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Subtema 1. ¿Cuáles son los privilegios de los que gozo?

Rara vez nos detenemos a pensar y a valorar todo lo mucho que se nos ha dado: la vida y la salud, los sentidos por los que percibimos los estímulos del mundo, nuestra capacidad mental y de disfrute, la casa donde hemos nacido, los padres que nos han cuidado, los lugares que hemos conocido, las personas con las que hemos tratado y que nos han querido y recordado.

Dediquemos un tiempo de nuestro día y detengámonos a pensar en esto: ¿qué tengo hoy, en este momento, que quiero agradecer? El sólo hecho de pensar en todo lo que sí tenemos y pensar menos en lo que no tenemos o lo que nos falta, nos pone en una disposición completa hacia la alegría, la salud, la vida, la dicha, y nos facilita a que demos lo mejor de nosotros mismos, para así prepararnos en la construcción de un plan de vida.

Afortunadamente, al construir un plan de vida, las decisiones que tomes, estarán basadas en opciones para llegar a tus metas con todos los recursos con los que cuentas, tanto físicos, como emocionales, como materiales, etc. y esto te permitirá avanzar con mayor seguridad y con una visión más certera de que lo lograrás.

 

Se trata no sólo de respirar y satisfacer las necesidades vitales como comer y dormir, sino que va más allá de eso: ser “vitales” implica mantenerse en constante crecimiento y realización personal en todas las áreas que nos conforman:

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¿Habrá quien no sólo está vivo porque no está muerto? Por estar vivo se entiende que es vital, aprende, madura, crece, se desarrolla y lo hace con disfrute y consciencia de su vida y su crecimiento. Tal vez eso sea el aspecto más importante que separa al ser humano del resto del reino animal: es la capacidad de ser conscientes de la propia existencia, de la vida y del impacto que tenemos con sus acciones sobre los demás y sobre el entorno.

Según la pirámide de Necesidades de Maslow, una persona autorrealizada funciona con vitalidad y a plenitud, y se caracteriza por tener una actitud de asombro ante los hechos simples de la vida, contemplando los fenómenos de la naturaleza o cotidianos con frescura y un gozo renovado cada día. Se recrea con todo lo que pasa y aprende de cualquier experiencia, manteniendo una perspectiva de vida y una actitud reflexiva en todo momento; evitando a toda costa caer en la rutina o en la automatización de sus actos.

Mora (1995), afirma que el mundo y la vida ofrecen al hombre muchos motivos de goce y felicidad.  Las flores, las frutas, el mar, el sol, el aire, las aves, son para quedar extasiado; la perfección del organismo humano es para quedar estupefacto. La danza, la comida, la música, el deporte, el descanso, el sueño, son causas de goce (…).

 

Como verás, los motivos para la felicidad no se encuentran lejos de cada persona, sino al alcance de sus manos: sólo hay que tener la suficiente sensibilidad y conciencia en el “aquí y el ahora” para disfrutarlos.

 

Te invito a reflexionar sobre estas áreas que te conforman y a que realices una lista de las cosas que deseas mejorar y aquellas por la cuales te puedas sentir agradecido o vivo, recuerda, cuentas con recursos que has ido adquiriendo desde que naciste más los que has estado aprendiendo, así que hay que desempolvarlos para actualizarlos y ocuparlos en el logro de tus metas.

En el siguiente apartado se explicarán los elementos que son parte tuya y que tal vez has dejado de lado por olvidarlos un poco, sin embargo, este es el momento para retomarlos y ver qué le falta a cada uno de ellos para caminar de la mano y que nos ayuden en el mejoramiento de la convivencia del día a día contigo mismo y con los demás, reconociendo cómo las experiencias te han brindado aprendizajes que quedaron guardados y que ahora es tiempo de utilizarlos.

Subtema 2. Todo aquello por lo que debo agradecer

Como has podido darte cuenta, son muchas las cosas que has tenido, que tienes y que has ido acumulado en ti como las experiencias del día a día, y ellas son importantes porque se convierten en herramientas para utilizarse constantemente.

A veces, en el día a día falta tiempo para analizarlas, sin embargo, este es un buen momento para hacerlo, así que te invito a reconocer lo positivo que te sucede a través de este ejercicio:

Te reto a hacer este ejercicio y a reconocer lo positivo que te sucede:

  1. Redacta una especie de inventario, que incluya:
    1. Las cosas buenas que te ha tocado vivir, empieza de cero. Desde el hecho de que vives y estás sano, la oportunidad de estudiar, el apoyo de tus padres, tus objetos personales, tus amigos, etc.
  2. A partir del análisis FODA en la sección de oportunidades que realizaste:
    1. Retoma todo lo que encontraste y agrádeselo.
    2. Asume y externa a los demás lo afortunado(a) que eres y lo feliz que te sientes.

Una forma de demostrar agradecimiento es siendo entusiasta.

Según Mora (1995), es entusiasta aquel que demuestra muchas ganas de amar, muchas ganas de servir, muchas ganas de aprender, muchas ganas de progresar, muchas ganas de ser, hacer y dar; en fin muchas ganas de vivir.

 

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Entonces, ¿quién no quiere estar agradecido? Eso conduce a entusiasmarse con la vida y se vean las cosas de modo optimista; al final te traerá paz interior, salud física y mental, y la fuerza para reír, y dejar de llorar, cuando te nazca hacerlo.

Recuerda tú eres quien decide qué emociones tener en cada momento de tu vida y la manera de manejarlas y no solamente hacia ti sino hacia los que te rodean como tu familia y tus amigos, entre otros.

Subtema 3. Mi familia y mis amigos   

Hemos hablado ya de la importancia de la familia. Tu familia es muy especial, no hay otra igual a ella, cada uno de los integrantes te quiere de una forma en que sólo él o ella lo puede hacer. A ellos, tus padres, hermanos y tu familia más extensa (tíos, abuelos, primos, etc.) no los escogiste tú y no son perfectos; pero ellos han estado, están y estarán a tu lado en los momentos más felices de tu vida; pero sobre todo, cuando has necesitado protección, alimento y cuidados. Son quienes darían su trabajo, sacrificio y aún su vida si la necesitaras.

Claro, esto no es algo que se perciba diariamente: en la convivencia cotidiana nos peleamos y tenemos diferencias con nuestros hermanos o con nuestros papás, porque cumpliendo con su labor de guiarte y de observar las reglas de la casa, te regañan o castigan o simplemente te dicen lo que tienes que hacer, y entonces no nos sentimos tan afines a ellos. Pero tú sabes que, al final, a su modo y según el estilo de cada quien, cuentas con ellos y ellos contigo. Es menester valorar y corresponder a todo lo que te han brindado.

 

También es posible que nuestro papá o mamá no convivan con nosotros, bien porque fallecieron o porque no viven en la misma casa que nosotros; o que, aunque estén ahí, los sintamos muy lejos o como una mala influencia (alcoholismo, agresividad, irresponsabilidad, etc.). En ese caso, siempre podemos acudir a alguien más en busca del apoyo que necesitamos: piensa, tal vez tienes un tío o tía, un padrino o madrina, tu abuelito o abuelita o un maestro y que sea un modelo a seguir para ti. No hay pretexto, siempre hay alguien que nos muestra el mejor camino a seguir.

Valores de la convivencia en el núcleo familiar

  1. Te invito a que practiques un valor que a veces se olvida en nuestro hogar: la cordialidad.

Según Mora (1995), cordial viene de “corazón”. ¿En qué otro lugar se aplica mejor la cordialidad que en tu propia casa?

 

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  1. Otro valor útil para practicar en familia es la tolerancia.

Según Mora (1995), ésta permite a las personas entender que cada ser humano es único e irrepetible y que por lo tanto tiene derecho a sus propios estilos, deseos y necesidades, así como a tomar sus propias decisiones con base en sus recursos y punto de vista.

La tolerancia acepta la posibilidad de que los otros puedan y tengan derecho a equivocarse, y a no ver las cosas desde nuestra propia perspectiva. Imagina la utilidad que este valor tiene en tu relación con tus padres: te permitirá dejar de juzgarlos y te ayudaría a llevarte mejor con tus hermanos. La tolerancia se traduce en respeto por el otro y por sus diferencias con respecto a ti.

Igualmente te invito a dar el primer paso de tolerancia en tus relaciones familiares.

 
  1. Una última consideración sobre la práctica de los valores en familia es la que se refiere al proceso de comunicación. Comunicar es poner en común:

Según Casares y cols. (1992), es el proceso por el que se transmite un mensaje emitido por un transmisor a un receptor.

Para que ésta comunicación sea efectiva debe cumplir los siguientes requisitos:

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Así, por ejemplo, si Pedro quisiera comunicarle a su papá que desea pasar más tiempo con él, le recomendaríamos que no lo hiciera mientras el papá habla por su celular o maneja su automóvil: debe ser directo, no hacer rodeos, divagar o reclamar. Si lo hace de la forma equivocada, la disposición del padre será estar a la defensiva e indispuesto para la escucha  abierta. En vez de decir: “siempre estás trabajando y a mí ni me haces caso, parece que no te importo”, puede decirse algo como: “papá, hace tiempo que no salimos juntos: cuando lo hacemos me da gusto y me la paso muy bien. ¿Podríamos acordar un día y una hora para ir juntos al cine? La invitación es a analizar antes de hablar: queremos conseguir y plantear mensajes positivos y propositivos. El mejor lugar para hacerlo desde ahora: tu casa.

Mis amigos 

Otra característica del buen amigo (a) es la lealtad; es decir, el que alguien se mantenga firme en apoyo y respaldo a una persona o a una causa. Sin embargo, la lealtad a un amigo (a) se debe condicionar, sobre todo en la tierna juventud, al cuidado de la propia persona, de tu seguridad y de tu integridad. Es decir, no tienes que ser fiel a un amigo que rompe las reglas, que se pone en riesgo a sí mismo (a) y de paso te arriesga a ti; como cuando consume drogas, alcohol o muestra conductas que arriesgan la seguridad o tranquilidad de los (las) dos, buscando peleas o conducir en estado de ebriedad. En este caso, no es válido decir que como es tu amigo (a) tienes que aguantar, mentir o arriesgarte; o bien, actuar de un modo que no te conviene.

