La responsabilidad es la capacidad de responder ante los eventos que se nos van presentando en la vida y es un valor que acompaña a la persona a ser consciente de sus acciones y de esta manera tener un modo positivo de afrontar las situaciones y también las consecuencias, positivas y negativas, de las acciones vividas.

Como seres humanos, existen diversas áreas en las que nos movemos:

Lo primero es preguntarte ¿quién quiero ser? Es importante que te des cuenta quién eres en este momento de tu vida, ¿qué ves en ti?, ¿cuáles son tus necesidades personales, familiares y sociales?, ¿cuál es la motivación principal con que cuentas para ser la persona que deseas ser? Establece una meta a lograr, para ello pregúntate ¿qué es lo que quiero lograr? Busca el objetivo principal de tu vida, lo que te mueve a convertirte en esa persona que deseas ser. Establece una guía, busca una persona a quien admires, investiga el camino que recorrió e integra a tu vida las partes que consideres que te pueden ayudar. Por ejemplo: alguien que se proponga como objetivo ayudar a las demás personas y que admire a la Madre Teresa de Calcuta, entonces, lo ideal es que busque dentro de la historia de ella, la motivación que tuvo para hacerlo y a partir de ahí iniciar el recorrido de tu propio camino, integrando la motivación de la Madre Teresa, a tu trabajo diario.

La constancia y la práctica es una forma de ir recorriendo el camino para formar el futuro que deseas, el ir diariamente recordando lo que deseas, tus objetivos y metas, así como crear un ambiente propicio para lograr buenos resultados.

Fomentar la autoestima es también un área de oportunidad, ya que las personas que se valoran a sí mismas son responsables de las acciones de su propia vida y son agentes activos y participativos de la misma; de manera contraria, las personas que no asumen responsabilidad esperan que alguien les resuelva la vida.

Es necesario asumir la responsabilidad de las acciones y al hacerlo, se favorecerán muchos aspectos como la autoestima, la formación de nuevos hábitos, entre otros.

Podemos cometer errores, pero lo importante es que busquemos aprender de ellos y seguir avanzando; al final del camino podrás encontrar la felicidad plena y sobre todo, encontrarás a la persona que deseas ser.

Tú mismo eres el indicado para convertirte en tu mejor ejemplo de éxito; tú puedes guiarte por el camino, no te detengas ante cualquier error, al contrario, busca aprender y levantarte. Cuando tratamos de borrar los errores llevamos el riesgo de desaparecer también el aprendizaje; sólo hay que asumir las consecuencias y seguir adelante.

En este subtema conociste qué es la responsabilidad y cómo se relaciona con los diferentes aspectos de tu persona. En el siguiente, identificarás las herramientas que tienes a tu disposición para fortalecer y desarrollar la responsabilidad.

Todos tenemos herramientas que desde pequeños adquirimos y vamos formando con el paso del tiempo, éstas nos sirven para sobrevivir en el medio que nos rodea. Algunas de estas herramientas las tenemos al alcance de la mano, entre ellas las habilidades, los valores y los principios que nos forman. Las habilidades, valores y principios forman y ayudan a controlar la forma en que nos desarrollamos en la vida; es decir, una persona que tenga en su escala de valores la honestidad como prioridad, en el momento que se dé cuenta que alguien miente, va a usar como una herramienta de ayuda el valor de la honestidad para resolver el conflicto que se haya suscitado. Para conocer las habilidades que tenemos y que fortalecen la responsabilidad  es conveniente aplicar un cuestionario que corresponde a la psicología positiva: el VIA (Inventory of Strengt), traducido al castellano como Cuestionario VIA de Fortalezas personales. Se trata de un cuestionario de 240 ítems en escala de Likert con 5 posibles respuestas cada uno, que miden el grado en que un individuo posee cada una de las 24 fortalezas y virtudes que han sido desarrolladas por el Values in Action Institute (VIA) bajo la dirección de Martin Seligman y Christopher Peterson.

Las 24 fortalezas personales que mide el VIA se agrupan en 6 categorías de virtudes, que están representadas en el gráfico y que explicaremos a continuación:

1. Creatividad (originalidad, ingenio): pensar en nuevos y productivos caminos y formas de hacer las cosas. Incluye la creación artística pero no se limita exclusivamente a ella.
2. Curiosidad (interés, amante de la novedad, abierto a nuevas experiencias): significa tener interés por lo que sucede en el mundo, encontrar temas fascinantes, explorar y descubrir nuevas cosas.
3. Apertura de mente (juicio, pensamiento crítico): pensar sobre las cosas y examinar todos sus significados y matices. No sacar conclusiones al azar sino hacerlo tras evaluar cada posibilidad. Estar dispuesto a cambiar las propias ideas con base en la evidencia.
4. Deseo de aprender (amor por el conocimiento): llegar a dominar nuevas materias y conocimientos, tendencia continua a adquirir nuevos aprendizajes.
5. Perspectiva (sabiduría): ser capaz de dar consejos sabios y adecuados a los demás, encontrando caminos no sólo para comprender el mundo sino para ayudar a comprenderlo a los demás.

