Además de hacerla diferente, va marcando sus propias características para enseñárselas a sus hijos. La familia se vuelve un apoyo para que sus integrantes tengan un buen desarrollo psicológico individual, al igual que una buena autoestima y logren interacciones emocionales saludables. Los lazos de la familia se vuelven más intensos cuando intervienen las experiencias, los roles, la interacción social, el apoyo, la satisfacción de las necesidades básicas de cada integrante de la familia y que además, propician aprendizajes entre ellos.

La pareja que está empezando ahora una relación de padres necesita establecer los valores sobre los cuales se va  a regir, así como los planes y la vida que quieren tener. Por ejemplo: el número de hijos, la educación que les quieren dar, decidir si ambos trabajarán o solamente uno de ellos, cuáles serán las actividades que cada uno realizarán dentro de las labores del hogar, etc. Todo esto es de gran importancia para establecer los cimientos sobre los cuales se estructurará la nueva  familia.

A lo largo de la convivencia familiar, se pueden ir presentando situaciones difíciles de enfrentar, ante esto la apertura en la comunicación será de gran ayuda para poder superarlos, así como la retroalimentación que como pareja se brinden con respecto a sus planes, la educación de sus hijos y la manera de satisfacer las necesidades de la familia. Para Ritvo y Glick (2003), hay algunas características que se observan en familias funcionales, entre ellas se encuentran las siguientes:

Características que se observan en familias funcionales. Basado en Ritvo y Glick, (2003).
Elaboración propia.

Puesto que uno de los objetivos de la familia es preparar a los hijos para la vida adulta, ayudarlos a su desarrollo físico, emocional, escolar, etc., este núcleo también tiene que tomar en cuenta el aspecto psicosocial de cada etapa en la que se encuentran los hijos y la pareja. Es importante que los padres negocien con los hijos las obligaciones que vayan adquiriendo con el paso del tiempo y enseñarles a afrontar los desafíos de cada etapa y los que se presenten repentinamente, como por ejemplo, la adquisición de más actividades cuando algún miembro de la familia sufra alguna enfermedad, o si los padres llegaran a requerir ayuda extra de alguno de los integrantes en un momento dado.

Cuando las necesidades interpersonales de cada miembro de la familia se encuentran satisfechas y estables es más fácil que la familia tenga comportamientos estables, evolucione adecuadamente y tome decisiones pertinentes ante problemas graves que lleguen a surgir. Cada etapa de vida va teniendo ciertas características que se esperan que los hijos lleven a cabo por ejemplo:

Analicemos este caso: Carlos y Cristina discutían cada fin de semana debido a que ninguno de los dos quería ir a casa de los padres del otro, ambos pensaban que a su pareja no le gustaba que estuvieran a solas. Comentaban que de vez en cuando les gustaría descansar; sin embargo, ninguno de los dos cedía en dejar de ver a su familia hasta que ambos hablaron sobre la situación que vivían y lo que cada uno sentía.

Por medio de este ejercicio ambos se pudieron dar cuenta que no es que no se quisieran, ni que no quisieran estar con sus familias, sino que necesitaban construir su propio espacio y aprender a poner límites en relación con sus respectivas familias. Con todo lo anterior pudieron observar nuevas opciones para manejar las reglas en su relación y con sus familias, además de llegar a acuerdos en relación con los amigos de ambos.

1. Solucionar el conflicto: cuando ambos se dan cuenta que algo está sucediendo es más fácil enfrentar entre ambos la situación para evitar reproches más adelante, por ejemplo, la llegada imprevista de amigos, el pago de algún servicio, la llegada a dormir de algún familiar, los permisos a los hijos, las normas de respeto, etc. Para ello es necesario revisar los siguientes pasos:

Pasos para solucionar el conflicto

Algo importante es tomar en cuenta que se están enfocando en el conflicto, no en la persona, así es que hay que buscar lo mejor para ambos y para la familia pues los hijos además de que aprenden de estas conductas, también sienten la situación y  la inseguridad del ambiente por lo que algunas recomendaciones son analizar:

2. Negociar: se da cuando cada integrante de la pareja necesita algo diferente y van desde las cosas más comunes y cotidianas hasta lo más complejo.
Para que esta técnica funcione es necesario que ambos empiecen de posturas similares, que ambos tengan poder de persuasión, que en ambos exista el poder de ceder, tener en cuenta ante todo el acuerdo antes que una ruptura de la relación.

3. Reestructurar la relación: esto se logra por medio de un diálogo interpersonal, en donde es necesario que  predomine el respeto, la confianza, la motivación, la disposición a aceptar, la tolerancia y la aceptación de los diferentes puntos de vista.

Algunas sugerencias para ayudar a la negociación en este punto son: buscar un espacio adecuado para dialogar, sentarse frente a frente y de preferencia tomándose de las manos, describir las cosas en primera persona para entender lo que cada uno siente, proponer soluciones, escuchar con empatía y cariño, pedir perdón cuando se requiera, expresar compromiso, llevar a cabo lo acordado para seguir manteniendo la credibilidad, etc.

Muchas personas piensan que es difícil poner límites, sin embargo, el no hacerlo puede ocasionar perder el control de tu vida, por lo que la pareja de común acuerdo debe establecer los límites dentro de su relación para evitar ofenderse o faltarse al respeto. Nadie está exento de tener conflictos con otras personas, sin embargo, mucho depende de la manera en la que cada quien lo solucione. Desde pequeño tus padres te enseñaron lo que ellos sabían y a lo largo de tu crecimiento has ido aprendiendo otras estrategias de solución diferentes a las que ya conocías. Es necesario contar con  una metodología para resolver el conflicto y de la manera más saludable para ambas partes procurando que los implicados en el conflicto lleguen a acuerdos que los beneficien lo más posible. Recuerda que en tus manos está el hacer el conflicto más grande y llevarlo a consecuencias que no se puedan controlar o seguir los pasos antes mencionados y de manera saludable solucionarlo.

Para comprender mejor lo anterior analiza estos casos:

En una reunión una persona escuchó que una amiga suya comentó: “cambiar tu actitud toma un segundo, todo es cuestión de que quieras hacerlo” y entonces comprendió lo que había sucedido en su familia hace unos días: Alejandro había llegado cansado y enojado por los problemas del trabajo y había olvidado que ambos acordaron, dos semanas atrás, que irían ese día a festejar la firma del contrato de su nuevo departamento; como llegó muy tarde encontró a sus hijos dormidos y a Elizabeth esperándolo para salir. Cuando Alejandro le platicó a Elizabeth sobre lo sucedido, ella comprendió cómo se sentía Alejandro y le propuso que para dejar que sus hijos descansaran, mejor lo festejaran en su casa y que podían posponer la salida para otro día, actitud que Alejandro agradeció y se mostró colaborador para preparar una velada placentera para ambos. Manuel y Virginia estuvieron muy preocupados por uno de sus hijos pues no se podían comunicar con él; cuando su hijo llegó a su casa lo reprendieron y más tarde se sintieron mal por la manera en que lo hicieron, así que ya más tranquilos platicando entre ellos, los dos tuvieron la misma percepción de lo que había ocurrido, por lo que optaron hablar con su hijo y hacerle ver que estaban preocupados debido a que no sabían nada de él y que ese había sido el motivo de su desesperación por encontrarlo. Entonces comprendieron que lo que sucede dentro de su ambiente familiar, también repercutirá en ellos mismos. El haber tenido la humildad de aceptar sus errores y aclarar la situación les permitió a ellos y a su hijo tener apertura para aceptar las consecuencias de sus actos y remediar la situación. Haber hablado con su hijo no les quitó autoridad, simplemente aumentó la comunicación con su hijo y la empatía entre ellos, evitando que la situación se repitiera más adelante, además, el hijo les pidió perdón por los momentos de preocupación que los hizo vivir y así prevaleció la humildad  y el perdón entre ellos. Cierto día, Rubén se había quedado a cuidar a su hija Melisa de seis meses de edad y había recordado que al leer un libro, recomendaban hablar con los hijos sobre las conductas que no eran deseables, así que al darle las espinacas ella las escupió y él, recordando las recomendaciones, empezó a hablar con ella sobre los beneficios de comerlas y lo ricas que eran. Volvió a darle otra cucharada de espinacas, cosa que hizo que su hija empezara a llorar y a gritar hasta que casi pierde el sentido, Rubén le salpicó unas gotas de agua fría para que reaccionara. Su hija reaccionó pero la actitud de su hija lo lastimaba por lo que decidió hacerle caso a su intuición y darle en ese momento otro alimento y regresar a los momentos agradables de juego que tenían antes. Rubén se dio cuenta que era capaz de buscar alternativas para que él y su hija estuvieran bien y lo mismo sucede con su  esposa, recapacitar y confiar en tu intuición son necesarios dentro de una familia.