A través del tiempo, el ser humano se ha cuestionado de dónde viene y cuál es el sentido de su vida. Tales incógnitas han sido motivo de estudio y de múltiples debates religiosos y filosóficos; por ejemplo, diversos hallazgos arqueológicos han demostrado que, desde antaño, el ser humano entierra a sus muertos y, con ellos, sus pertenencias. Estos descubrimientos apuntan a que las personas siempre se han cuestionado sobre su ser: ¿quiénes son?, ¿a dónde van?, ¿de dónde vienen?, ¿por qué nacieron en determinada familia y lugar? Dichas interrogantes se formulan para obtener respuestas que hagan más llevadera la existencia. En esta experiencia educativa, conocerás algunos conceptos sobre el ser individual y social, así como sobre aquello que motiva sus acciones.
Definición y características del ser social, ser individual, acción social y acción individual
Aristóteles afirmó que el hombre es “un animal político”, ya que en su tiempo el término “política” se asociaba con lo social. En la actualidad, el ser humano se define como “un ser social por naturaleza”, pues desde que nace depende de sus padres para subsistir; a su vez, sus padres se apoyan entre sí para formar una familia y así sucesivamente. Esto demuestra que el hombre vive en sociedad.
Entre algunas de las definiciones de “ser”, hay dos que destacan sobre las otras: ser es todo aquel que posee un “alma”, o bien, un individuo, criatura o entidad (Silvia, 2020). Todo ser humano es único e irrepetible, ya que no hay dos idénticos; cada uno goza de la libertad de pensar y tomar sus propias decisiones, así que también se le ha considerado un ente dotado de existencia, con atributos únicos y singulares. Las definiciones más recientes lo describen como un ser biopsicosocial: biológico, porque es un ser con necesidades fisiológicas, para vivir requiere comer, tomar agua, hacer ejercicio y sentirse amado; psicológico, porque tiene un temperamento, personalidad, emociones, valores, inteligencia; y social, porque vive en sociedad y requiere de ese apoyo para subsistir.
Los rasgos sociales se adquieren y tienen una gran influencia en la identidad de cada sujeto, aunque estos también dependen de la personalidad, vivencias, necesidades y experiencias; dichos aspectos se desarrollan durante toda la vida, es decir, son acumulables. Por su parte, se llama sociedad a la suma de individuos; este conjunto está regulado por un orden y una estructura que permite vivir en armonía y de forma adecuada. De esta manera, la unión de cada individuo, como ser único, forma una sociedad, mientras que esta última existe fuera de cada ser individual, pues los engloba.
Para Max Weber, no existe una estructura fuera de los individuos, ya que la sociedad se construye a partir de las acciones e intenciones de las personas. En este sentido, Weber ejemplifica que las acciones individuales son aquellas que se realizan para obtener un beneficio propio; por ejemplo, abrigarse durante una tempestad, refugiarse del peligro, etc. La acción social, mientras tanto, involucra a los otros.
Tipos de acciones sociales: con arreglo a fines y arreglo a valores
Max weber afirma que la acción social se entiende como una conducta humana con intención, siempre y cuando el sujeto o los sujetos que la llevan a cabo se enlacen con ella en un sentido subjetivo; en otras palabras, la acción social es lo que hace un individuo al estar condicionado por otros, es decir, sucede cuando el sujeto actúa como los demás esperan que lo haga. Por tanto, para entender a la sociedad, hay que explicar cuáles son sus motivaciones y valores.
En esta experiencia educativa, reflexionaste acerca de tu origen como ser humano, pues valoraste tu individualidad y, a la vez, te percataste de tu rol como ser social, es decir, como miembro de una estructura colectiva llamada sociedad. Desde el momento en que naces, perteneces a una familia y, después, te integras a otras instituciones, como la escuela, colonia, grupos religiosos, entre otros; sin embargo, todos ellos se rigen por ciertos valores y normas, encargados de regular el comportamiento de los individuos. Estas reglas se asimilan poco a poco y van construyendo la personalidad, de acuerdo con la forma de ser de cada uno; así, la individualidad se manifiesta con acciones sociales, así como al hacer consciencia del propio desarrollo y aprendizaje.
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