6.  Valentía (valor): no dejarse intimidar ante la amenaza, el cambio, la dificultad o el dolor. Ser capaz de defender la postura que uno cree correcta aunque exista una fuerte oposición por parte de los demás; actuar según las propias convicciones aunque eso suponga ser criticado. Incluye la fuerza física pero no se limita a eso.
7. Persistencia (perseverancia, laboriosidad): terminar lo que uno empieza. Persistir en una actividad aunque existan obstáculos. Obtener satisfacción por las tareas emprendidas y que consiguen finalizarse con éxito.
8. Integridad (autenticidad, honestidad): ir siempre con la verdad por delante, no ser pretencioso y asumir la responsabilidad de los propios sentimientos y acciones emprendidas.
9. Vitalidad (pasión, entusiasmo, vigor, energía): afrontar la vida con entusiasmo y energía. Hacer las cosas con convicción y dando todo de uno mismo. Vivir la vida como una apasionante aventura, sintiéndose vivo y activo.

10. Amor (capacidad de amar y ser amado): tener importantes y valiosas relaciones con otras personas, en particular con quienes el afecto y el cuidado son mutuos. Sentirse cercano y apegado a otras personas.
11. Amabilidad (generosidad, apoyo, cuidado, compasión, amor altruista, bondad): hacer favores y buenas acciones para los demás, ayudar y cuidar a otras personas.
12. Inteligencia social (inteligencia emocional, inteligencia personal): ser consciente de las emociones y sentimientos tanto de uno mismo como de los demás, saber cómo comportarse en las diferentes situaciones sociales, saber qué cosas son importantes para otras personas, tener empatía.

13. Ciudadanía (responsabilidad social, lealtad, trabajo en equipo): trabajar bien dentro de un equipo o grupo de personas; ser fiel al grupo y sentirse parte de él.
14. Justicia (equidad): tratar a todas las personas como iguales en consonancia con las nociones de equidad y justicia. No dejar que los sentimientos personales influyan en decisiones sobre los otros, dando a todo el mundo las mismas oportunidades.
15. Liderazgo: animar al grupo del que uno es miembro para hacer actividades así como reforzar las relaciones entre las personas de dicho grupo. Organizar actividades grupales y llevarlas a buen término.

16. Perdón y compasión (capacidad de perdonar, misericordia): capacidad de perdonar a aquellas personas que han actuado mal, dándoles una segunda oportunidad sin ser vengativo ni rencoroso.
17. Humildad/modestia: dejar que sean los demás los que hablen de uno mismo, no buscar ser el centro de atención y no creerse más especial que los demás.
18. Prudencia (discreción, cautela): ser cauteloso a la hora de tomar decisiones, no asumir riesgos innecesarios ni diciendo o haciendo nada de lo que después uno se puede arrepentir.
19. Autorregulación (autocontrol): tener capacidad para regular los propios sentimientos y acciones. Tener disciplina y control sobre los impulsos y emociones.

20. Aprecio de la belleza y la excelencia (asombro, admiración, fascinación): saber apreciar la belleza de las cosas, del día a día o interesarse por aspectos de la vida como la naturaleza, el arte y la ciencia, entre otros.
21. Gratitud: ser consciente y agradecer las cosas buenas que a uno le suceden. Saber dar las gracias.
22. Esperanza (optimismo, visión de futuro, orientación al futuro): esperar lo mejor para el futuro y trabajar para conseguirlo. Creer que un buen futuro es algo que está en nuestras manos conseguir.
23. Sentido del humor (diversión): gusto por la risa y las bromas, hacer sonreír a otras personas, ver el lado positivo de la vida.
24. Espiritualidad (religiosidad, fe, propósito): pensar que existe un propósito o un significado universal en las cosas que ocurren en el mundo y en la propia existencia. Creer que existe algo superior que da forma determina a nuestra conducta y nos protege.

Los principios son la forma en que nos manejamos ante las personas y son la voz de la conciencia que nos dice si estamos haciendo algo bien o no.

Por ejemplo: una persona a quien se le presenta la ocasión de consumir drogas pero tiene principios arraigados en su familia en la cual no se consumen sustancias ilegales e incluso no se bebe alcohol en grandes cantidades, muy probablemente va a optar por apegarse a esos principios y rechazar la invitación a consumir.

En la vida se corren riesgos y se asumen de manera diaria, hay elecciones de vida que requieren que se presente un pensamiento crítico; es decir, analizar cada una de las posibilidades que tenemos y las consecuencias de asumir una u otra conducta.

En este subtema hiciste consciente las herramientas con las que cuentas y que te ayudan en tu vida diaria, también conociste qué son las habilidades, los valores y los principios que rigen tu conducta; en el próximo subtema podrás identificar los factores emocionales, que también influyen en la conducta y la forma positiva de manejarlos.

