Conocer las diferentes habilidades sociales que existen y el papel que juegan para la construcción de una sana convivencia.
Este tema está enfocado a dimensionar lo que significa ser humano como ser social, así como presentar el amplio crisol de las habilidades sociales que existen para aprender a convivir, potenciando el autoconocimiento y las actitudes prosociales de quien diseña experiencias de aprendizaje y de quien las recibe.
Los siguientes enlaces son externos a la Universidad Tecmilenio, al acceder a ellos considera que debes apegarte a sus términos y condiciones.
Para conocer más sobre Habilidades sociales para convivir consulta el siguiente video:
Atrévete a saber (2013, 23 de junio). Redes 159: Dar para ser felices-psicología [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=DX1aNhKV6Vk
Identificar cuáles son las habilidades sociales que están más desarrolladas y aquellas que requieren aprender de forma sistemática.
A menudo solemos etiquetarnos, adjudicando adjetivos que parecieran inamovibles como: “soy tímido” soy antisocial” soy cero empático” “soy malísimo hablando con los demás” “no se me da escuchar a las personas”, etc.
Sin embargo, detrás de cada una de esas afirmaciones hay un punto ciego, todos podemos aprender a desarrollar nuestras habilidades sociales, sin importar la edad que tengamos. A través de este ejercicio queremos invitarte a dos cosas:
Para realizar el ejercicio, ten a la mano el listado de habilidades sociales complejas.
Comparte con una persona o un grupo de personas estrategias, consejos o herramientas que te fueron útiles para desarrollar las actividades que dominas. Hazlo a través de un texto, un video, una conversación, con lo que te sientas más cómodo comunicando.
Un ejemplo de texto podría ser el siguiente:
La benevolencia es una habilidad social vinculada a generar el deseo de contribuir al bienestar de los demás. Algo que me ha ayudado a ponerla en práctica constantemente es identificar pequeñas acciones que impacten positivamente en los otros: saludar con una sonrisa, expresar un cumplido, compartir un agradecimiento, desear un buen día, hacer una llamada a un adulto mayor, escuchar con atención a los niños con los que me vinculo o proponer actividades divertidas para llevar a cabo con mi familia. Estas pequeñas acciones cotidianas me permiten poner en práctica la benevolencia.
Una vez que realices esta reflexión, recuerda compartir con los demás.
Recomendación: practica la atención plena para que puedas darte cuenta de cómo vas en el avance del desarrollo de habilidades sociales. ¡Continúa aprendiendo!
Asegúrate de: