Asegúrate de:
La resiliencia se puede desarrollar a lo largo de la vida. Está comprobado que la manera en la que crecemos va formando nuestra capacidad de ser resilientes, el contexto en el que vivimos tiene un impacto importante también.
Es importante conocer y reconocer que es lo que sucede a nuestro alrededor que pueda apoyarnos a salir delante de las adversidades que se presentan en el día a día. Es ahí donde la resiliencia se vincula con el autoconocimiento, entre más nos conocemos más incrementa nuestra resiliencia.
¿Qué tanto te conoces? ¿Crees que las personas alrededor te conocen?
Las adversidades están presentes en nuestra vida, no importa género, edad o condición social. Te has preguntado, ¿qué hace que algunas personas muestren una adaptación positiva y sean resilientes, mientras que otras no?
La idea de que hay personas que se adaptan mejor a las circunstancias de adversidad ha estado presente a través del tiempo. Por ejemplo, en cuentos para niños, es común ver que hay personajes con una vida difícil, sin embargo, logran adaptarse y encontrar la felicidad. Incluso las grandes industrias detrás de los cómics describen personajes que son resilientes. ¿Recuerdas a alguno de ellos?
Resulta tan extraordinario responder de manera positiva ante las adversidades, que incluso llega a ser noticia el caso de personas que han logrado soportar adversidades y encontrar en ellas un propósito de vida que les permite lograr el éxito y la felicidad. ¿Recuerdas alguna historia real que hayas leído o escuchado?
La investigación acerca de la resiliencia estudia esos casos extraordinarios, y busca identificar las fortalezas y recursos que permitieron a las personas, grupos y sociedades enfrentar una situación de adversidad (Yates et al., 2004). Por ejemplo; una amplia área de estudio sobre la resiliencia, proveniente de la neurociencia, ha encontrado que existen diferencias en los mecanismos neuronales y genéticos que implementan los individuos para adaptarse a las adversidades (Anderson y Melo, 2020).
Pero es como el caso de otras áreas del cerebro: no es que existan algunos individuos mejores que otros, es sólo que algunos, a diferencia de otros, han desarrollado una serie de conexiones neuronales a partir de la práctica y ejercicio constante, como quienes identifican mejor una melodía que otros o hacen un dibujo o pintura con maestría y gran calidad. O aquellas personas que tienen la capacidad de participar en concursos para lograr algo y muchas veces hay fracasos en el camino, pero siguen caminando.
Una persona resiliente es quien, a pesar de los factores de riesgo y la cantidad de experiencias negativas en su vida, mantiene un grado de funcionamiento de calidad. Entonces, ¿qué hace que algunas personas muestren una adaptación positiva y otras no? Para responder esta interrogante, es necesario indicar que hay una serie de factores que predicen la resiliencia.
Factores promotores
La resiliencia ocurre cuando los factores medio ambientales, sociales e individuales interrumpen la influencia de la situación estresante y, en su lugar, fomentan una respuesta positiva, estas variables se conocen como factores promotores de la resiliencia (Fergus y Zimmerman, 2005 citados en Zimmerman et al., 2013).
Para conocer más acerca de la resiliencia, revisa el siguiente video:
Instituto de Ciencias del Bienestar Integral. (s.f.). CULTIVANDO LA RESILIENCIA Y EL OPTIMISMO [Archivo de video]. Recuperado de https://www.wellbeing360.tv/teaser/vod/2c71ad20534f4d149a177da5de356b22
Este enlace es externo a la Universidad Tecmilenio,
al acceder a él considera que debes apegarte a sus términos y condiciones.
Cutuli y Masten (2011) mencionan que los factores promotores están asociados con los buenos resultados en general, sin importar la exposición al riesgo, por ejemplo, una buena crianza. Estos muestran un efecto moderador al riesgo cuando la adversidad es alta, por ejemplo, las habilidades de autorregulación y resolución de problemas.
