Los celos son sentimientos de posesividad, de falta de autoestima y de necesidad de control hacia la otra persona; se basan en suposiciones de tener derechos sobre la vida de la otra persona  quien es celoso muestra desconfianza de la pareja, empieza a pensar que tiene otra relación, aunque esta sea real o imaginaria y empieza a sospechar, luego puede llegar a tener pensamientos irreales, idealizar o interpretar situaciones. Las causas más comunes de los celos son la falta de confianza en sí mismo que le generan desconfianza de los sentimientos de la otra persona. Generalmente, este tipo de personas viven con un sentimiento continuo de temor a ser engañados o de que una tercera persona aparezca y sea causante de un abandono por parte de la pareja.

En muchas ocasiones, los celos se generan en otras relaciones donde haya surgido abandono o que hayan ocasionado desconfianza  llevando a las parejas a generalizar con todas sus parejas estos sentimientos. En otras, los celos pueden llegar a producirse por el temor a estar solo y esto puede ocasionar angustia por el miedo a perder a la otra persona; también puede suceder que la persona se dé cuenta de que no es indispensable para su pareja y esto vaya acompañado de un sentimiento de soledad.

La acumulación de sentimientos que lastiman o hieren aumentan la angustia e insatisfacción en las personas,  por lo que se recomienda hablar con la pareja y expresarlos para poder aclarar la situación, ya que de otra manera, se irá guardando una serie de sentimientos que los lesionan y que si no se revisan, se acumulan paulatinamente hasta que cuando ya no se pueda más, exploten conductas ofensivas justificando el coraje por todo lo demás que estuvo  guardado.
Por ejemplo:

• “Mario me hace sentir celos cuando al encontrarse con la vecina se muestra muy amable”.

• “Cuando Jaime no llega a la hora de costumbre me hace pensar que se  ha encontrado con alguien que le gusta más que yo”.

• “Si Federico supiera los celos que me dan cuando alguna compañera de trabajo le llama con cualquier pretexto, comprendería la razón de mi enojo”.

Cuando se modifica la forma de expresar sentimientos negativos, se aconseja que se exagere un poco en “amabilidades” para evitar que el coraje u otros sentimientos negativos se enganchen de las personas y se vuelva un conflicto.

Dentro de las formas asertivas para la comunicación dentro de la pareja, se encuentran las siguientes:

• Dar gratificaciones, por ejemplo expresar: “deja, hoy yo saco la basura”, “¿te preparo algo de beber?”, “llevas un vestido precioso”.
• Agradecer gratificaciones: “agradezco mucho los esfuerzos que realizas para dedicar tiempo a nosotros”, “ la cena del día de hoy te quedó exquisita”.
• Pedir gratificaciones: “Elena, este mes no tendré horas extras, ¿podrías alargar un poco el gasto para seguir guardando la misma cantidad para ahorrar?”
• Expresión directa de sentimientos negativos: “cuando levantas la voz me siento amenazada y ante eso, no puedo hablar, ¿nos podemos tomar diez minutos para calmarnos y luego hablar de esto?”.

John Bowlby, médico psicoanalista, fue el primero en elaborar la Teoría del apego para explicar cómo y por qué las personas se apegan a otros y  cómo la separación les provoca angustia. Para Bowlby (1969), el apego es una conducta instintiva y lo define como un sistema de control que ayuda a adaptar la conducta para llegar a ciertos fines y cubrir las necesidades de ese momento. Por ejemplo: si el niño siente miedo (se siente amenazado), buscará la seguridad que le brinda la cercanía de la persona con quien sienta el apego, si no llegara a tener miedo, se sentirá seguro y podrá explorar su ambiente sin ningún problema. Bowlby (1969) investigó los procesos por medio de los cuales se llevan a cabo los apegos y se rompen los vínculos afectivos. Él inició sus estudios con niños y concluyó que ellos necesitan una relación cercana que los haga sentir protegidos del peligro, por ello se mantienen cerca de su cuidador principal, que puede ser su mamá. La conducta de apego se encuentra organizada por un conjunto de conductas como la sonrisa, el llanto o el seguimiento visual que ayudan a mantener la cercanía de su cuidador.

¿Para qué perdonar?

