Al principio los hombres vivieron integrados con su entorno: la naturaleza. Tomaban de ella lo que necesitaban y dependían por completo de ella. La dependencia consistía en que, según las características del medio, ellos podían vivir o no en él. Si el medio no resultaba adecuado o benéfico se movilizaban en busca de un ambiente más propicio. El género humano se emancipó con la civilización de la naturaleza según sus necesidades. De una forma semejante, los padres y educadores ubican a cada niño en el ambiente de aprendizaje que ellos consideran óptimo, pero si el educando experimenta la existencia de obstáculos, lo más fácil es que la responsabilidad recaiga en los creadores del ambiente de aprendizaje. Así, emanciparse del ambiente establecido y crear el propicio beneficiará la capacidad de toma de decisiones, el rendimiento académico y el desarrollo de la responsabilidad personal. |
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