Algunos especialistas en terapia de pareja como Ritvo (2003), comentan que las parejas tienden a formarse juicios injustificados e imágenes distorsionadas del otro. Ante esto lo recomendable es hablar y razonar con la pareja para evitar malos entendidos que generen conflictos.

Analicemos la situación de Karina y Fernando que los llevaron a la autocomprensión; de acuerdo con T. Beck (2014), los principios que influyeron son los siguientes:

• Nunca podemos conocer el estado de ánimo, las actitudes, los pensamientos y sentimientos de los otros.
• Confiamos en señales ambiguas, para que nos informen sobre las actitudes y deseos de los demás.
• Tendemos a utilizar nuestro sistema de códigos que puede ser distorsionado para descifrar dichas señales.
• Al confiar en nuestro estado de ánimo, podemos llegar a mal interpretar la conducta de los demás.
• Nos basamos en nuestras creencias para adivinar los motivos y actitudes de otras personas sin saber si estamos en lo correcto.

Por ejemplo: Erick le platicó a su esposa sobre un proyecto, ella lo escuchó y sonrió de pronto. Ante esto Erick se preguntó: “¿sonreía por lo que le dije o se burla de mí?, ¿está divertida porque piensa que soy ingenuo?” En un momento como éste, no importan las expresiones o el tono de voz, sino lo que está pensando, el estado de su mente. Cuando una persona  interactúa con los demás rara vez analiza los hechos para deducir los pensamientos y los sentimientos de los otros. Por ejemplo: en el caso de Erick, lo recomendable es que le pregunte a su esposa sobre lo que opina al respecto en vez de suponer lo que ella pensaba o de interpretar lo que cree que está pensando. Si la situación no se aclara en el momento, se empiezan a acumular malos entendidos aunados a emociones negativas como coraje, incomprensión, etc., que se van guardando y que tarde o temprano explotarán sin razón aparente ya que, como no se hablaron en el momento adecuado, para quien las guardó han aumentado y para quien no se dio cuenta que su pareja las seguía guardando, probablemente ya no tienen vigencia, pues ya se le había olvidado lo sucedido o no se enteró que su pareja guardó esos sentimientos.

Las interpretaciones son los significados que le damos a las actitudes, los gestos, el tono y la manera de hablar de la pareja. Si se pudieran evaluar los hechos en una situación dada antes de llegar a una conclusión, se tendrían menos errores, pero no se tiene el tiempo necesario para analizar.

Como vimos en el subtema anterior existen varios principios sobre los cuales puedes elaborar una conclusión sobre lo que tu pareja piensa o actúa y creer que es válida; sin embargo, si te das la oportunidad de conocer con certeza el estado de ánimo de tu pareja o sus intenciones, puedes darte cuenta que tu conclusión no es correcta y evitar una mala interpretación y por lo tanto un conflicto. En el caso de Karina y Fernando puedes apreciar cómo las acciones que cada uno tomó acerca de la actitud del otro fueron ocasionadas por una mala interpretación del estado de ánimo que cada uno tenía en ese momento.

Es necesario desarrollar un sistema de códigos entre la pareja para comprender los significados de lo que cada uno quiere decirle al otro. Por ejemplo: el tono de voz, los gestos, las expresiones faciales, etc., todo aquello  que brinde información sobre los sentimientos entre ellos, de esta manera, se reducen las malas interpretaciones.

Además hay que dialogar y aclarar lo que cada quien entendió ante un mensaje no entendido. Por ejemplo: suponer que la pareja está enojado cuando lo que tiene es tensión o ansiedad.

En ocasiones, los malos entendidos surgen por una inadecuada comunicación; a veces nuestra pareja puede estar absorta en sus pensamientos y puede suponer que el otro está entendiendo todo cuando no es así.

También se puede enfrentar otro tipo de situaciones como es el hecho de que las palabras emitidas o los actos realizados de uno hieren al otro o llevan un significado diferente. Por ejemplo, la pareja puede sentir que la manera en que el otro le respondió llevaba una carga de amenaza para él o ella. Además es importante comprender que las emociones y los sentimientos, en ocasiones, no llegan a ser claros incluso para la misma persona, así que la pareja puede llegar a entender un mensaje distorsionado. Por ejemplo: al utilizar determinado tono de voz, algún gesto, etc. o ante una situación simple, como el llevarle café y galletas al otro, pasar por alto el detalle y no agradecerlo, esto puede llevar una gran carga de significados para uno de ellos.