El perdón te da la oportunidad de ver la falta como un error real, evitando así la carga de dolor emocional que te daña; cuando tú perdonas, estás utilizando tu inteligencia emocional y estás tomando la responsabilidad de tus emociones, tal vez te quieras sentir enojado o elegir cualquier otra emoción; sin embargo, esa es tu decisión.

Generalmente detrás de una acción, se encuentra una historia de vida que trae experiencias y que probablemente, ésta es la manera en la que te enseñaron a buscar amor, ayuda y respeto. Cuando piensas que la persona ha cometido un error, como todos lo podemos cometer, estás tomando en cuenta que está en un proceso de cambio con sus limitaciones, también debes considerar que puede ser tu perspectiva que esté equivocada o que harías las cosas de otra manera; sin embargo, recuerda que las personas aprenden de sus errores y a veces necesitan experimentarlos.

Ante una situación, cuando decides perdonar, es necesario eliminar el coraje, analizar los daños y realizar una reparación. La reparación conlleva un reconocimiento del error y la sensibilidad para aceptar las limitaciones y lo que ellas puedan cambiar. Linn, D. y Fabricant, S. (2003), encontraron que al tener una herida emocional se pasa por cinco etapas de duelo para enfrentar el dolor, estas etapas se viven de la siguiente manera:

1. Negación (no acepto que estoy herido).
2. Ira (es culpa de ellos que esté herido).
3. Regateo (impongo condiciones que deberán de cumplirse antes de que esté listo para perdonar).
4. Depresión (es mi culpa que esté herido).
5. Aceptación (espero crecer a partir de la herida).

A continuación encontrarás una tabla que describe las etapas del dolor, los síntomas que se presentan en cada etapa, los aspectos saludables de encontrarte en ella, los aspectos que afectan tu salud si decides quedarte en esa etapa y qué puedes hacer para salir de esa etapa.

Un ejemplo que te puede ayudar a diferenciar mejor estas etapas es el siguiente: una familia llega a un restaurante donde venden barras de ensaladas, al entrar les cobran el bufet por adelantado; desde ese momento a Raúl, el padre de familia, le molestó la forma en que estaba siendo tratado y se enojó. Cuando él y su familia vieron la barra de ensaladas pensaron que estaba demasiado caro para lo que les daban (negación: ¿esto es todo por lo que estamos pagando?, es mucho dinero por tan poco, además de que cuando su esposa le reclamó al gerente, éste se portó irrespetuoso). Ante esta situación, Raúl se molestó al igual que su esposa (ira: Raúl culpó al gerente por la forma en que trató a su esposa). Al darse cuenta de esto, decidió analizar  sus sentimientos (regateo: pensó que podía perdonar al gerente si trataba bien a su esposa y le devolvía lo que había pagado). Se estaba dando cuenta que debió de revisar antes lo que ofrecía el lugar (depresión: se echó la culpa por no haberse cerciorado de lo que había). Todo este análisis lo llevó a la siguiente etapa (aceptación: aceptó la parte de culpa por permitir ese trato y por no ver antes cómo se encontraba la barra de ensaladas) y una vez que aceptó esta situación, puso manos a la obra de forma creativa: a los clientes que veían que se formaban para pagar su menú les comentaba que la comida estaba descompuesta, que el melón olía mal y estaba pegajoso, el jamón se veía verde y que los alimentos ya se estaban descomponiendo; ante esto el gerente cerró el establecimiento y le devolvió a Raúl lo que había pagado.

El perdón, como ya vimos, te ayuda a liberarte de una carga de emociones negativas y de incomodidad que cuando las dejas o aprendes a manejarlas te permiten caminar más ligero. Es importante que te reconcilies con las personas, con las situaciones y, a veces, hasta con la vida para que todo fluya adecuadamente y con mayor facilidad, pero sobre todo para llevar mejores relaciones interpersonales en los ambientes que te rodean. Perdonar es dejar esas emociones para dar paso a lo positivo, recuerda que podemos enojarnos por algo que sucedió y lo podemos arreglar porque tal vez la otra persona no se percató de que te hirió y sigue muy tranquila, entonces es cuando necesitas voltear a ver qué te hirió y perdonar o tal vez, perdonarte a ti mismo.

Para que puedas comprender y valorar lo que en este momento de tu vida necesitas, el siguiente tema te servirá de guía para analizar algunos factores que durante la vida, son convenientes tomar en cuenta.