtuosidad o al extremo de lo positivo, por lo tanto, el liderazgo positivo se encarga de gestionar la desviación positiva en las personas (Blanch, Gil, Antino y Rodríguez-Muñoz, 2016).
2.2 La desviación positiva
Para comprender mejor cómo se ven los resultados del liderazgo positivo en la vida real, Cameron (2020) compartió un caso que sucedió en un hospital de Connecticut. El vicepresidente de operaciones, Patrick Charmel, se encontró en una situación difícil cuando por cuestiones de procesos administrativos, el hospital lo obligó a dejar sus responsabilidades. Para sorpresa del consejo del hospital, después de un tiempo, un grupo de empleados se organizó para proponer a Patrick como CEO del hospital. La presión de los empleados fue tanta que se volvió una realidad, Patrick Charmel se convirtió en el nuevo CEO del hospital.
La popularidad de Patrick se debió a la forma de administrar, los empleados consideraban que su estilo tenía más innovación y era más eficiente, lo consideraban una persona ejemplar, lleno de energía y una persona que promovía la esperanza.
Cuando los empleados describieron por qué preferían a Patrick, dijeron que era un líder positivo y de tendencia a la desviación positiva. La desviación positiva es la herramienta fundamental que utilizan los líderes positivos (Cameron, 2020). El líder positivo debe enfocarse en actuar y dirigir a los colaboradores de tal manera que promueva la felicidad y la virtuosidad de todos los que se relacionan con él. Es decir, un líder debe tener una inclinación hacia lo afirmativo para promover las fortalezas y capacidades para desarrollar a los colaboradores, y reconoce la eudaimonía, al buscar el máximo bienestar posible de sus colaboradores con la orientación hacia la virtuosidad (Cameron, 2013).
Algo que es importante distinguir es que la desviación positiva busca actitudes o comportamientos más allá de lo común tanto a nivel individual como en lo organizacional. Con el propósito de visualizar la desviación positiva, Kim Cameron propone la siguiente tabla de habilidades que podríamos desarrollar como líderes dentro de una organización:
TIPO DE HABILIDAD |
DESVIACIÓN NEGATIVA |
NORMAL |
DESVIACIÓN POSITIVA |
Nivel individual |
Fisiológica |
Enfermedad |
Salud |
Vitalidad |
Psicológica |
Enfermedad |
Salud |
Flow |
Organizacional |
Económico |
No rentable |
Rentable |
Generoso |
Efectividad |
Inefectivo |
Efectivo |
Excelente |
Eficiencia |
Ineficiente |
Eficiente |
Extraordinario |
Calidad |
Propenso al error |
Confiable |
Perfecto |
Ética |
Poco ético |
Ético |
Benevolente |
Relaciones |
Perjudicial |
Servicial |
Honorable |
Adaptación |
Inflexibilidad |
Afrontamiento |
Florecimiento |
Fuente: Cameron, K. (2013). Practicing positive leadership: Tools and techniques that create extraordinary results. Estados Unidos: Berrett-Koehler Publishers.
Siguiendo la perspectiva de la desviación positiva como la principal herramienta de un líder positivo, en la tabla se puede observar cuál es el tipo de habilidad que debemos intentar promover en los colaboradores de una organización. Por ejemplo, un líder positivo debe buscar que la capacidad económica de una organización sea generosa y no solamente rentable; que la efectividad de la organización no solo sea efectiva, sino excelente y así sucesivamente.