Cuando somos niños, las emociones explotan; es decir, no hay una regulación pero con el tiempo se va aceptando el hecho de que hay que modular las emociones, controlando la respuesta emocional por necesidad biológica y empatarla con la necesidad de respetar las normas externas de convivencia.

De acuerdo con Gardner (1998) existen 8 tipos de inteligencias:

Inteligencia lingüística Implica el uso del lenguaje en el que se generan procesos mentales como la utilización de ambos hemisferios del cerebro. Inteligencia musical Implica lo conocido como “buen oído”, es el talento que tienen los grandes músicos, cantantes y bailarines. Capacidades implicadas: para escuchar, cantar, tocar instrumentos. Habilidades relacionadas: crear y analizar música. Inteligencia lógica matemática Implica la predominancia del hemisferio izquierdo del cerebro en el que el análisis es muy importante, característico en las personas que utilizan las ciencias exactas. Capacidades implicadas: para identificar modelos; calcular; formular y verificar hipótesis; utilizar el método científico y los razonamientos inductivo y deductivo. Habilidades relacionadas: capacidad para crear modelos en tercera dimensión, ubicar espacio tiempo.

4. Inteligencia espacial
   Propia de las personas que pueden hacer un modelo mental en tres dimensiones del mundo o en su defecto extraer un fragmento de él. Presente en las profesiones tan diversas como la ingeniería, la cirugía, la escultura, la marina, la arquitectura, el diseño y la decoración.
   • Capacidades implicadas: para presentar ideas visualmente, crear imágenes mentales, percibir detalles visuales, dibujar y confeccionar bocetos.
   • Habilidades relacionadas: realizar creaciones visuales y visualizar con precisión.
   • Perfiles profesionales: artistas, fotógrafos, arquitectos, diseñadores, publicistas, etc.

5. Inteligencia corporal – kinestésica
   Implica  la capacidad de utilizar el cuerpo para resolver problemas o realizar actividades.
   • Capacidades implicadas: para realizar actividades que requieren fuerza, rapidez, flexibilidad, coordinación óculo-manual y equilibrio.
   • Habilidades relacionadas: utilizar las manos para crear o hacer reparaciones, expresarse a través del cuerpo.

6. Inteligencia intrapersonal
   Implica formar una imagen precisa de nosotros mismos; nos permite poder entender nuestras necesidades y características así como nuestras cualidades y defectos.
   • Capacidades implicadas: para plantearse metas, evaluar habilidades y desventajas personales, controlar el pensamiento propio, entre otras.
   • Habilidades relacionadas: meditar, exhibir disciplina personal, conservar la compostura y dar lo mejor de sí mismo.

7. Inteligencia interpersonal
   Implica entender a los demás. Está basada en la capacidad de manejar las relaciones humanas, la empatía con las personas y el reconocimiento de sus motivaciones, razones y emociones que los mueven.
   • Capacidades implicadas: trabajar con gente, ayudar a las personas a identificar y superar problemas.
   • Habilidades relacionadas: capacidad para reconocer y responder a los sentimientos y personalidades de los otros.

8. Inteligencia naturalista
   Implica observar y estudiar la naturaleza.

Todos estos tipos de inteligencia contienen emociones que nos permiten fluir, en mayor o menor medida, en cada área y parte de la inteligencia emocional es aceptar que todo es un aprendizaje.

Por ejemplo: estar enojado en la situación correcta, también es una fortuna, ya que el aprendizaje es que también de alguna manera es sano responder enérgicamente a las situaciones, sólo hay que modular las palabras y la forma en que nos enojamos. La tristeza también tiene como función positiva poder expresar una emoción, cuando es en el contexto correcto, por lo general es ante una pérdida.

Goleman (2010), teórico de la inteligencia emocional, afirmó que cuando hablamos de autocontrol emocional no estamos defendiendo la negación o represión de nuestros verdaderos sentimientos, sino al contrario, se trata de modular los propios pensamientos y sentimientos para hacerlos asertivos.

Según Goleman (2010), la inteligencia emocional puede dividirse en dos áreas:

La inteligencia emocional nos permite:

• Tomar conciencia de nuestras emociones.
• Comprender los sentimientos de los demás.
• Tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo.
• Acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo.
• Adoptar una actitud empática y social que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.
• Participar, deliberar y convivir con todos desde un ambiente armónico.

En este subtema estableciste una relación entre tu conducta y las emociones que vives en tu vida diaria, integrando también las diferentes inteligencias que Goleman propone para clasificar las formas de desempeñarte. Además, identificaste los conceptos de responsabilidad, habilidades y manejo emocional, que te serán de utilidad para aplicarlos en las diferentes áreas de tu vida; te recuerdo que no solamente es importante conocer la teoría, te invito a integrar los temas a tu vida, realizando los ejercicios que se te proponen a lo largo del tema.