Las teorías conductuales explican el aprendizaje como la asociación estímulo-respuesta a través del reforzamiento selectivo de las respuestas correctas. Estas teorías explican las formas más simples de aprendizaje, las que tienen que ver con asociaciones, como los hechos de la multiplicación, el significado de las palabras de otros idiomas y las capitales de estados y provincias. Un ejemplo de este tipo de aprendizaje es cuando en el kinder nos “ponían una estrellita” por pararnos derechitos en la fila, o cuando el entrenador y los compañeros nos felicitan por ejecutar una buena jugada.

Después surgieron las teorías cognoscitivas que explican el aprendizaje en términos de factores como la percepción, la memoria, la atención, el lenguaje y el pensamiento. En estas teorías se reconoce la importancia del rol activo del estudiante en la generación de su propio aprendizaje y del establecimiento de metas, la supervisión personal del avance así como la motivación como estimulantes del aprendizaje, y de ahí derivaron las teorías constructivistas.

Ya desde un enfoque constructivista, Amaya y Prado (2002) explican que el alumno construye su propio conocimiento y lo transforma porque el papel del alumno no es pasivo sino que participa activamente al dar significado a la información que recibe, comparándola con conocimientos y experiencias anteriores, creando así relaciones conceptuales que le ayudarán a resolver problemas.

En la misma línea constructivista Díaz Barriga y Hernández (1998) indican que la construcción del conocimiento es en realidad un proceso en el que el alumno selecciona,  organiza y transforma la información que recibe.

Este tipo de aprendizaje se da cuando lees un tema y preparas una presentación.  Aunque el maestro te asigne el tema, tú buscas entender el tema asignado, las fuentes de consulta, la información apropiada, la organizas, preparas material de apoyo y encuentras la forma de explicar a tus compañeros de clase los conceptos incluidos en el tema.

Muchos investigadores han encontrado que las personas perciben, interpretan, evalúan e integran a su conocimiento un mismo suceso o dato de diferente forma. Estas diferencias mostradas en el aprendizaje se refieren al procesamiento de información, estructuradas alrededor de las tendencias de personalidad (López, 2001).

El aprendizaje parte siempre de la recepción de algún tipo de información a través de los sentidos; de toda la información que se recibe solamente se selecciona una parte de ella. La información seleccionada se organiza internamente y se relaciona con el conocimiento existente; el procesamiento de la información se transforma en conocimiento y se utiliza para resolver problemas, tomar decisiones y adoptar o modificar conductas.

Los estilos de aprendizaje son la forma en que cada persona utiliza su propio método o estrategia para aprender. Aunque varios de tus compañeros de clase tengan las mismas motivaciones, el mismo nivel de instrucción y la misma edad, cada uno aprende de forma distinta a los demás, utiliza diferentes estrategias, aprende a diferente velocidad e incluso con mayor o menor eficacia. Aunque las estrategias varían según lo que se intenta aprender, cada persona tiende a desarrollar preferencias o tendencias que definen su estilo de aprendizaje.

Con respecto a estos estilos o preferencias se dice que:

Se han desarrollado múltiples investigaciones para explicar los estilos de aprendizaje y hay diferentes teorías y enfoques al respecto. Algunas indican que en el estilo de aprendizaje los factores más influyentes son los relacionados con la forma en que se selecciona y representa la información considerando que  las personas nos apoyamos en los órganos de los sentidos para captar y codificar la información (Sambrano 2000).

De tal forma que hay personas que son predominantemente visuales, es decir, que utilizan mucho más el sentido de la vista para percibir y codificar la información, otras personas son más auditivos o utilizan el sentido del oído y kinestésicos si se utilizan el tacto o los movimientos corporales.

Quienes utilizan el sistema de representación visual siempre recuerdan imágenes que pueden ser abstractas o concretas como letras y números. El sistema de representación auditivo es el que permite oír en la mente voces, sonidos, música, etc., como cuando se recuerda una melodía, una conversación o se reconoce la voz de la persona que habla por teléfono. Por último, cuando se recuerda el sabor de la comida favorita o el sentimiento al escuchar una canción, se recurre al sistema de representación kinestésico.

Los autores sugieren que es importante utilizar más de un sistema de representación, por dos motivos:

Cuando se evocan imágenes se puede traer a la mente mucha información a la vez, por esa razón las personas que utilizan el sistema de representación visual tienen mayor facilidad para captar grandes cantidades de información con rapidez. Además visualizar ayuda a establecer relaciones entre distintas ideas y conceptos.  Es el tipo de aprendiz que  aprende mejor cuando lee.

Cuando se utiliza el sistema de representación auditivo se recuerda de manera secuencial y ordenada. El alumno auditivo necesita escuchar su grabación mental paso a paso y no puede olvidarse ni una palabra, porque no sabe seguir. Como cuando aprendes una poesía o una canción, si la interrumpes, tienes que volver a iniciarla desde el principio. Por el contrario, el alumno visual que se olvida de una palabra no tiene mayores problemas, porque sigue “viendo” el resto del texto o de la información. Los alumnos auditivos aprenden mejor cuando reciben las explicaciones oralmente y cuando pueden hablar y explicar esa información a otra persona. Este sistema es también indispensable en el aprendizaje de los idiomas y de la música.

Cuando se procesa la información asociándola a las sensaciones y movimientos del cuerpo se utiliza el sistema de representación kinestésico. Este sistema es lento y profundo. Una vez que se aprende algo con la memoria muscular, es muy difícil que se olvide.  Utilizas este sistema de representación  cuando aprendes haciendo por ejemplo: a conducir bicicleta o auto o experimentos de laboratorio. La persona kinestésica necesita moverse; cuando estudian muchas veces pasean o se balancean para satisfacer esa necesidad de movimiento.

Considerando lo anterior, es importante que te examines, te preguntes ¿Cómo te gusta más comunicarte con tus amigos?, ¿qué tipo de diversiones te gustan más?, ¿qué características han tenido las materias en las que has obtenido mejores resultados? Dando respuesta a las preguntas anteriores podrás identificar qué estilo de aprendizaje es el que prevalece en tu persona y disponerte a utilizar estrategias o herramientas afines, sin olvidar cultivar y fomentar el uso de los otros dos estilos que no estén tan desarrollados en ti.

Ahora que has aprendido las características de los sistemas de representación:

• ¿Cuál crees que es la que más utilizas?
• ¿Cuál de ellos crees que deberías tratar de desarrollar?
• Considerando tu área de estudios, ¿cuál estrategia de estudio te conviene perfeccionar?