Las
revoluciones científica, industrial y francesa acontecieron debido a los drásticos, y a la vez,
paulatinos cambios que ocurrieron en las sociedades, impulsados por una fuerte necesidad de
evolucionar.
En la Antigüedad, las ciencias sociales se encontraban bajo la influencia de la tradición y la religión; después, los mencionados sucesos históricos permitieron que los estudios sociales se fundamentaran en reflexiones filosóficas y morales.
En la actualidad, las ciencias sociales se emplean en distintos ámbitos, como en el empresarial, económico, educativo, así como en los medios de comunicación, en el sector salud, en el trabajo e incluso en la religión y en las tradiciones. Todo lo relacionado con la realidad del ser humano y de la vida comunitaria es objeto de estudio para esta disciplina. En esta experiencia educativa, apreciarás los principales acontecimientos históricos que dieron origen a las ciencias sociales.
Acontecimientos históricos: Revolución científica, Revolución industrial y Revolución francesa
Revolución científica
Ocurrió entre los siglos XVII y XVIII. Este periodo abarca desde la publicación de la obra De revolutionibus orbium coelestium (Sobre las revoluciones de los orbes celestes), del astrónomo polaco Nicolás Copérnico, donde afirma que el Sol y no la Tierra era el centro del universo, hasta la publicación de Philosophiae naturalis principia matematica (Principios matemáticos de la filosofía natural), del físico inglés Issac Newton. Durante ese momento, la ciencia mostró grandes avances al transformar el pensamiento de la época y romper con viejos paradigmas; sin embargo, como todo proceso, los investigadores se enfrentaron a múltiples dificultades y persecuciones.
Las primeras diferencias se suscitaron entre la astronomía y la Iglesia, ya que esta institución sostenía el modelo aristotélico-ptolemaico, según el cual la Tierra se localizaba en el centro del universo y todo giraba a su alrededor; por este motivo, Galileo se vio obligado a retractarse de sus ideas revolucionarias, pues había mostrado su apoyo a la formulación de Nicolás Copérnico, es decir, a que el Sol representaba el centro. Esta postura surgió porque los cálculos astronómicos se resolvían mejor si se le concedía movimiento al planeta, en lugar de al astro rey. La formulación de este sistema cósmico, conocido como heliocentrismo, supuso un avance científico sin precedentes, pues no solo descubrió una verdad universal, sino que logró sostenerse y comprobarse como teoría. Durante este tiempo, también progresaron otras disciplinas, como la física, química y biología; además, se desencadenó un movimiento social e intelectual denominado Ilustración (Grudemi, 2020).
La Revolución científica cuestionó la tradición eclesiástica, principal guía sobre la naturaleza y los seres humanos hasta aquel momento, y dio lugar a la comprobación de los hechos por medio de procedimientos científicos. De esta manera, los ámbitos de la religión y la ciencia se diferenciaron por completo.
Revolución industrial
Inició en Europa, específicamente en Inglaterra, a finales del siglo XVIII y se extendió hasta el XIX; este acontecimiento provocó profundas transformaciones económicas, tecnológicas, sociales y culturales. Por primera vez, la economía se consolidó gracias a la producción de bienes en fábricas textiles y en la industria acerera; además, se crearon máquinas de vapor, lo que aumentó la productividad internacional y el remplazo del trabajo manual por uno mecanizado. Durante este periodo, se incrementó la población y, gracias a los inventos y creaciones, hubo un mayor desarrollo agrícola, urbano (con el desarrollo acelerado de las ciudades) y comercial.
Una de las grandes mejoras técnicas del momento fueron el ferrocarril y las máquinas de vapor, ya que permitieron transportar mercancías y aumentaron la capacidad productiva.
Al principio, parecía que los cambios beneficiarían a todos; sin embargo, se carecía de leyes que regularan el trabajo, así que las jornadas laborales eran arduas y extensas, no había medidas de protección, se permitía la explotación infantil, los salarios eran muy bajos y los estratos sociales se distanciaban cada vez más. Esto ocasionó el surgimiento de nuevas clases sociales: por un lado, el proletariado exigía cambios en el orden social; por el otro, la burguesía aspiraba al control total de los recursos. Como puedes apreciar, la Revolución industrial originó el capitalismo y aceleró tanto el desarrollo como la producción, aunque también generó problemas sociales nunca vistos.
La Revolución francesa
Fue impulsada por la burguesía, que estaba en contra de la monarquía absoluta y sus privilegios. Este movimiento se prolongó de 1789 a 1799 y fue provocado por tres razones principales: 1) la monarquía absoluta, donde el rey concentraba todo el poder, así que la nación se regía bajo su voluntad, la cual oprimía a sus súbditos; 2) los campesinos franceses debían pagar impuestos, tributos y diezmo, además de mantenerse a sí mismos, a diferencia de la monarquía, el clero y otros grupos privilegiados que, lejos de hacer lo propio, se favorecían de dichos recursos y causaban una gran desigualdad social; y 3) los intelectuales estaban influidos por la Ilustración y, por tanto, mostraban un gran descontento por la falta de derechos y libertades.