Tampoco pienses que si te quedas en esa amistad “salvarás” a tu amigo (a) o lo harás cambiar. Tú eres una persona en constante desarrollo que aunque te conoces, buscas en tu interior una mejora personal. Es similar a decir que quieres rescatar a alguien que se ahoga en un río cuando tú tampoco sabes nadar: la ayuda tendrá que llegarle por otros medios, si es que le interesa ser ayudado (a). Pero tú debes protegerte y buscar amigos (as) que te edifiquen como persona.

 

En general podemos decir que un buen amigo:

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Lo contrario del buen amigo es aquel que diciendo que es tu amigo (a):

 

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Una de las características de un buen amigo (a) es que sabe ser compañero (a); es decir, acompaña en el camino. Según Mora (1995), la persona que posee este valor le da su mano al otro y no lo suelta hasta haber alcanzado la meta que tenían en común. No piensa sólo en su propio bien sino que está pendiente también del bien del otro y dispuesto a actuar para beneficiarlo.

 

Otra característica del buen amigo (a) es la lealtad; es decir, el que alguien se mantenga firme en apoyo y respaldo a una persona o a una causa. Sin embargo, la lealtad a un amigo (a) se debe condicionar, sobre todo en la tierna juventud, al cuidado de la propia persona, de tu seguridad y de tu integridad. Es decir, no tienes que ser fiel a un amigo que rompe las reglas, que se pone en riesgo a sí mismo (a) y de paso te arriesga a ti; como cuando consume drogas, alcohol o muestra conductas que arriesgan la seguridad o tranquilidad de los (las) dos, buscando peleas o conducir en estado de ebriedad. En este caso, no es válido decir que como es tu amigo (a) tienes que aguantar, mentir o arriesgarte; o bien, actuar de un modo que no te conviene. Tampoco pienses que si te quedas en esa amistad “salvarás” a tu amigo (a) o lo harás cambiar. Tú eres una persona en desarrollo que se encuentra también en la búsqueda de sí mismo. Es similar a decir que quieres rescatar a alguien que se ahoga en un río cuando tú tampoco sabes nadar: la ayuda tendrá que llegarle por otros medios, si es que le interesa ser ayudado (a). Pero tú debes protegerte y buscar amigos (as) que te edifiquen como persona.

 

Ahora bien, de tu selecto grupo de amigos y amigas, es probable que destaque alguien de forma muy particular. Te sentirás físicamente atraído (a) y tal vez con un afecto muy especial hacia él o ella. Tu conducta debe ser honorable sea que se hable o no de noviazgo, relación formal o matrimonio: te sugiero que respetes los límites personales de tu amigo (a), esposo (a) o pareja y que no lo (a) abrumes con demandas de tiempo y compañía. Su amistad puede continuar y lo ideal es que se sigan conociendo.

 

Según Sánchez (1997), una relación de pareja constructivo tiene reglas claras, ayuda al progreso de sus integrantes y proporciona paz interior; en cambio, una relación de pareja destructivo lleva a la idealización (él y ella no se conocen en realidad, la relación se basa en ilusiones puestas en el otro), tiene premura pasional (participan en caricias intimas muy rápido en el noviazgo) y genera un atraso individual; es decir, la relación provoca una baja en las calificaciones, el rendimiento o el nivel de logro de uno o de ambos miembros de la pareja.

Es decir, existe, como en cualquier amistad, un criterio que no falla a la hora de determinar la conveniencia de la relación:

 

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Así que disfruta este momento de tu vida, pasa el tiempo con tus amigos (en grupo), ocúpate de ser una mejor persona y cuando estés listo (a) encontrarás, usando tu inteligencia, y no sólo tu corazón, la mejor pareja.

Para terminar el tema, ¿qué tal decirle a tus papás y hermanos que los quieres? O proponerles jugar un juego de mesa o preparar una pizza juntos. Mira a tu alrededor: no todos gozan de lo tú tienes y que a veces no percibes porque siempre ha estado ahí. En la próxima sesión pondrás manos a la obra en el diseño de estrategias para expresar y demostrarle a tus seres queridos cuánto los aprecias.

Te comparto una estrofa de la canción “Vive” que compuso Napoleón y que nos lleva a reflexionar sobre lo que tenemos y nuestro compromiso de luchar por lo que deseamos obtener:

 

“Abre tus brazos fuertes a la vida
No dejes nada a la deriva
Del cielo nada te caerá
Trata de ser feliz con los tienes
Vive la vida intensamente
Luchando lo conseguirás”

Vive (Canción) 
José María Napoleón (cantautor)

De acuerdo a lo que has revisado en este tema, a lo largo de tu vida has ido adquiriendo experiencias y aprendizajes que te han llevado a estar donde estás, sin embargo, aún hay que seguir adelante logrando más metas y triunfos, así que… ¡adelante!

¡Quiero más!
Mi Reflexión
 
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