Visualízate despertando por la mañana, te levantas de la cama, preparas un café, enciendes la televisión y escuchas el noticiero, abres el periódico y comienzas a leer, ¿qué es lo que predomina? Problemas y más problemas, de toda índole: social, económico, educativo, de seguridad, de salud, etc. Luego llegas al trabajo y tu jefe te llama para iniciar una junta en la que deben resolver un problema urgente, termina la junta el problema no se resuelve pero llegan a acuerdos y fijan acciones para solucionarlo; sin embargo pasan los días y aunque la mayoría de los responsables participan, algunos actúan con indiferencia y dejan de lado las acciones y metas, ¿qué es lo que representa? Un problema o conflicto de trabajo.

Piensa en las situaciones que enfrentaste durante tus estudios, cuando es posible que hayas tenido dificultades para comprender alguna materia, para realizar alguna actividad; quizás no hayas tenido dificultades para aprender pero si para relacionarte o para comunicarte con tus profesores y con tus compañeros: éstos también son problemas. Si tienes familia es posible que enfrentes situaciones tan  trascendentes como la educación y formación de tus hijos o tan cotidianas como el transitar todos los días entre el tráfico para llevarlos a su escuela y llegar a tiempo.

Elder y Paul (2006), sostienen que el pensamiento tiene ocho elementos que son:

1. Generar propósitos (metas u objetivos)
2. Incorporar un punto de vista y plantea preguntas (marco de referencia, perspectiva u orientación)
3. Formular suposiciones (dar por sentado, anticipar explicaciones)
4. Generar implicaciones (consecuencias, situaciones derivadas)
5. Usar información (datos, hechos, observaciones, experiencias)
6. Hacer inferencias (conclusiones, soluciones tentativas, aproximadas)
7. Utilizar conceptos (ideas, métodos, procedimientos, teoría)
8. Elaborar conclusiones (conocer, analizar, resolver un problema, situación o asunto)

A estos elementos los denominan estructuras básicas del pensamiento y están relacionadas unas con otras, si hay un cambio en alguna, genera un cambio en la otra. Todas ellas las usamos en situaciones cotidianas como: elegir el camino más rápido y seguro para llegar a nuestro trabajo, elegir qué ropa usar de acuerdo con la ocasión y el clima, identificar cuando está fallando nuestra computadora, etc. También las empleamos en situaciones más complejas como realizar una tarea escolar, resolver un problema familiar, elegir una carrera universitaria, buscar un trabajo, etc.

¿Por qué recordarlos? Porque muchas de sus aportaciones se han retomado para desarrollar métodos, estrategias o ejercicios para desarrollar habilidades del pensamiento, con el propósito de que las personas seamos cada vez más conscientes, responsables y disciplinadas en nuestra manera de pensar, actuar, sentir y por lo tanto capaces de generar soluciones a los problemas y  prevenirlos en beneficio propio, de los demás y del entorno lo cual nos permite alcanzar mejores niveles de calidad de vida.

Pensar en los demás y en la manera en que nos relacionamos con los otros es necesario pues somos seres sociales que compartimos, crecemos y nos formamos con los demás. El pensamiento egocéntrico, de acuerdo con Elder y Paul (2006), surge del hecho de que los humanos no solemos considerar los derechos y necesidades de los demás, ni valoramos el punto de vista de otros o las limitaciones de nuestro punto de vista.  ¿Te reconoces que has sido así alguna vez?, ¿te gustaría seguir siendo así o estás dispuesto a cambiar?, ¿quieres aprender a ser un buen pensador? Si respondiste sí a alguno de los cuestionamientos piensas que el cambio es posible y para ello puedes recurrir a las estrategias de diferentes campos que se representan a continuación:

Cuando hablamos de estrategias nos referimos a recomendaciones sistemáticas mediante las cuales aprenderás.

En los siguientes temas conocerás qué es el análisis, el pensamiento crítico, la creatividad y el análisis matemático, en qué consiste cada uno y sus respectivas estrategias y ejercicios sencillos que puedes poner en práctica en diferentes situaciones de tu vida y resolver problemas, además de formarte como un buen pensador.