Octavio y Hortensia son una pareja que ya llevan algunos meses de noviazgo, han tenido varios malos entendidos y han llegado a tener conflictos debido a que en ocasiones uno de ellos pensaba una cosa y el otro otra diferente y los dos estaban equivocados, así que decidieron poner algunos códigos que ahora les permite ser discretos en las reuniones, por ejemplo, ponerse de acuerdo para saber cuándo alguno de ellos ya se quiere retirar de la reunión; esto les ha dado resultado pero ¿cuál es su código?, usan la palabra color como una clave para expresar que ya es hora de retirarse; es decir, cualquiera de ellos puede hacer una pregunta que incluya la palabra color, por ejemplo: ¿has notado qué bonito color tienen esas flores? Y entonces ya saben que es la hora de retirarse, así que en la primera oportunidad cualquiera de los dos se despide de sus amigos, de esta manera, ambos se han sentido cómodos y han evitado conflictos y malas interpretaciones.

En toda relación es importante saber qué se puede esperar de cada uno pues hay personas que ponen expectativas en sus parejas y cuando no las cumplen, porque no estaban enterados, surge la desilusión y posibles conflictos entre ellos. Para evitar esto veremos qué pasa cuando alguien pone expectativas en su pareja.

Las expectativas son la esperanza de conseguir o de realizar algo o incluso la posibilidad de que algo suceda. Desde este punto de vista y aplicándolo a la relación de pareja, se refiere a lo que cada uno de los miembros desea o espera conseguir respecto al amor, la complicidad, el apoyo mutuo, la sinceridad, el compartir un futuro y toda una serie de aspectos en general. Cuando las expectativas en cuanto a la relación son muy diferentes pueden aparecer serias dificultades y obstaculizar la evolución de la pareja. Por ejemplo: Amalia, una estudiante de licenciatura, estaba muy contenta debido a que su novio ese día no tenía clases y pensó que por tener tiempo disponible iba a pasar por ella cuando terminaran sus clases; sin embargo, su novio decidió que por tener tiempo libre lo que quería era descansar y platicar con sus amigos; esto ocasionó un gran enojo en Amalia y cuando se lo platicó a su amiga Maricela, ella le preguntó: “ ¿y tú le preguntaste si él si podía pasar por ti?, ¿tu novio te dijo qué planes tenía para ese día?” Con esto Amalia se dio cuenta que ella no había expresado sus expectativas a su novio.  Esta situación nos invita a revisar lo que cada persona espera del otro y sobre todo a identificar si se han expresado entre la pareja las expectativas que se tienen entre sí.

Cuando difieren los conceptos que cada uno de los integrantes tiene con respecto a lo que debe ser la relación  de pareja se puede provocar una fractura en el compromiso y en el futuro de la misma. En algunas relaciones pueden existir diferencias en cuanto a las expectativas o pueden, incluso, simplemente desconocer cuáles son esas expectativas de cada uno ya que nunca se ha hablado de ello. Cuando esto llega a suceder es como si la pareja hubiera decidido construir una casa pero no hubieran hablado de cuántas plantas, con qué materiales, cuántas habitaciones tendrá, el resultado será una casa sin una estructura sólida ni firme y carecer de esto provoca que la relación sea poco estable y con poca fuerza para enfrentar los problemas. Todo esto se puede evitar si la pareja expone sus ideas y las fundamenta ya que tal vez el otro no había tomado en cuenta algunos aspectos, recuerda que la comunicación sincera y efectiva te lleva a mejores resultados y a una relación más duradera.

Un problema que tiende a ser frecuente en las relaciones de pareja es cuando se piensa que la otra persona va a cambiar algo de sí mismo; a veces se piensa que la pareja debe cambiar ciertos aspectos sin tener en cuenta si la otra persona quiere o puede hacerlo. Todo esto puede detonar en conductas y actitudes contraproducentes para el futuro de la relación. Tratar de corregir a la pareja y poner falsas esperanzas  de que se parezca a lo que tú quieres por pensar que es lo mejor puede convertirse en una lucha de poder.

Otro aspecto importante que todas las parejas deben cuidar es sobre las expectativas del futuro. Por ejemplo: el querer o no querer hijos, el lugar de residencia o simplemente dialogar sobre hábitos, proyectos, lugares para viajar, etc. Si ambos tienen diferentes expectativas esto generará dificultades y la manera en que se pueden disolver es por medio de la comunicación y llegando a acuerdos para compaginar las metas a seguir.