A todo esto, se sumaba la crisis económica y financiera ocasionada por los abusos y la mala administración de la monarquía. En conclusión, la Revolución francesa terminó con varias características del sistema feudal, por ejemplo, el pago de tributos y los privilegios del clero y la nobleza. En este momento, también se publicó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, donde se abole la esclavitud y se plantea la igualdad de todos los individuos ante la ley. De esta manera, la burguesía asciende y se convierte en el grupo social predominante (Grudemi, 2018).
Concepciones ideológicas: Ilustración, racionalismo, empirismo y evolucionismo unilineal
Ilustración
Entre los principales pensadores de la Ilustración, se encuentran Jean Jacques Rousseau, Charles Lois de Secondat (barón de Montesquieu) y Francois-Marie Arouet Voltaire. Este periodo histórico se desarrolló durante el siglo XVIII, en Europa, y también se le conoce como Siglo de las Luces, ya que sus exponentes afirmaban que la razón era la luz que iluminaría el conocimiento y permitiría construir un mundo mejor. La filosofía de la ilustración se difundió rápidamente entre la burguesía, la alta sociedad, filósofos, científicos, artistas, pensadores y todo tipo de lectores. Este movimiento ofrecía una nueva perspectiva, pues afirmaba que el mundo solo podía conocerse a través de la observación, el razonamiento y la experimentación, es decir, debían hacerse a un lado las creencias supersticiosas; además, cuestionó las monarquías absolutas, la noción de que el poder del rey provenía de Dios, así como otras premisas muy arraigadas en la época. De esta manera, rompió los esquemas de pensamiento y originó importantes cambios culturales y políticos (Grudemi, 2019).
Racionalismo
Se trató de una corriente filosófica surgida en el siglo XVII, cuyo principal representante fue el erudito francés René Descartes. Este pensador defiende la idea de que la razón debe ser la principal herramienta para llegar al conocimiento, es decir, propone basarse en saberes formales, como los proporcionados por la lógica y las matemáticas. Con su frase “Pienso, luego existo”, Descartes afirmó que se necesita dudar de todo, ya que los sentidos pueden resultar engañosos.
Empirismo
La corriente empirista surge como escuela filosófica entre los siglos XVI y XVIII, con el pensador inglés Francis Bacon, quien afirmaba que los únicos métodos de comprobación son la observación y la experiencia. Después, su compatriota John Locke, asegurará que todas las ideas proceden de la experiencia, ya que a partir de ella se estructura el conocimiento. Por ejemplo, si escuchas aullar a una manada de lobos cerca de donde te encuentras, percibes el peligro y su fuerza, pero a la vez sientes miedo y asombro; por este motivo, Locke planteó que lo interno y lo externo son dos ámbitos de la experiencia. El empirismo llega a su culminación con el filósofo, historiador y escritor escocés David Hume, quién realizó profundas aportaciones a este movimiento.
Evolucionismo unilineal
Conocido también como evolución social clásica, su principal impulsor fue Lewis H. Morgan, en cuya obra La sociedad primitiva, afirma que la humanidad supone una unidad, es decir, se conforma por una sola especie; asimismo, defendió que el hombre creó las primeras instituciones en un estado de salvajismo, así que se desarrollaron en la barbarie para, luego, madurar en una etapa más civilizada. Según esta postura, existe un camino lineal que lleva al progreso. Ahora bien, su antecesor Herbert Spencer, ya había planteado que las tribus primitivas solo se preocupan por satisfacer sus necesidades, a diferencia de lo que ocurre con sociedades más avanzadas; por tanto, mientras más se aleje una comunidad del primer estadio, su progreso será mayor. Desde esta perspectiva, el proceso histórico se concibe a partir de nociones evolutivas, las cuales son resultado de las revoluciones industrial y francesa (Farías, s.f.).
Según Morgan, las etapas del evolucionismo lineal son las siguientes:
Tabla 1. Etapas del evolucionismo.
Como habrás observado, las revoluciones científica, industrial y francesa se originaron por la búsqueda de progreso y crecimiento humanos, los cuales se incrementaron a partir de ellas. Los cambios tecnológicos, industriales y de conocimiento permitieron al ser humano llegar a la luna y hacer descubrimientos inesperados; sin embargo, la humanidad aún requiere evolucionar interiormente, aprender del pasado, buscar un equilibrio para una mejor calidad de vida y luchar porque las condiciones sociales sean más justas y equitativas. Esto es lo que sociólogos, filósofos y otros pensadores han perseguido desde siempre.
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