10.1 El empleo y su relación con nuestra vida
El empleo es un dominio que da forma a la manera en las personas experimentan su propia vida. Desde temprana edad, los niños sueñan con lo que quieren ser de grandes, más adelante, el empleo representa un desafío e incita a tomar una decisión sobre el camino que se quiere seguir. Además, es tanta su influencia que, al momento del retiro, muchas personas tienen dificultades para reestructurar su vida en ausencia del empleo (Caza y Wrzesniewski, 2013). Siendo el trabajo tan importante en la vida ¿cómo influye la manera en que se percibe y vive el empleo con relación a la experiencia del bienestar? Más importante aún, ¿cómo podría el empleo ser una vía de desarrollo y significado?
El empleo es un contrato en el cual las personas evalúan si la relación entre el esfuerzo y la recompensa es equitativa. Esta percepción juega un papel importante en el bienestar, principalmente a través de la satisfacción, mayor compromiso y confianza hacia la organización, mejor desempeño e involucramiento, así como actitudes cívicas (Colquitt, Conlon, Wesson, Porter y Ng, 2001; Cropanzano, Bowen y Gillialand, 2007; Liden, Wayne, Kraimer y Sparrowe, 2003; citados en Caza y Wrzesniewski, 2013).
10.2 Las perspectivas del empleo según Wrzesniewski
En cuanto a la experiencia del empleo, Wrzesniewski (2012) indica que las personas pueden ver su empleo desde diversas perspectivas:
Elaborado por Universidad Temilenio con datos de Wrzesniewski (2012).
Esta tipología se inclina hacia examinar la experiencia subjetiva del empleo y cómo conecta con los intereses personales. Dado que estas orientaciones hacia el trabajo son formas en las que se percibe el empleo, cualquier trabajo puede convertirse en u llamado, pero implica un esfuerzo de introspección, indagar sobre los aspectos que motivan hacia cierta dirección y/o hacer las adecuaciones del empleo para alinearlas hacia el propio llamado (Wrzesniewski, 2012). Tener un llamado se relaciona con resultados positivos individuales y organizacionales; por ejemplo, mayores niveles de satisfacción en el trabajo, la vida y la salud, motivación intrínseca, pasión y goce, así como identificación e involucramiento hacia el trabajo, menos ausentismo, estrés, depresión y conflictos entre el empleo y otros ámbitos de la vida (Wrzesniewski, 2012). El llamado también conecta con el significado, lo que puede influir en la satisfacción laboral y productividad, entre otras contribuciones hacia el bienestar personal y social.