Para identificar más factores promotores de resiliencia, se puede hacer referencia a las características que poseen las personas resilientes. También es importante considerar que existen prácticas que promueven el desarrollo de estos factores promotores.
Guerrero (2020) encontró que la vocación, la empatía y la autocompasión son factores promotores de resiliencia que se pueden reforzar con la práctica (atención plena y los talleres de habilidades de afrontamiento). Aunado a eso, agregan que la flexibilidad y la búsqueda del sentido son factores esenciales para la resiliencia.
Yates y Masten (2004), por su parte, ofrecen una compilación de los hallazgos de investigación sobre los factores que promueven la resiliencia. Estos van desde lo más grande, como las cuestiones económicas y sociales de un país, los “intermedios” como las comunidades, las escuelas y las familias, hasta los individuales o las características de la persona.
Pueden ser factores promotores cuando se diseñan estrategias preventivas, orientadas a ayudar a las personas a que desarrollen o refuercen su capacidad de ser resilientes y se sobrepongan a las adversidades.
Factores protectores
Se ha demostrado que el factor protector número uno son las relaciones positivas, las cuales ayudan a reducir el riesgo en todas las edades porque proveen cuidado, atención, seguridad y oportunidades para construir habilidades de afrontamiento necesarias para que las personas construyan sus competencias y tengan una adaptación positiva.
Para conocer más acerca de la resiliencia, revisa el siguiente artículo:
Suttie, J. (2017). Four Ways Social Support Makes You More Resilient. Recuperado de https://greatergood.berkeley.edu/article/item/four_ways_social_support_makes_you_more_resilient
Este enlace es externo a la Universidad Tecmilenio,
al acceder a él considera que debes apegarte a sus términos y condiciones.
Los factores protectores son una característica medible de un grupo de individuos o de su situación, que predicen un resultado positivo en el contexto de un riesgo o adversidad. Predictores que tienen efectos especiales cuando el riesgo o la adversidad son grandes: ya sea porque trabajan sólo cuando hay una adversidad (por ejemplo, las bolsas de aire en los automóviles) o porque tienen un mayor efecto positivo en el resultado cuando el riesgo es alto comparando cuando el riesgo es bajo (como diferencia de un recurso, el recurso funcionará de la misma manera sin importar el nivel de riesgo involucrado).
Estos factores protectores existen en las sociedades alrededor del mundo y se pueden visualizar como círculos concéntricos, ya que la persona pertenece a un grupo (familia y relaciones cercanas) y ese grupo pertenece a comunidades u organizaciones. También es necesario considerar que la falta de alguno de estos factores no determina la presencia de un riesgo o la posible falta de recursos personales para enfrentar la adversidad.
Masten et al. (2009) proponen la siguiente serie de factores protectores:
Fuente: Masten, A., Cutuli, J., Herbers, J., y Gabrielle, M. (2009). Resilience in development. En S. Lopez y C. Snyder (Eds.), The Handbook of Positive Psychology. Estados Unidos: Oxford University Press.
Como habrás visto, la resiliencia o capacidad para recuperarse es una característica que poseen desde los materiales físicos, los seres vivos y las personas a nivel físico y psicológico.
Hoy en día hay mucha evidencia de que la mayoría de las personas pueden salir adelante a pesar de enfrentarse a situaciones traumáticas, esta capacidad llamada resiliencia puede tener un componente innato, pero hoy sabemos que también depende de elementos contextuales a nivel social, familiar, escolar, laboral y de características personales que se pueden cultivar y desarrollar.
¿Cuáles factores promotores y protectores puedes identificar en ti? ¿Y en tu medio ambiente?
Lectura
"Tecmilenio no guarda relación alguna con las marcas mencionadas como ejemplo. Las marcas son propiedad de sus titulares conforme a la legislación aplicable, estas se utilizan con fines académicos y didácticos, por lo que no existen fines de lucro, relación publicitaria o de patrocinio".